Cuando Victoria contó que se mudaba a Senegal, muchos de sus amigos reaccionaron con sorpresa —e incluso con cierto desconocimiento—. Le llegaron a decir: “Madre mía, con todos los negros”. Ella lo recuerda con una mezcla de humor y reflexión: “En Europa hay mucha ignorancia sobre África. Creemos que todo es guerra y hambre, y para nada”.
A sus 24 años, esta murciana decidió dejar Francia, donde vivía con su pareja, para iniciar una vida en África Occidental. “Queríamos una experiencia fuera de Europa y nunca habíamos estado en África”, explica. Su novio recibió una propuesta laboral para trasladarse, y como un antiguo compañero les había hablado muy bien del país, no lo dudaron demasiado. “Dijimos: oye, ¿por qué no?”.
@victoriaperezzm Respuesta a @Leidy N. por cierto yo encontré trabajo una vez llegué a Dakar 🇸🇳🫶🏼 #senegal #españa #españolesporelmundo #traveltiktok #trabajo #parati
Victoria reconoce que voló hacia Dakar con ideas preconcebidas: “Siempre tienes ciertos prejuicios, aunque no quieras”. Y aunque su pareja ya le hablaba del día a día allí, ella necesitó verlo con sus propios ojos. Su primera sorpresa fue comprobar que el país estaba “mucho más avanzado” de lo que imaginaba.
La acogida fue inmediata. “Aquí la gente es súper amable, sobre todo con los extranjeros”, asegura. Aun así, el primer mes le resultó complicado, porque según cuenta le “daba miedo salir a la calle sola”. Fue un proceso casi de desprogramación; observar cómo el resto de personas vivía con normalidad la ayudó a dar el paso: “Al final pensé: si todo el mundo lo hace, pues yo también”.

Otra forma de vivir
Hacer amigos también fue sencillo. Los vecinos los integraron enseguida, incluso aquellos con los que apenas podía comunicarse porque no hablaban francés, lengua oficial del país. Y además descubrió una comunidad española inesperadamente grande: “Somos como quince en mi grupo, todos de entre 20 y 30 años. ¡No me imaginaba que hubiese tanto español aquí!”.
@victoriaperezzm Cosas sobre Senegal 🇸🇳 #senegal #vivirensenegal #curiosidades #traveltiktok #viajes #parati
La gastronomía fue su reto más grande al inicio. Se define como “muy delicada” con la comida y cuenta que llegó temiendo enfermar, pero ahora no puede resistirse al pollo mafe, uno de los platos más populares en Senegal: “Una salsa de cacahuete riquísima… ahora lo adoro”.
Victoria dice que todavía está adaptándose al ritmo de vida senegalés. “Aquí hay que tener muchísima paciencia. Todo va muy lento: la administración, el tráfico, la gente…”, y ríe al recordar que ella en España ya se consideraba impuntual, “pero nada que ver con esto”.
Respecto a su condición de mujer europea en un país mayoritariamente musulmán, es clara: “Jamás he sentido discriminación”. Puede vestir con total libertad y moverse sola incluso de noche: “Es uno de los países más seguros de África”. Sin embargo, es consciente de que no todas las mujeres viven lo mismo: “Si una mujer negra saliese con minifalda como yo, no estaría tan bien visto”.

Las dificultades
No todo es idílico. Victoria habla abiertamente de la corrupción policial: “Te paran sin motivo para sacarte dinero”. También de la diferencia de precios marcada por el color de piel: “A los blancos nos dicen el triple del precio en los mercados”. Y en el ámbito laboral, la situación es complicada ya que “aquí hay muy pocos trabajos, ni para ellos ni para los que venimos”. Ella logró un puesto administrativo en una entidad española tras presentarse a una oferta de la Embajada.
@victoriaperezzm aún así es cierto que cuando te pillan por algo en lo que tienen razón te sale la multa más barata que en España 😂 #senegal #españolesporelmundo #traveltiktok #policia #parati
La desigualdad económica es, dice, evidente. Mientras muchos senegaleses no llegan al salario mínimo —solo unos 90 euros mensuales—, los expatriados cobran sueldos europeos con grandes beneficios: “Dietas, coche, piso… al final la calidad de vida del extranjero es muy buena“.
La vida que quiere para su futuro
Pese a los retos, Victoria no se imagina marchándose pronto. “Estoy tan a gusto… Nunca me he sentido así en ningún país”. Su contrato actual le asegura un año y medio más, pero sueña con quedarse varios años adicionales.
Incluso ve Senegal como un lugar ideal para formar una familia. “Aquí los niños viven su infancia de verdad. Están en la calle jugando, no con un teléfono todo el día“, asegura. Sabe que la sanidad pública aún tiene mucho que mejorar, pero se siente tranquila con seguro privado, “y si es algo grave te vas a España”.

Al hablar de lo que extraña de su país, no duda ni un segundo: “La comida. Estar en una terraza con una tapa y una cerveza fría… eso no existe igual aquí. Y a mi familia, claro”.
Victoria siente que en Senegal ha encontrado algo que no sabía que buscaba. Una vida más comunitaria, una nueva mirada del mundo y, sobre todo, una sensación de pertenencia que nunca había experimentado lejos de casa.
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