FRANCIA

Rachida Dati, la ministra que da la cara por el ‘robo del siglo’

La ministra de Cultura asume la crisis del museo más famoso del mundo entre investigaciones judiciales y rumores de candidatura a la alcaldía de París

La ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, llega al Hotel Matignon, en París, Francia, el 13 de octubre de 2025.
EFE

Rachida Dati vuelve a estar en el ojo del huracán. Ministra de Cultura de Francia desde 2024, ha sido una de las principales voces del Gobierno tras el espectacular robo de joyas históricas en el Museo del Louvre, un golpe que las autoridades francesas ya califican como “el robo del siglo”. Es ella quien ha tenido que defender ante la opinión pública un sistema de seguridad que, según sus propias palabras, lleva “cuarenta años de abandono”.

La mañana del domingo 19 de octubre, cuatro ladrones accedieron a la Galería de Apolo del Louvre, donde se exhibían piezas de la corona francesa, y en apenas siete minutos lograron sustraer ocho joyas de valor incalculable. En su huida perdieron una novena, la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, cubierta con más de mil diamantes y medio centenar de esmeraldas.

El robo se ejecutó a plena luz del día, cuando el museo estaba abierto al público. Los asaltantes utilizaron un montacargas para acceder a una ventana lateral, rompieron el cristal con un disco de corte y forzaron las vitrinas. “Lo que es seguro es que hemos fallado”, reconoció el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, mientras el Gobierno ordenaba revisar la seguridad de todos los museos del país.

Dati compareció ante los medios junto al ministro del Interior, Laurent Núñez. “La responsabilidad son los cuarenta años de abandono sobre la cuestión de la seguridad”, declaró, subrayando que su ministerio había encargado tres auditorías desde 2022 y que “se han empezado a desplegar las medidas” previstas en el plan de renovación del Louvre, dotado con 800 millones de euros.

“No necesito compasión. Soy una mujer de poder”

La ministra, hija de un albañil marroquí y una madre argelina, nació en 1965 en Saint-Rémy, en una familia de once hermanos. Su ascenso es una historia de obstinación y cálculo político. De los suburbios de Chalon-sur-Saône pasó a la École Nationale de la Magistrature, y de ahí al gabinete de Nicolas Sarkozy, que la nombró ministra de Justicia en 2007. Fue la primera mujer de origen magrebí en ocupar ese cargo.

Conocida por su carácter directo y su gusto por el lujo, Dati combina la imagen de outsider con la de una política de hierro. “No necesito compasión. Soy una mujer de poder”, ha dicho. Su popularidad entre la derecha francesa la ha convertido en un personaje mediático, habitual de los titulares tanto por sus decisiones como por su vida privada.

“No tengo nada que corregir”

No es la primera vez que Dati enfrenta el escrutinio público. En los últimos años ha sido salpicada por varias investigaciones judiciales. En julio de 2025, la Fiscalía Anticorrupción confirmó que la ministra será juzgada por presunto tráfico de influencias y corrupción. Se le acusa de haber recibido 900.000 euros de una filial de Renault-Nissan cuando era eurodiputada, entre 2010 y 2012, a cambio de favorecer los intereses del grupo automovilístico. Ella lo niega tajantemente: “Es una caza de brujas política”, ha repetido.

A esas acusaciones se suma otra investigación por no haber declarado una colección de joyas valorada en 420.000 euros en su declaración de bienes obligatoria. “No tengo nada que corregir”, respondió en mayo al ser preguntada por los medios.

La ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, durante el debate posterior a la declaración del gobierno en la Asamblea Nacional en París
EFE

Una vida bajo el foco

Su vida privada ha sido tan comentada como su carrera política. En 2009 se convirtió en madre soltera de una niña, Zohra, sin revelar la identidad del padre. Durante años, la prensa española especuló con que pudiera tratarse de José María Aznar, algo que la ministra zanjó con una frase irónica: “Tiene bigote”. Más tarde rectificó: “Aznar no tiene nada que ver en esto. Punto final”.

El caso se cerró en 2014, cuando un tribunal francés reconoció al empresario Dominique Desseigne como padre de la niña. Dati ha afirmado que ser madre y ministra no son roles incompatibles: “Soy madre y ministra. Ninguna de las dos cosas es negociable”.

A sus 59 años, Rachida Dati mantiene intactas sus ambiciones. Con el respaldo del partido Los Republicanos, aspira a disputar la alcaldía de París en 2026, enfrentándose al sucesor de Anne Hidalgo, a quien acusa de “haber convertido París en una ciudad sucia y mal gestionada”. En una entrevista reciente fue tajante: “París volverá a ser una ciudad bella, segura y bien gobernada”.

Mientras tanto, en el caso del robo del Louvre, Dati intenta proyectar firmeza frente a la crisis que sacude su ministerio. Ella, en cambio, parece decidida a salir indemne. “El museo no está preparado para las nuevas formas de delincuencia”, admitió.