Salud física

El riesgo del síndrome del cuidador y cómo reconocerlo

La sobrecarga del cuidador no solamente afecta a la persona cuidadora sino también al paciente, por eso es importante detectarla

Síndrome del cuidador
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Cuidar de una persona que sea completamente dependiente puede ser una tarea muy difícil, especialmente si se trata de algún ser querido y no de un trabajo remunerado. Es muy común que el esfuerzo físico diario se pueda ver asociado a una gran sobrecarga emocional y esto puede llevar al “síndrome del cuidador”.

La doctora Nieves Fernández Letamendi, especialista en Geriatría del Hospital Quirónsalud Zaragoza, explica que este síndrome es “un estado de agotamiento físico, emocional y mental que se desarrolla en las personas dedicadas al cuidado continuado de un familiar”. Es más frecuente de lo que parece, y suele detectarse cuando “el paciente con demencia o deterioro cognitivo acude a consulta acompañado por su cuidador, quien muestra signos visibles de sobrecarga ”.

Las causas del síndrome

Las razones detrás de esta sobrecarga son múltiples. “El cuidador, que suele ser el cónyuge o un hijo, asume muchas veces en solitario una tarea muy demandante, con sobreesfuerzo físico y emocional, y sin descanso”, detalla la doctora Fernández.

A esta presión se suman emociones como la frustración, el enfado o la tristeza, junto a lo que se conoce como duelo ambivalente. “Es una mezcla de sentimientos al ver que el ser querido está físicamente presente, pero no psicológicamente”, advierte la experta.

Riesgos de la sobrecarga

Esta situación puede tener consecuencias graves para el cuidador, como el desarrollo de un cuadro ansioso-depresivo severo, alerta la especialista. Por ello, la detección precoz es esencial. “En consulta proporcionamos pautas y consejos para mantener una relación adecuada con el familiar y prevenir esta sobrecarga”, afirma.

Síntomas del cuidador

Reconocer los síntomas a tiempo es clave. La doctora Fernández Letamendi destaca algunos signos de alarma habituales: cansancio persistente, trastornos del sueño, irritabilidad, ansiedad, aislamiento social, dolores físicos sin causa aparente y sentimientos de culpa. Muchos cuidadores relatan sentir que no pueden con todo, que pierden el control de sus vidas, o que se sienten muy solos pero no quieren “ cargar” al resto de la familia. Se sienten muy frustrados porque consideran que es su obligación pero se sienten desbordados.

Nieves Fernández Letamendi, especialista en Geriatría del Hospital Quirónsalud Zaragoza

Consejos para cuidar de una persona mayor con algún tipo de demencia

La doctora Fernández propone cinco pautas fundamentales para aliviar la carga del cuidador:

  • Fomentar el autocuidado: “El cuidador tiene que entender que también necesita cuidarse a sí mismo, y no debe sentirse culpable por hacerlo”, asegura. Caminar, hacer ejercicios de fuerza o relajación son claves para mantener el bienestar. Es importante intentar contar con una red de apoyo en cuidadores, amigos o familiares para poder tener esos momentos para uno mismo en el que puedas delegar el cuidado de manera tranquila.
  • Contar con un sanitario de referencia: Tener acceso rápido a un profesional da tranquilidad a las familias y ayuda a manejar crisis de conducta o dudas del día a día. “Asimismo, en la consulta ofrecemos pautas para manejar situaciones más complejas”, asevera la doctora.
  • Tomarse las cosas con humor: Aunque difícil, ayuda. Hay que recordar que no es el ser querido el que nos hiere, sino su enfermedad. “en realidad es el cerebro el que no funciona y no quieren hacernos daño”, recuerda la geriatra.
  • Contactar con asociaciones: Compartir vivencias con otros cuidadores alivia y enriquece. Sentirse acompañado es fundamental.
  • Reconocer la sobrecarga: “Ante cualquier señal, lo mejor es acudir al médico y pedir una valoración profesional”, añade. La clave está en no dejarlo pasar…. Porque cuidar también implica cuidarse.
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