ISLAS BALEARES

El rincón de Mallorca que aún no ha sido invadido por el turismo y parece el Caribe

La costa mallorquina es un crisol de paraísos escondidos, pero pocos tan espectaculares como esta joya de Manacor, que te transportará al Caribe

Cala Varques, en Manacor
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En la costa sureste de Mallorca, a medio camino entre los acantilados y el mar, se esconde una cala que aún conserva el encanto de lo salvaje: Cala Varques. Lejos de los grandes complejos turísticos y de las playas masificadas, este rincón permanece prácticamente intacto. No hay hoteles, ni bares, ni sombrillas alineadas. Solo arena blanca, aguas cristalinas y un entorno natural protegido que recuerda más al Caribe que a un destino europeo, pero que tenemos muy cerca, en uno de los lugares más bonitos del archipiélago balear.

Un paraíso entre pinos, cuevas y mar turquesa

Situada en el término municipal de Manacor, a unos 12 kilómetros de Porto Cristo, Cala Varques se oculta tras un bosque mediterráneo. El acceso no es inmediato: hay que caminar por un sendero pedregoso unos 15 minutos, o hasta 45 si el aparcamiento está lleno. Esta pequeña aventura hace que quienes llegan lo hagan con intención: aquí no se viene por casualidad, se viene a desconectar. La recompensa al final del camino es un entorno casi virgen. Una cala de apenas 70 metros de ancho rodeada de pinos y acantilados, sin rastro de urbanización. El agua, transparente y de un azul intenso, convierte este lugar en un auténtico paraíso para quienes buscan paz, naturaleza y mar en estado puro.

Cala Varques, en Manacor
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Snorkel, cuevas y rutas sin agobios

Aunque la cala no tiene servicios turísticos, sí ofrece experiencias únicas. Con unas gafas de buceo basta para disfrutar del snorkel entre peces y formaciones rocosas. Para los más aventureros, en las inmediaciones se pueden explorar cuevas como la del Pirata, la del Xot o la Cova des Coloms, esta última con acceso únicamente desde el mar. También se puede llegar hasta el puente natural de Es Caló Blanc, una formación rocosa que une Cala Varques con Cala Falcó en una ruta tranquila y escénica. Desde allí, el Mediterráneo se extiende en toda su belleza, y es común ver navegantes fondear en las cercanías para disfrutar del entorno desde el mar.

Naturaleza protegida y tranquilidad garantizada

Cala Varques forma parte del Área Natural de Especial Interés de las Calas de Manacor, una figura que protege tanto el paisaje como la fauna local. Hace unos años, no era raro ver incluso vacas pastando cerca de la orilla, un detalle que hablaba de lo rural y auténtico de la zona, aunque esa imagen ya es parte del recuerdo.

Cerca de Cala Varques hay más que mar. Las Cuevas del Drach, a pocos kilómetros, son uno de los enclaves subterráneos más espectaculares de Europa. También se pueden visitar yacimientos prehistóricos como s’Hospitalet Vell, o rutas de senderismo que conectan otras calas vírgenes del entorno, ideales para quienes quieren recorrer la isla a pie lejos del bullicio.

Es por todo esto por lo que Cala Varques no es solo una playa bonita, que también, si no que es uno de los pocos lugares de Mallorca donde el silencio todavía tiene espacio, donde no hay cobertura móvil y el tiempo parece haberse detenido. Si buscas el Caribe en el Mediterráneo y no te importan unos minutos de caminata, este rincón es lo que buscas. Pero no lo cuentes muy alto, porque sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de la isla y es parte de su encanto.

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