016 / Ni una más

El ‘Body count’: “Temen ver a una mujer que hace exactamente lo mismo que ellos y no poderla dominar”

Influencers y youtubers aseguran que el valor de una mujer reside en el número de sus parejas sexuales. "¿Cómo voy a tener hijos con una mujer que se ha acostado con 20 hombres?"

¿Cuál es tu body count? Así se inician actualmente muchas conversaciones entre jóvenes. El término, cada vez más popular, se refiere al número de parejas sexuales que alguien ha tenido. Pero no es una pregunta neutral: suele dirigirse sobre todo de hombres hacia mujeres, como si se tratara de un requisito previo para evaluar su potencial como “La Pareja”. Con mayúsculas.

Aunque ahora se usa con una fuerte carga sexual y moral, su origen no tiene nada que ver con el sexo. El término nació en el mundo de los videojuegos violentos, donde los jugadores contabilizan cuántos enemigos eliminan: “la cuenta de cuerpos”. En ese contexto, de hecho, era algo positivo, casi un marcador de habilidad. Nada que ver con el significado que ha adquirido en la cultura juvenil actual.

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¿Cuál es tu BodyCount? 🫦[ Parte 1 ]

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A mayor número, menor valor

Hay quienes afirman abiertamente que tu ‘body count’ define quién eres. Según esta lógica, tener muchas parejas sexuales -especialmente en relaciones esporádicas- te hace menos digno de una relación seria. “No te quieres lo suficiente, que necesitas esa validación”, así lo señalan en redes sociales.

Para la psicóloga Emma Iglesias, especializada en trauma y apego, esta creencia responde a un ideal aún profundamente arraigado: “El valor de la mujer se define en base al número de personas con las que se ha acostado. Siendo mayor cuantos menos hombres haya mantenido relaciones, y menor cuantos más. Todo esto hace también que se siga manteniendo un concepto e imagen de la mujer como pura, decente, virgen, muy ligado a la religión”.

“¿Cómo voy a tener hijos con una mujer que se ha acostado con 20 hombres?”

En plataformas como TikTok o Instagram abundan frases de chicos jóvenes que dejan clara esta doble vara:
-“Nos atraen mucho más las mujeres exclusivas que no han pasado por ningún hombre”
– “Antes buscábamos a la más atractiva, ahora buscamos a la menos usada
– “Yo no estaría con una mujer que haya estado con más de diez hombres”
-“Vosotras estáis 100% en vuestro derecho de acostaros con quien queráis, pero nosotros estamos 100% en nuestro derecho de elegir con quién salimos y nos casamos. Os garantizo que si una chica tiene un body count alto queda descartada para ambas opciones”
-“¿Cómo voy a tener hijos con una mujer que se ha acostado con 20 hombres, qué hija me va a salir?”
Son vídeos y discursos que se viralizan entre sus seguidores, amplificando una visión que castiga la libertad sexual femenina mientras normaliza la masculina.

Emma Iglesias lo explica así: “Siguen viendo a las mujeres como trofeos y objetos, las cuales si han sido ‘usadas’ por muchas manos, dejan de tener valor. Esta concepción viene mucho del machismo, pero también de las propias inseguridades de los hombres, quienes temen la experiencia, la libertad y el placer de la mujer”.

El descubrimiento del clítoris no fue hasta 1559

Desde esa mirada, la experiencia femenina no es admirada, sino temida. “Temen verse reflejados, ver que una mujer puede hacer exactamente lo mismo que ellos y que desde ahí no pueden tener un control sobre ellas o un rol de dominancia, sino que la relación que puede darse es de igualdad”, añade Iglesias.
La respuesta, en parte, está en el sistema. “Siempre se ha premiado a los hombres en base a con cuántas mujeres se acuesten, siendo un mayor número señal de que son hombres de éxito y deseados”, explica la psicóloga. “La libertad sexual de los hombres nunca se ha cuestionado, mientras que la de las mujeres es algo muy reciente y novedoso, lo cual va claramente en contra del sistema”.

Iglesias recuerda, además, que históricamente las mujeres no eran dueñas ni de su cuerpo ni de su deseo: “En la historia de la humanidad las mujeres debían llegar vírgenes hasta el matrimonio. El descubrimiento del clítoris no fue hasta 1559, y no se le empezó a dar importancia al placer femenino hasta hace relativamente poco, con ejemplos como el satisfyer.

Pero las consecuencias no son solo simbólicas. “Aunque no se trate de una mutilación física como en otras culturas, el juicio hacia la sexualidad femenina puede tener consecuencias similares”, advierte Iglesias. “Limita el placer, genera culpa y miedo, y desconecta a las mujeres de su cuerpo y su derecho a disfrutar”.

Ante preguntas como “¿Cuál es tu body count?”, lo importante no es el número, sino reflexionar. “Tu valor no depende de tu vida sexual”, señala Iglesias. El debate es claro: ¿por qué la libertad sexual se celebra en los hombres y se juzga en las mujeres?

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