Cuando Donald Trump se reúna con Vladimir Putin en Alaska este viernes, la sala llamará la atención tanto por quiénes estarán presentes como por quiénes estarán ausentes, como el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski. También por los que han preparado al magnate republicano para este encuentro crucial. El presidente de EE UU, en su segundo mandato, sólo ha aceptado que le asesoren hombres leales: el vicepresidente JD Vance, el secretario de Estado Marco Rubio, el general retirado Keith Kellogg y el promotor inmobiliario Steve Witkoff. No hay ni una sola mujer entre sus consejeros principales sobre Rusia y Ucrania.
Esta ausencia femenina pone de relieve un vaciamiento más amplio del aparato de política exterior de Estados Unidos. Según el Financial Times, Trump acude a esta reunión de alto riesgo sin el apoyo de especialistas con experiencia en Rusia, como resultado de una agresiva campaña para reducir la plantilla federal y sustituir a funcionarios veteranos por leales.

Los recortes de Trump en el Departamento de Estado
En 2018, cuando la rueda de prensa de Trump con Putin en Helsinki salió tan mal que su principal asesora sobre Rusia, Fiona Hill, consideró fingir un ataque epiléptico para detenerla, la Casa Blanca al menos contaba con expertos en la materia cerca. Ahora, los sucesores de Hill, y muchos otros veteranos de la oficina de Rusia, se han ido. Más de 1.300 empleados del Departamento de Estado fueron despedidos el mes pasado, incluidos analistas de la oficina de inteligencia que se centraban en Moscú y Kiev.
“Se puede afirmar con seguridad que Trump no cuenta con ningún asesor en materia de política que conozca Rusia y Ucrania”, afirmó al Financial Times Eric Rubin, exembajador de Estados Unidos y expresidente de la Asociación del Servicio Exterior Estadounidense. Describió la moral de los diplomáticos que quedan como “tan baja como podría estarlo”.

En cambio, las negociaciones con el Kremlin han sido dirigidas por Witkoff, un donante político y promotor inmobiliario sin experiencia en política exterior. Mientras tanto, puestos de alto nivel como el de subsecretario de Estado para Asuntos Europeos y los de embajador de Estados Unidos en Rusia y Ucrania siguen vacantes. Cabe recordar que Bridget Brink, la última embajadora de EE UU en Ucrania, dimitió este año ante la doctrina geopolítica impuesta por el presidente republicano.
El círculo de Trump sobre Rusia y Ucrania no solo carece de mujeres y expertos profesionales, sino que también escucha voces externas poco convencionales. Personas cercanas al presidente afirman que ha consultado al primer ministro húngaro, Viktor Orban, una figura que a menudo ha chocado con la Unión Europea y Washington en materia de normas democráticas, así como por su postura cercana al Kremlin.
Putin, el encantador de serpientes
Antiguos funcionarios advierten de que este desequilibrio podría favorecer a Putin. “Hay que evitar caer en la trampa de su habilidad para debatir… algo que puede parecer razonable, pero que está distorsionado”, afirma Eric Green, que formó parte del Consejo de Seguridad Nacional bajo la presidencia de Biden. “Se necesita a alguien en la sala que pueda mirar al presidente, poner los ojos en blanco y negar con la cabeza”, añade Daniel Fried, antiguo embajador en Polonia.

Sin mujeres en el bando ruso
La cumbre arrancará a las 21:30 hora peninsular (las 11:30 de Alaska). Primero habrá un “cara a cara” entre Putin y Trump, a los que después se sumarán delegaciones integradas por cinco altos funcionarios, lo que incluirá un “desayuno de trabajo”. Tampoco es que el presidente ruso esté asesorado por expertas femeninas. Es más, entre los delegados rusos no habrá mujeres. Putin acudirá a la base militar de Elmendorf-Richardson flanqueado por el veterano ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, el de Defensa, Andrei Belousov, el de Finanzas, Anton Siluanov, el enviado ruso para la cooperación económica con Estados Unidos, Kiril Dmitriev, y Yuri Ushakov, asesor del Kremlin para política internacional. La falta de mujeres será más que explícita en el bando ruso.
El ‘cara a cara’ entre Putin y Trump
La Casa Blanca rechaza la idea de que Trump no esté preparado para encarar a Putin. La subsecretaria de prensa Anna Kelly insistió en que el presidente “siempre recibe información de su talentoso equipo de seguridad nacional” y que el Departamento de Estado reorganizado es “más ágil” y “más rápido”. Rubio, además de su papel como máximo diplomático de Estados Unidos, también ejerce como asesor de seguridad nacional en funciones.
Hace siete años, en Helsinki, Trump se puso públicamente del lado de Putin frente a su propia comunidad de inteligencia en lo relativo a la interferencia electoral rusa. Ahora, mientras califica la reunión de este viernes como “una toma de contacto… para ver si podemos llegar a un acuerdo”, los veteranos de la política exterior de Washington solo pueden esperar que el instinto y la relación personal -las herramientas preferidas de Trump- sean suficientes frente a un líder ruso que ha sobrevivido a cuatro presidentes estadounidenses.