El Gobierno y el Partido Socialista aseguran estar padeciendo “una campaña de acoso y derribo” que “ve todo el mundo”, en palabras del ministro de Transformación Digital, Óscar López. Esa lectura de los escándalos que les persiguen viene a ser el elefante en la habitación que el presidente, Pedro Sánchez, ha intentado obviar este lunes, elevando el tono frente a Israel para desplazar los focos o realizando algunos anuncios discretos en materia de Cultura.
La agenda pública del Ejecutivo no recogía una sola entrevista en radios o televisiones -en el anterior mes, cada lunes se contabilizaban entre dos y tres-; algunos ministros sí realizaban declaraciones y era en ese contexto cuando López vendía que el Gobierno está sometido al asedio “por tierra mar y aire”.
Incluso aprovechaba para recetar “tranquilidad”. “El Gobierno ha actuado de forma ejemplar y va a seguir haciéndolo”, prometió. Al ministro de Transición Digital le preguntaban si el Ejecutivo ha sido “chantajeado” con la publicación de mensajes privados del presidente y de José Luis Ábalos, exsecretario de Organización y exministro, hoy diputado en el grupo mixto e investigado por el caso Koldo. Evitaba contestar.
En un acto posterior, en el que intervino Sánchez, coincidieron también Yolanda Díaz (vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo); Ernest Urtasun (Cultura) José Manuel Albares (Exteriores); Elma Saiz (Seguridad Social) y el propio López.
Ni los ministros ni el presidente decidieron ponerse ante las cámaras. La publicación de mensajes privados de Sánchez con Ábalos, primero, y el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que apunta a Santos Cerdán, después, han acentuado el mutismo del Ejecutivo.
La última reacción conocida fue la de María Jesús Montero, vicepresidenta primera, que rechaza hacer “especulaciones” antes de poder leer el informe. Cree que esta noticia se está utilizando para erosionarles, y evita aludir al secretario de Organización.
“Nadie dice nada de Santos”, “no se habla de eso”, asegura a este medio un dirigente con escaño. También afirma que al secretario de Organización del PSOE se le ve “muy seguro”.
A los suyos no tanto; Bolaños puso “la mano en el fuego” por Cerdán el jueves, horas después de que Artículo14 publicase que el informe de la UCO apunta a que la traba de Koldo le habría regalado dos vehículos. Sin embargo, en los días sucesivos fue ganando peso el silencio.
El lunes, El Confidencial informó de que algunos de los mensajes de Cerdán recopilados por la UCO lo relacionarían con adjudicaciones a la empresa acciones Acciona. La cascada de informaciones de los últimos días apenas se ha visto contestada desde el Gobierno y desde Ferraz con alusiones a la “campaña” de la derecha y la ultraderecha en su contra.
También con menciones a la “indefensión” del secretario de Organización del PSOE, que permanece alejado del foco. No se ha pronunciado, explican, porque ni siquiera ha podido leer qué argumentos maneja la UCO en el informe, aún en elaboración.
En el partido se ha hablado del incidente con una periodista que se personó en el domicilio particular del político, en el que no se encontraba Cerdán, pero sí su esposa. “Nadie quiere dar la cara; Bolaños yo creo que será el último en poner manos en el fuego”, apunta un dirigente socialista. El mismo que afirma que el “silencio público” contrasta con el “desánimo” que se vive de puertas para adentro.
“La cosa está tensa”, admite un tercero, que asume que la discreción, cuando no el silencio, sean las constantes estos días: “Cualquier cosa que se diga, mal”, apostilla. La posición oficial sigue siendo el cierre de filas con el número tres socialista. Aunque alguno de los interlocutores deja caer que Sánchez está en una encrucijada; si el informe resulta completamente demoledor, un futurible cese tumbaría “el discurso de que todo es un complot”.
Pero, si las explicaciones de Cerdán sobre el informe no convencen fuera de Ferraz, el riesgo de verse políticamente señalados como cómplices de la presunta trama corrupta sería demasiado grande. Demasiado jugoso para el PP, que la semana pasada ya acusó a Sánchez de liderar una “trama criminal” únicamente por la publicación de los mensajes de Whatsapp, que hoy no atestiguan ningún ilícito penal.
Más, teniendo en cuenta que el PSOE siempre ha presumido de que requirió su escaño a Ábalos (febrero de 2024) escasos días después de que estallase el escándalo de la trama, cuando todavía no había sido citado como investigado. “Desde el primer momento exigimos responsabilidades políticas”, afirmó Montero el lunes, en declaraciones a los medios de comunicación.
Montero: “No podemos opinar de algo que no existe”
En un acto celebrado durante la tarde, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda rechazó hacer valoraciones sobre un informe “que no existe”, aunque se diga que “va a existir”.
“Algunos ya quieren convertir su propia especulación en la verdad”, acusó la número dos del PSOE, que también destacó que el informe aún no consta formalmente en la causa: “No podemos opinar de algo que no existe”, insistió.
Previsiblemente, tendrán que volver a responder preguntas sobre esta cuestión durante la mañana del martes, ya en las ruedas de prensa del Consejo de Ministros y en la posterior a la Junta de Portavoces, en el Congreso de los Diputados.
El lunes, que Sánchez anunciara para después del verano el plan nacional de acción cultural en el exterior (2025-2028), o que criticase que Israel pudiese participar en el festival de Eurovisión, le permitió ganar algunos titulares. Cuestionar la coherencia del festival, que permite participar a Israel pero no a Rusia, por la invasión en Ucrania, le sirvió para elevar levemente sus críticas. El control de la agenda se le sigue resistiendo.