Apple destruye el legado de Steve Jobs con su nuevo MacBook Pro

El cambio resulta significativo porque contradice uno de los principios más defendidos por el fundador de la empresa

MacBook Pro 2025 - Sociedad
Imagen promocional de los últimos portátiles de la firma de Cupertino.
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En 2010, durante una de sus últimas presentaciones centradas en los ordenadores Mac, Steve Jobs dejó clara su postura sobre las pantallas táctiles en portátiles. El entonces CEO de Apple consideraba que un MacBook Pro con esta tecnología sería un error “ergonómicamente terrible”.

Según explicó, tras múltiples pruebas con usuarios, la compañía concluyó que un panel vertical táctil cansaba el brazo y no aportaba una mejor experiencia de uso. Para Jobs, los Mac y los iPad debían seguir caminos paralelos, sin confundirse.

Quince años después, la situación ha cambiado. La Apple de 2025 parece dispuesta a desafiar aquella sentencia y a llevar la interacción táctil al terreno de los MacBook, empezando por su modelo más icónico: el MacBook Pro.

El primer MacBook Pro táctil

El reconocido analista Ming-Chi Kuo adelantó en X que la compañía trabaja en un MacBook Pro con pantalla táctil OLED, cuya producción en masa arrancaría a finales de 2026.

Esta vez, Apple utilizará tecnología on-cell touch, la misma que incorporan fabricantes como Samsung en sus dispositivos Galaxy. El paso no solo rompe con el discurso histórico de Jobs, sino que también abre un debate sobre si la firma está difuminando las fronteras entre portátil y tableta.

Lo llamativo es que el rumoreado portátil económico de Apple, previsto para 2025 y con procesador de iPhone, no incluirá panel táctil en su primera versión. La compañía reservaría esta apuesta para su segunda generación, estimada en 2027.

Una evolución anunciada

Aunque la noticia sorprende por lo que representa a nivel simbólico, lo cierto es que la posibilidad de un MacBook Pro táctil lleva años circulando. En 2023, el periodista Mark Gurman, de Bloomberg, ya informó de que los ingenieros de Apple estaban involucrados en un proyecto similar.

Apple destruye el legado de Steve Jobs con su nuevo MacBook Pro
Una imagen promocional de la llegada de iOS 26 en iPhone.
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Desde entonces, las señales han sido cada vez más claras: la convergencia entre el ecosistema Mac y el del iPad parecía inevitable.

El gran salto se produjo en 2021, cuando los procesadores de la serie M debutaron en el iPad Pro, después de haber revolucionado el rendimiento de los MacBook un año antes. Para muchos, ese movimiento fue el inicio de la fusión entre ambos mundos.

El iPad y el MacBook, cada vez más cercanos

La estrategia de Apple ha sido clara: reducir la distancia entre su tableta estrella y el MacBook Pro. En hardware, el camino está trazado desde hace tiempo. Pero también en software se han dado pasos determinantes.

Con iPadOS 16, por ejemplo, llegó Stage Manager, un sistema de gestión de ventanas que imitaba el comportamiento de un ordenador de sobremesa. Más adelante, con iPadOS 26, la compañía fue aún más lejos al introducir botones clásicos de cerrar, minimizar y ampliar ventana, además de una barra de menús al estilo Mac.

Apple destruye el legado de Steve Jobs con su nuevo MacBook Pro
Imagen promocional de un evento ‘One More Thing’.
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El diseño de las interfaces también ha evolucionado en esa dirección. El nuevo lenguaje Liquid Glass, con botones más grandes, bordes redondeados y espaciados generosos, parece pensado para el uso con los dedos. Todos estos movimientos preparaban el terreno para lo que hoy ya es un secreto a voces: la llegada del MacBook Pro táctil.

Productividad y cambio de paradigma

Según Kuo, la razón de este giro no es solo comercial. Apple habría observado cómo los usuarios de iPad combinan la interacción táctil con el uso de teclado y ratón. Y ha concluido que el mismo esquema podría mejorar la productividad en un MacBook Pro.

La idea de convertir el portátil en un dispositivo híbrido que aproveche lo mejor de ambos mundos es, a ojos de la empresa, una evolución natural.

No obstante, el movimiento también abre preguntas. ¿Será cómodo usar la pantalla táctil de un portátil de manera intensiva? ¿O se repetirá la fatiga de brazo que Jobs advertía hace 15 años? Apple confía en que los avances en ergonomía y en el propio software mitiguen esas dudas.

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