Son ultranacionalistas, antiinmigración y, a menudo, abiertamente euroescépticas. Sin embargo, también son cada vez más populares, muy visibles y, en algunos casos, ya están en el poder. En toda Europa, una nueva generación de mujeres líderes encabeza el avance de la extrema derecha, rompiendo barreras electorales que antes se consideraban infranqueables. Desde Roma hasta París, pasando por Berlín y Helsinki, estas mujeres están remodelando la política y poniendo a prueba la resistencia de las democracias europeas.
Ellas encarnan la paradoja de ser a la vez outsiders radicales y figuras del establishment, capaces de ganar elecciones, formar gobiernos y remodelar el discurso político.
Italia, Giorgia Meloni

La más poderosa de todas ellas es Giorgia Meloni, primera ministra de Italia desde su victoria electoral en 2022. Meloni, que en su día fue descartada como una figura marginal, ha proporcionado a Italia una estabilidad inesperada, algo poco habitual en un país acostumbrado a coaliciones frágiles. Su Gobierno ya ha superado en duración a la mayoría de sus predecesores, un hecho que ella misma destacó con orgullo al celebrar sus 900 días en el cargo en marzo de este año.
Meloni también se ha convertido en una figura ineludible en la escena internacional. Fue una de las líderes consultadas tras la incursión con drones rusos en Polonia este miércoles y se reunió con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski en una reunión en la Casa Blanca organizada por Donald Trump este verano. Aunque su política sigue firmemente anclada en la tradición de la extrema derecha —nacionalista, socialmente conservadora y antimigratoria—, su creciente importancia la ha convertido en una socia indispensable en Europa y fuera de ella.

Francia, Marine Le Pen

En Francia, Marine Le Pen continúa su larga marcha hacia la presidencia. A pesar de haber sido condenada a principios de este año a cuatro años de prisión, multas y cinco años de inhabilitación para ejercer cargos públicos por malversación de fondos de la UE, sigue siendo la figura dominante de la extrema derecha. A principios de 2026, un tribunal de apelación decidirá si puede presentarse a las elecciones presidenciales de 2027.
Las encuestas sugieren que los votantes franceses no la han abandonado. Al contrario: el Agrupamiento Nacional (RN) de Le Pen encabezó las elecciones europeas de 2024 con más del 30 % de los votos, y una encuesta reciente la situaba en el 37% en una primera vuelta presidencial, muy por encima de su resultado de 2022. Incluso apartada temporalmente por problemas legales, Le Pen se perfila como la rival más seria del sucesor de Emmanuel Macron.

Antes de la dimisión del primer ministro francés, François Bayrou, este lunes, un sondeo de Toluna-Harris Interactive para RTL explicaba que el 36% de los franceses deseaba que ella fuera la primera ministra de Francia, la mujer mejor posicionada de todos los políticos franceses y sólo por detrás de su delfín, Jordan Bardella, con un 43%.
Alemania, Alice Weidel

En Alemania, Alice Weidel, líder de Alternativa para Alemania (AfD), ha supervisado el mejor resultado del partido desde su fundación, y el más sólido para cualquier fuerza de extrema derecha desde la Segunda Guerra Mundial en Alemania. En las elecciones federales de febrero, la AfD obtuvo el 20,8 % de los votos, superando los diez millones de votos y consolidando su dominio en la antigua Alemania Oriental (y entre los jóvenes germanos).
Weidel, que encarna una paradoja como líder abiertamente lesbiana de un partido hostil a los derechos LGBTQ+ y a la inmigración, ha normalizado posiciones que antes estaban relegadas a la marginalidad. Las encuestas incluso muestran que la AfD supera ocasionalmente al conservador CDU del canciller Friedrich Merz, una perspectiva que inquieta a la clase política alemana y reaviva oscuros recuerdos históricos.

Noruega, Sylvi Listhaug

En Noruega, Sylvi Listhaug, del Partido del Progreso (FRP), aprovechó la participación récord en las elecciones de 2025 para obtener casi una cuarta parte de los votos y 48 escaños. Aunque felicitó al Partido Laborista por su victoria, Listhaug superó a los conservadores, lo que la convirtió en la líder indiscutible de la derecha noruega. El partido conservador, de la derecha tradicional, perdió terreno y se quedó con el 14,6% de los votos (frente al 24% de Listhaug). Su líder, la exprimera ministra Erna Solberg, no volverá a presentarse tras el varapalo electoral.
Su línea dura en materia de inmigración ha alimentado tanto las críticas como la popularidad de la líder del FRP, consolidándola como una formidable figura de la oposición. “Nos esperan cuatro años difíciles”, advirtió tras los resultados, señalando su disposición a seguir marcando el debate nacional tras quedarse a las puertas del Ejecutivo.

Finlandia, Riikka Purra

En Finlandia, Riikka Purra, líder de los Verdaderos Finlandeses, ocupa el cargo de ministra de Finanzas y viceprimera ministra en un Gobierno de coalición. Con un 15,1 % de los votos en las elecciones parlamentarias de 2023, su partido se convirtió en la segunda fuerza más importante, lo que le aseguró un papel central en la elaboración de políticas.
Purra ha sido objeto de críticas por unos comentarios racistas y violentos que han resurgido recientemente, lo que la ha obligado a disculparse públicamente. Sin embargo, sigue en el cargo, lo que pone de relieve tanto la normalización de la retórica de extrema derecha como su resistencia política.
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