Nueve países concentran hoy todo el poder atómico del mundo. Son Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel. Todos ellos tienen capacidad real para lanzar un ataque nuclear, aunque los arsenales varían considerablemente. Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), más del 88 % de las armas nucleares conocidas están en manos de solo dos países: Estados Unidos y Rusia.
El resto —China, Francia, Reino Unido, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel— mantienen arsenales más pequeños, pero en muchos casos en proceso activo de modernización o expansión. China, por ejemplo, incrementó su stock en un año, pasando de 500 a 600 ojivas. India cuenta con más ojivas que Pakistán (180 frente a 170), pero sigue muy por debajo de China. Israel, por su parte, mantiene su doctrina de ambigüedad, sin confirmar ni negar su arsenal, aunque SIPRI estima que posee unas 90 ojivas.
En términos de quién puede realmente apretar ese botón —es decir, autorizar el uso de armas nucleares—, la respuesta es simple: solo los jefes de Gobierno de estas potencias tienen ese poder.

Asunto masculino
A pesar del inmenso poder que implica esa posibilidad, ninguna de esas decisiones podría ser tomada hoy por una mujer. Ninguna de las nueve potencias nucleares del mundo está liderada por una jefa de Gobierno. El control atómico en 2025 es un asunto exclusivamente masculino.
Estados Unidos tiene como presidente a Donald Trump. En Rusia, Vladimir Putin continúa al frente del Kremlin. En China, Xi Jinping sigue consolidando su liderazgo con una política exterior cada vez más asertiva y una expansión nuclear sostenida. Francia está gobernada por Emmanuel Macron, y Reino Unido, por Keir Starmer. En India, el poder ejecutivo lo ostenta Narendra Modi; en Pakistán, el jefe de Gobierno es masculino; en Corea del Norte, el mando absoluto recae en Kim Jong Un; e Israel, cuenta con Netanyahu.

Las mujeres que sí estuvieron a cargo
A lo largo de la historia reciente, solo unas pocas mujeres han ocupado posiciones desde las cuales podrían haber autorizado el uso de armamento nuclear. Una de las figuras más conocidas fue Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido entre 1979 y 1990. Como jefa de Gobierno, tuvo acceso a los códigos de disuasión británicos y al protocolo de lanzamiento en caso de amenaza existencial. Además en el Reino Unido mantiene una flota de submarinos nucleares armados con misiles Trident, cuyo uso requiere la autorización directa del primer ministro.
En Israel, Golda Meir fue primera ministra entre 1969 y 1974, en un momento especialmente sensible para el país, con conflictos armados como la Guerra de Yom Kipur. Aunque Israel nunca ha confirmado oficialmente que posee armas nucleares, diversas fuentes coinciden en que su programa atómico ya estaba desarrollado para entonces. Según documentos desclasificados años después, Meir habría autorizado la preparación de un posible despliegue nuclear como medida de presión disuasoria durante ese conflicto.

Ninguna mujer con capacidad directa
Más recientemente, Theresa May, también como primera ministra del Reino Unido (2016-2019), tuvo bajo su responsabilidad la cadena de mando nuclear británica. Como dicta la tradición del país, una de sus primeras tareas al asumir el cargo fue redactar las llamadas “Cartas de Último Recurso”, una instrucción sellada que se guarda en los submarinos nucleares y que indica qué hacer en caso de que el Gobierno británico haya sido destruido en un ataque nuclear.
También puede mencionarse a Indira Gandhi, primera ministra de India en dos periodos (1966–1977 y 1980–1984), bajo cuyo liderazgo el país dio un paso decisivo en su programa nuclear. En 1974, India realizó su primer ensayo atómico, conocido como “Smiling Buddha”, aunque oficialmente se presentó como una explosión nuclear con fines pacíficos. Gandhi tuvo un papel clave en esa decisión estratégica.
Aunque estos casos son excepcionales, demuestran que el acceso de mujeres al poder nuclear ha sido posible, aunque siempre en contextos minoritarios. Actualmente, sin embargo, no hay ninguna mujer con capacidad directa de autorizar el uso de armas nucleares en ninguna de las nueve potencias atómicas.