GUERRA EN GAZA

“Esta guerra no es de bombas, es de hambre”: testimonios desde Gaza

Desde Save the Children describen una Gaza devastada por la malnutrición y el colapso del sistema humanitario, donde “los niños ya no lloran de hambre porque sus cuerpos son demasiado débiles”

Gaza
Palestinos intentan conseguir sacos de harina de un camión de ayuda cerca de un punto de distribución de alimentos en Zikim
Efe

Durante una rueda de prensa organizada por Save the Children, voces humanitarias que viven y trabajan dentro de Gaza expusieron una realidad devastadora. Ghada Al Haddad, oficial de medios y comunicaciones de Oxfam, y Rachael Cummings, directora humanitaria de Save the Children International, ofrecieron testimonios desgarradores sobre la situación de hambre masiva y sistemática que, según denuncian, afecta a millones de personas en la Franja.

“No estoy aquí para hablar. Estoy aquí para dar testigo a Gaza”, comenzó Ghada. “Mi Gaza ahora es una Gaza de madres hirviendo hojas para alimentar a sus hijos”. Con voz firme, explicó que la llegada ocasional de camiones de ayuda no representa alivio alguno: “La ayuda que viene a Gaza en estos días no significa que la crisis se ha terminado”. Añadió que lo que se ve sobre el terreno es escaso y caótico: “Hasta el día de hoy no he visto ayuda ingresar a Gaza de forma significativa o consistente”.

gaza
El pequeño gazatí Mohamed Motawaq, de tan solo 18 meses, de cuerpo esquelético pasa los días en Gaza en brazos de su madre, Hidaya al Mutauaq, un mujer viuda, de 30 años, sin apenas leche y otros productos básicos por las restricciones que Israel
Efe

“14 personas murieron en 24 horas”

Al Haddad advirtió que “este no es un sistema humanitario que funciona. Es un alimento para calmar la violencia pública y no para salvar vidas”. Las cifras que compartió son alarmantes: “Ayer, 14 personas muerieron de malnutrición en Gaza. 14 personas en 24 horas”.

Con emoción contenida, insistió: “No olvides que los números se convierte en una abstracción. Estos son hijos, hijas, padres, vecinos”. Y concluyó su intervención con una denuncia clara: “Esto es un manejo de la crisis a través de la hambre” y “esta guerra no es una bomba. Es hambre. Es el asesinato diario de la gente desesperada tratando de alimentar a sus hijos”.

Por su parte, Rachael Cummings compartió el impacto de la malnutrición desde su experiencia directa en los centros de salud de Save the Children: “En mayo, las cifras de malnutrición en niños menores de cinco años fue del 4,4%. En las primeras dos semanas de julio, fueron 16,5%”. También destacó que “en junio, las cifras de malnutrición en mujeres embarazadas y madres lactantes fueron del 40%”.

Hambruna en Gaza
El hambre se ha convertido en un nuevo desafío en Gaza
EFE

“El ciclo se repite”

Describió un escenario alarmante: “Estamos desesperados. Estamos dando los suministros que tenemos para cuidar a los niños, pero sabemos que van a volver la próxima semana peor”. Relató que “van de moderados a severos, porque no tienen otra comida”.

La situación, según Cummings, es crítica no solo para los niños y madres, sino también para el personal humanitario local: “Los 14.000 palestinos que trabajan todos los días con sus comunidades para proporcionar apoyo y aliviar la sufrimiento en Gaza, también están malnutridos y desesperadamente en necesidad de apoyo”.

Ambas trabajadoras humanitarias coinciden en que lo que sucede no es fruto del colapso accidental, sino de una política calculada. Ghada fue explícita al afirmar: “Israel, de nuevo, está armando el hambre” y describió un ciclo repetitivo de entrada y bloqueo de ayuda: “Bloquean la ayuda, para más tarde dejar entrar un par de camiones bajo presión política, hacen un par de fotos y las suben. Luego Israel bloquea la puerta de nuevo. Y el ciclo se repite”.

Gaza
Niñas palestinas llevan agua con ayuda de una bici en el campamento de Jan Yunis
Efe

“He perdido 20 kilos en los dos meses que he estado en Gaza”

El resto de los ponentes, como Amjad Shawa (PNGO) y el Dr. Tarek Loubani (Glia), también denunciaron la destrucción intencional de la infraestructura agrícola, sanitaria y de agua, así como la manipulación del ingreso de alimentos y medicinas. Loubani declaró: “Cada uno de mis pacientes está malnutrido” y reveló: “He perdido 20 kilos en los dos meses que he estado aquí… No hay comida”.

Este panel de testimonios no fue simplemente informativo, sino un llamado urgente a la acción. “Si no actuamos ahora, el aumento exponencial de muertos por malnutrición y hambruna será algo que nunca hemos visto antes”, advirtió Rachael Cummings.

La petición común de todos los presentes fue clara: “Necesitan un cese [de la violencia] permanente y total. Debe haber un acceso humanitario sin restricciones”, como dijo Ghada al finalizar su intervención.

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