LA EXPERTA

“Trump busca llevar a Maduro al límite, pero aún hay alternativas a la fuerza”

La analista de seguridad internacional Lena Georgeault explica cómo el ultimátum de Washington, el cierre del espacio aéreo venezolano y el giro de países caribeños están estrechando el margen del chavismo en la región. "Si Maduro necesitara huir, el destino más probable seguiría siendo Cuba"

El ultimátum de Donald Trump para que Nicolás Maduro renuncie “de inmediato”, unido al cierre declarado del espacio aéreo venezolano, ha elevado la tensión en la región a niveles inéditos desde hace años. Washington envía señales de mano dura mientras multiplica su presencia militar en el Caribe y presiona a los gobiernos vecinos para que abandonen la neutralidad.

Ante este contexto, la analista de seguridad internacional Lena Georgeault sostiene que la escalada no implica necesariamente un desembarco estadounidense, pero sí un giro decisivo en la estrategia hacia Caracas. Una presión coordinada -financiera, diplomática y militarmente-  que deja al chavismo con menos margen que nunca. 

Donald Trump responde preguntas de los periodistas
EFE/EPA/YURI GRIPAS

-¿Cuáles podrían ser los próximos pasos de EEUU considerando ese ultimátum de Trump a Maduro para que renuncie inmediatamente, y cómo impactaría esto en la estabilidad regional del Venezuela?

La presión sobre Caracas está aumentando de forma crítica estos días, pero esto no implica necesariamente que la situación vaya a desembocar en una invasión por parte de Estados Unidos. Para anticipar los próximos pasos es imprescindible entender los objetivos de Trump: enviar un mensaje de mano dura que movilice a su base y presentarse como el líder capaz de resolver el problema del narcotráfico en la región. Nada de esto exige, por sí mismo, una intervención militar directa en territorio venezolano. Washington dispone de otras medidas de presión. Una de ellas es la escalada de sanciones financieras y energéticas, que podrían golpear con fuerza a los círculos de Maduro, a PDVSA y a redes criminales asociadas, acelerando un colapso interno del régimen. Otra vía es la presión militar más o menos directa, mediante demostraciones de fuerza y ejercicios conjuntos con gobiernos afines como Colombia o Trinidad y Tobago.

Diosdado Cabello y Kamla Persad-Bissessar
La primera ministra de Trinidad y Tobago está en el ojo del huracán
KiloyCuarto

Incluso se podrían dar operaciones encubiertas, algo especialmente relevante después de que Trump reconociera públicamente actividades de la CIA en suelo venezolano. A esto se suma el aislamiento diplomático. Estados Unidos puede activar la OEA (Organización de los Estados Americanos) y el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) en torno a la narrativa según la cual Venezuela representa una amenaza regional vinculada al narcotráfico. Esa idea está ganando terreno en América Latina, donde se observa un consenso democrático creciente contra el régimen de Maduro. Varios gobiernos de la zona se han alineado con Washington en la lucha contra actividades ilícitas atribuidas a Venezuela, como el tráfico de drogas y la inmigración clandestina. En conjunto, este contexto ofrece a Estados Unidos un amplio abanico de opciones para intensificar la presión.

Nicolás Maduro contra EEUU - Internacional
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en una fotografía de archivo.
EFE/ Miguel Gutiérrez

-Dado el cierre declarado de espacio aéreo venezolano por Trump y sus últimas declaraciones llamándolos, literalmente, “hijos de perra”, ¿es factible una intervención militar en suelo venezolano?

Estados Unidos posee sin duda las capacidades militares necesarias para intervenir en Venezuela, pero una ocupación terrestre a gran escala sería una opción extremadamente costosa en muchos planos, incluido el de la política interna. Un reciente sondeo de CBS indica que el 70% de los estadounidenses se opone a una intervención militar en Venezuela, e incluso entre los simpatizantes de Trump existe una división considerable sobre esta cuestión. Además, iniciar un conflicto armado de gran envergadura tampoco encaja con la aspiración del presidente de presentarse como un agente pacificador, algo que él mismo ha sugerido en repetidas ocasiones al presumir del número de conflictos que afirma haber resuelto.

Trump
Personas esperan en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar

Por eso, un escenario de invasión clásica parece menos probable que una estrategia de presión combinada en varios planos. Es decir, algún tipo de escalada sí es previsible, pero puede adoptar formas diversas. Desde luego, el hecho de que Trump no parezca tener una visión a largo plazo sobre Venezuela y se haya mostrado volátil e impredecible en numerosas ocasiones añade un nivel adicional de incertidumbre.

-¿Cómo afecta la pérdida de neutralidad de países como Trinidad y Tobago y qué rol jugarían potencias como Rusia o China en un escenario de mayor aislamiento de Maduro? ¿Qué países están en la lista de Maduro para poder refugiarse?

La posición de Trinidad y Tobago ha estado marcada por una aparente ambigüedad. La primera ministra ha expresado públicamente su orgullo por recibir tropas estadounidenses para ejercicios conjuntos, al tiempo que insiste en que su territorio no se utilizará para lanzar un ataque contra Venezuela y que Washington nunca se lo ha solicitado. Sin embargo, este discurso contrasta con hechos concretos, como la intensificación de la cooperación militar con Estados Unidos. En la práctica, se están reconfigurando las alianzas estratégicas del país. Los incentivos para ello son múltiples, desde la necesidad de diversificar la economía hasta la preocupación real por el narcotráfico.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en Caracas (Venezuela)
EFE/ Miguel Gutiérrez

La reacción de Maduro a este acercamiento fue radical: Venezuela suspendió sus acuerdos energéticos con Trinidad y Tobago. Este giro supone para Caracas la pérdida de una vía alternativa para no depender exclusivamente de PDVSA, el fin de rutas semiopacas para mover capitales y la desaparición de un acceso relativamente seguro a intermediarios financieros menos expuestos a sanciones estadounidenses. Además, es de esperar que se diluya la tradicional neutralidad de Puerto España en el seno de CARICOM frente a resoluciones críticas hacia el régimen venezolano.

En este nuevo contexto, reforzar vínculos con Rusia y China es una opción lógica para Caracas, pero ambos tienen sus propios intereses y agendas. Moscú está absorbido por la guerra en Ucrania mientras que Pekín prioriza la estabilidad y la rentabilidad de sus inversiones. Ni China ni Rusia tiene interés en tensar sus relaciones con Washington más de lo necesario. Teniendo en cuenta esta situación, si Maduro necesitara huir, el destino más probable seguiría siendo Cuba, refugio natural del chavismo por la profundidad histórica y estructural de sus vínculos con La Habana. Concederle asilo encaja en la narrativa cubana de resistencia frente a Estados Unidos, mientras el régimen cubano permanezca en el poder.

-¿Cuál es la viabilidad a mediano plazo del chavismo para mantener el poder, y qué escenarios de transición interna anticipa?

Si se produjera una caída repentina, los escenarios posibles van desde una salida negociada hasta episodios de caos marcados por luchas entre facciones. Muchos de los principales líderes de la oposición están en el exilio o escondidos, y esa fragmentación hace muy difícil imaginar una transición ordenada en caso de un derrumbe brusco del régimen. Otro factor decisivo sería el papel de las Fuerzas Armadas y cómo reaccionarían ante la presión estadounidense y una eventual caída del gobierno venezolano. Todo ello añade capas de complejidad e incertidumbre.

Venezuela
Una mujer sostiene un arma durante instrucciones militares por parte de la FANB de Venezuela
Efe

En cualquier caso, evitar que Venezuela se convierta en un Estado fallido y se sumerja en el caos es un desafío mayúsculo. La pregunta central es quién tendría la capacidad y la legitimidad para garantizar la gobernabilidad, reconstruir los servicios básicos y estabilizar la financiación del país en un escenario de colapso. Por el momento, no existe un actor evidente que pueda asumir ese enorme reto. Entre la volatilidad de Trump, la erosión de las instituciones venezolanas y un panorama económico y financiero devastado, el futuro del país se presenta más incierto que nunca.