El impacto emocional tras un diagnóstico

Cómo cuidar las emociones de un paciente con cáncer

La ansiedad y el sufrimiento afectan la calidad de vida de una persona que afronta tratamientos contra el cáncer

El diagnóstico de cáncer en una persona supone una ruptura biográfica significativa y puede generar niveles de sufrimiento elevados, incluso episodios de ansiedad y depresión. De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, la ansiedad y el sufrimiento afectan la calidad de vida de una persona que vive y está bajo tratamiento contra el cáncer.

Cuando una persona se encuentra bajo mucho sufrimiento o padece altos niveles de ansiedad, es posible que retrasen el tratamiento, según el instituto. Por este y otros motivos, es importante tratar los efectos psicológicos que pueden derivar de una enfermedad tan seria.

En un proceso como el tratamiento oncológico, el acompañamiento emocional se convierte en una pieza clave tanto para el paciente como para su entorno. Mercedes Sanz Laburta, especialista en Psicooncología del Hospital Universitari Sagrat Cor, explica cómo se viven algunas emociones y qué papel juega la psicooncología en el bienestar de los pacientes.

Las emociones no causan cáncer

Uno de los primeros mitos que la especialista desmonta es la supuesta relación entre las emociones y el origen del cáncer. “Las emociones no causan cáncer. No existe ninguna evidencia científica que relacione el origen de la enfermedad con una gestión inadecuada de las emociones”, aclara Sanz.

Sin embargo, matiza que el estrés crónico mantenido en el tiempo puede afectar al sistema inmunológico, y estas alteraciones pueden conllevar un aumento del riesgo de ciertos problemas de salud en general. Por eso, aunque las emociones no sean la causa, aprender a gestionarlas es una parte importante del cuidado integral del paciente.

Cómo afecta el cáncer psicológicamente

El diagnóstico de cáncer, explica Sanz, “origina una ruptura emocional inesperada para la que no se está preparado”. A partir de ese momento, el paciente atraviesa un proceso de adaptación donde pueden aparecer sentimientos de miedo, rabia o tristeza. “Aunque es normal y saludable que surjan estas emociones, si no se gestionan adecuadamente pueden transformarse en cuadros clínicos que conlleven ansiedad y/o depresión”, advierte.

La especialista subraya que el impacto psicológico no se limita al paciente, sino que también puede afectar profundamente a su familia y entorno más cercano, quienes viven el proceso con preocupación y angustia.

Cáncer de mama - Pruebas
Una médico observa los resultados de la prueba
EFE

Las fases de un diagnóstico oncológico

Cada persona afronta el cáncer de forma distinta, pero según la psicooncóloga, suele haber etapas emocionales comunes. “Tras el diagnóstico puede producirse un shock emocional, una reacción psicoemocional ante una amenaza para la integridad física y emocional que activa los mecanismos de defensa”, explica.

Con el tiempo, llega la fase de asimilación, en la que el paciente se va adaptando al procesar lo que se está viviendo. Durante los tratamientos, añade Sanz, pueden aparecer momentos de falta de fuerza debido al debilitamiento físico, lo que también repercute en el estado mental.

Finalmente, llega una etapa de recuperación emocional, en la que el bienestar mental mejora a medida que el cuerpo se va recuperando.

Cómo apoyar a una persona con cáncer

El acompañamiento emocional adecuado puede marcar una gran diferencia. Lo principal es tratarle desde la empatía y la cercanía, lo que significa escuchar, comprender y sintonizar con sus necesidades, señala Sanz.

Entre sus recomendaciones, destaca validar los sentimientos del paciente, evitar frases como “sé cómo te sientes” y no presionarle para que cambie su estado de ánimo. También aconseja permitir que sea el paciente quien hable del tema si lo desea, mantener el contacto visual, sonreír, y continuar con las mismas costumbres en la medida de lo posible.

Por otro lado, es importante evitar aconsejar sobre cómo creemos que debería sentirse o minimizar sus emociones, ya que no se ha experimentado la misma situación que el paciente. Además, decirle que debe estar alegre solo consigue el efecto contrario: que se sienta más aislado y menos comprendido.

También, el buscar otros temas qué tocar además del cáncer, es necesario para evitar que la persona sienta que los demás solamente lo identifican como alguien “con cáncer”.

La mayoría de las personas diagnosticadas en 2025 con cáncer serán hombres: 166.513, frente a 129.590 mujeres

La importancia del bienestar emocional en un paciente

Cuidar la salud mental es tan fundamental como tratar el cuerpo. “Una adecuada gestión emocional puede ayudar a prevenir la aparición de determinados trastornos relacionados con la ansiedad o la depresión”, explica la psicooncóloga.

Entre los signos de alerta más comunes menciona el insomnio, la apatía, la pérdida de ilusión, los ataques de pánico o la desesperanza.

La terapia psicooncológica

Cada vez más hospitales incorporan especialistas en psicooncología dentro de las unidades de oncología. “Desde el oncólogo hasta el radioterapeuta pueden recomendar al paciente acudir a nosotros”, explica Sanz.

La especialista distingue entre dos tipos de intervención:

Terapia de psicooncología: es recomendada cuando existen síntomas ansioso-depresivos.
Asesoramiento psicooncológico: aconsejado desde etapas tempranas, como el diagnóstico, para proporcionar herramientas que ayuden a entender las emociones y manejarlas; además de acompañar también al cuidador principal.

Además, existen asociaciones y grupos de apoyo que ofrecen acompañamiento emocional. “Estos siempre deben estar dirigidos por profesionales con formación específica, porque el cáncer es una enfermedad compleja que requiere una atención psicológica personalizada”, subraya Sanz.

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