A pesar de que el número de afiliados a la Seguridad Social no deja de crecer y que el desempleo se encuentra en mínimos históricos desde 2008, el sueldo medio en España se ha situado en torno a los 1.500 euros mensuales. Un dato preocupante que no solo afecta al poder adquisitivo de los trabajadores, sino que también pone en entredicho la sostenibilidad del sistema público de pensiones.
Durante los meses de verano, el mercado laboral vive su pico de actividad. Con miles de contrataciones en sectores como el turismo, la hostelería o el comercio. Sin embargo, detrás de la aparente buena salud del empleo, se esconde una realidad inquietante: los sueldos no crecen al mismo ritmo que la economía.
De hecho, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el sueldo medio en España se ha estancado. Y en muchas franjas salariales, incluso ha retrocedido.
La mitad de los trabajadores cobra menos de 1.500 euros
La Encuesta Anual de Estructura Salarial (EAES), publicada en mayo, refleja una situación clara. Más del 50% de los trabajadores por cuenta ajena perciben una nómina mensual inferior a 1.500 euros. En paralelo, las nuevas pensiones contributivas para quienes se jubilan este 2025 se sitúan en una media de 1.700 euros mensuales. Esto significa que, por primera vez, muchos jubilados están cobrando más que los propios trabajadores activos.
El sueldo medio en España ha dejado de ser una referencia sólida para medir el bienestar de los ciudadanos. Las diferencias se acentúan entre los salarios más bajos y las pensiones más elevadas. Un desequilibrio económico que amenaza con agravar los problemas estructurales del sistema de la Seguridad Social.

En los últimos diez años, las pensiones de jubilación han aumentado un 36%, mientras que el sueldo medio en España solo lo ha hecho en un 22%. Esta brecha se explica, en parte, por la subida continuada del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que ha empujado a muchas empresas a ajustar a la baja los salarios intermedios para compensar costes.
A ello se suma una pérdida real de poder adquisitivo provocada por la inflación y el encarecimiento de productos básicos como la fruta o los carburantes, según refleja el último Índice de Precios al Consumo (IPC).
Este desequilibrio está empezando a tener efectos preocupantes. Si los trabajadores cotizan cada vez menos, el sistema de pensiones se vuelve insostenible. De hecho, la deuda reconocida por la Seguridad Social ya supera los 126.000 millones de euros.
El sueldo más común apenas supera los 1.250 euros
La EAES revela que el sueldo medio en España esconde grandes desigualdades. Aunque la media estadística ronda los 1.500 euros, el salario más frecuente se sitúa entre los 15.000 y 16.000 euros brutos anuales, lo que equivale a entre 1.250 y 1.333 euros al mes en 12 pagas. Uno de cada cuatro asalariados no llega a los 20.000 euros anuales.
A esto se suma que, según los últimos datos del INE, el sueldo más habitual es de 15.574 euros brutos al año. Esto plantea una pregunta inquietante: ¿cuánto falta para que el SMI supere al sueldo medio en España?

Mientras la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, pone el foco en alcanzar los 23 millones de afiliados a la Seguridad Social en 2027, los analistas advierten que esa cifra podría no ser suficiente si los salarios siguen cayendo. La afiliación ha superado ya los 21,9 millones. Y se considera un éxito de las políticas laborales del Gobierno. Pero si las cotizaciones por trabajador son cada vez más bajas, el sistema se debilita.
La paradoja es evidente. Tenemos más empleo que nunca, pero el sueldo medio en España no sube al mismo ritmo. Esto genera un doble efecto. Por un lado, se reduce la capacidad de ahorro y consumo de los ciudadanos. Y, por el otro, se tensiona el sistema público de pensiones, cuya financiación depende directamente de las cotizaciones de los trabajadores en activo.
Cada vez más pensionistas con más de 3.000 euros al mes
El contraste entre activos y pasivos no deja de acentuarse. Según los últimos datos de la Seguridad Social, el 7% de los jubilados ya percibe pensiones superiores a los 3.000 euros mensuales. Esta cifra, si bien representa una minoría, es un reflejo del aumento generalizado de las pensiones. En parte, debido a las carreras laborales más largas y a la indexación con el IPC.
Mientras tanto, el gasto total en prestaciones, incluyendo pensiones contributivas, no contributivas y otras ayudas, superó los 220.000 millones de euros en 2024. Una cifra récord que no se corresponde con la evolución del sueldo medio en España, que se mantiene bajo y erosiona la base sobre la que se construye el sistema.