EE UU

¿Qué se esconde detrás del matrimonio de JD y Usha Vance?

Las declaraciones de JD Vance sobre la religión de su esposa y las revelaciones de Michael Wolff alimentan las dudas sobre la autenticidad y las aspiraciones de la pareja vicepresidencial

Usha Vance
El vicepresidente JD Vance quiere que su esposa Usha Vance se convierta
Efe

El matrimonio del vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, y su esposa Usha Vance, ha pasado en pocos días de ser una curiosidad política a convertirse en el centro del debate público sobre religión. Todo comenzó tras un evento de Turning Point USA  en la Universidad de Misisipi, el 29 de octubre, donde Vance expresó en voz alta su deseo de que su esposa —de origen hindú— “sea movida por lo mismo que me movió en la iglesia”.

Las palabras del vicepresidente, pronunciadas ante una multitud de estudiantes, se viralizaron inmediatamente. Vance explicó que su esposa había crecido en “un hogar hindú que no era particularmente religioso” y que, cuando se conocieron en la escuela de Derecho, ambos eran “agnósticos o ateos”. El ahora vicepresidente fue bautizado como católico en 2019, y la pareja decidió criar a sus tres hijos en la fe cristiana: “Así fue como llegamos a nuestro acuerdo”, dijo, antes de añadir que si Usha “no se convierte, eso no me causa ningún problema porque Dios dice que todos tienen libre albedrío”.

Usha
Usha Vance, durante la convención
Efe

Sin embargo, las declaraciones no fueron recibidas con serenidad. Suhag Shukla, directora de la Hindu American Foundation, respondió en la red social X: “El vicepresidente de Estados Unidos acaba de decir que las tradiciones hindúes que comparte su esposa y millones de estadounidenses no son lo suficientemente buenas”. Shukla sostuvo que, en su “esperanza” de conversión, Vance insinuaba que “las tradiciones hindúes no son suficientes para ella”, lo cual calificó de “insinuación dañina y antinorteamericana”.

“No es cristiana y no planea convertirse”

El propio Vance intentó aclarar el malentendido en la misma plataforma. Recalcó que su esposa “es la mayor bendición de mi vida” y que, aunque “no es cristiana y no planea convertirse”, él continuará amándola y apoyándola. “Como muchas personas en un matrimonio interreligioso, espero que algún día vea las cosas como yo. Pero la amaré igual”, escribió.

Usha Vance, por su parte, había declarado meses antes en el pódcast de Meghan McCain que no tenía intención de convertirse: “No estoy planeando convertirme ni nada parecido”. En esa misma conversación, contó que sus hijos “saben que no soy católica” y que en casa se exponen también a las tradiciones hindúes, desde libros hasta rituales vividos durante una visita reciente a la India.

El episodio del TPUSA habría quedado en una simple anécdota familiar de no ser porque coincidió con otro momento peculiar: el abrazo entre Vance y Erika Kirk, viuda del fundador de TPUSA, Charlie Kirk, asesinado meses atrás. La escena —calificada por la prensa estadounidense como “extrañamente tierna”— alimentó rumores de tensión en el matrimonio vicepresidencial y de posibles alianzas políticas entre Vance y la joven viuda, que ha empezado a ganar protagonismo dentro del movimiento conservador.

“Creo que es un farsante”

El periodista Michael Wolff, biógrafo de Donald Trump, añadió aún más combustible a la polémica. En su pódcast Inside Trump’s Head, Wolff afirmó que “la relación extraña entre el vicepresidente y la segunda dama forma parte de una estrategia para posicionar mejor a Vance como sucesor de Trump”. Según él, “están en esto juntos y planeando alcanzar la presidencia”. Wolff sostiene que nada en la pareja “es genuino” y que “sus conversaciones de almohada son sobre el poder: ‘Podemos saborearlo, solo tenemos que doblarnos de una manera u otra y soportar lo que tengamos que soportar’”.

El autor recordó los múltiples cambios de Vance —de nombre, religión y postura política— como prueba de su ambición: “Recordemos que cambió su nombre, cambió su religión, cambió toda su orientación política. ¿No decía que Trump era Hitler? Ahora Trump es el salvador”. En su opinión, “no creo que le importe en absoluto”.

Para Wolff, los Vance soportan cada controversia como un paso más en su carrera hacia la Casa Blanca. “Creo que están tramando cada día qué deben hacer para avanzar”, comentó. Sin embargo, el biógrafo concluyó con dureza: “Lo encuentro poco carismático, un poco inquietante y con el cinismo justo bajo la superficie. Creo que es un farsante”.

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