Entrevista

Macarena Baena: “Si un medio no tiene perspectiva de género, quizá no debería recibir subvenciones”

Charlamos con la periodista especializada, Macarena Baena. Dirige la web de la Agencia EFE, Efeminista, y ha convertido su cuenta de Twitter en una especie de BOE de las violencias machistas

Macarena Baena_01
Macarena Baena, directora de Efemenista
EFE

Macarena Baena lleva treinta años en la Agencia EFE y dirige, desde hace un lustro, Efeminista, donde pone el foco en las violencias machistas. Reconoce que siempre le ha atraído el periodismo social, porque es la manera en la que se siente útil. Cree, como su compañera Laura de Grado, que su forma de hacer periodismo es un periodismo colectivo, no el clásico trabajo individual o de exclusivas, sino una labor social: “Nos pasamos fuentes, nos entrevistamos unas a otras, nos damos pautas, pido ayuda a compañeras de otros medios… Me parece que es un periodismo mucho más bonito”.

Lo cierto es que ha logrado visibilizar el nivel de violencia que sufren mujeres y niñas a través de los datos, las redes sociales y la web. Toda violencia que se conoce queda reflejada en su cuenta de Twitter, que se ha convertido en una especie de BOE de las violencias machistas, una guía, una biblia. Si Baena lo publica, ha sucedido y es así. Palabra de diosa.

¿Cómo llegaste a informar sobre violencia machista?

Durante muchos años fui jefa de la sección de Macroeconomía y Política Económica, y ahí me especialicé en estadísticas. Me siguen gustando los datos. Cuando empecé a analizar cifras, me hice muy consciente de la brecha de género. La vi reflejada en los informes del Instituto Nacional de Estadística, en los datos de ONU Mujeres… No había estadística que no mostrara esa desigualdad. Me dije: “No puede ser”. Y empecé a especializarme en brecha de género y a analizar las cifras desde esa perspectiva.

Después de un cáncer de mama pedí un cambio a la sección de Sociedad. Me lo concedieron y, poco después, me hicieron jefa de la sección. Desde ahí seguí trabajando sobre la brecha de género y comencé a centrarme en las violencias machistas. Al final, la desigualdad tiene su exponente máximo en la violencia. Una cosa me llevó a la otra.

Macarena Baena
EFE

Monté un pequeño equipo con dos compañeras para crear un área específica dentro de la sección dedicada a informar sobre desigualdad y violencia. A partir de ahí recibimos un par de premios y, poco después, me ofrecieron la dirección de la web.

Haces un seguimiento exhaustivo de las violencias machistas

Es curioso. Cuando me nombraron directora de la web, en 2020, yo no estaba en redes. Una amiga y compañera me dijo: “Tienes que estar”. Y yo le respondí: “Es que no me da la vida”. Y ella insistió: “Ya, Maca, pero no puede ser que dirijas una web y no estés en redes”. Y tenía toda la razón.

Me abrí la cuenta y aluciné. Me sorprendió el poco conocimiento que había, la falta de datos y la cantidad de mentiras que circulaban. Pensé: “¿Pero esto qué es?”.

Y, un poco por eso, empecé a hacer hilos. Vi la repercusión que tenían, el interés que generaban, y empezaron a contactarme muchas compañeras para preguntarme: “¿Cómo haces esto? ¿De dónde sacas los datos?”.

Entonces decidí tomármelo más en serio. A partir de ahí, los hilos de Twitter pasaron a ser una parte más de mi trabajo.

Los hilos semanales eran demoledores. ¿Cómo surgió esa idea?

Me di cuenta de que los medios estábamos a otra cosa: al debate público y político. Los temas que realmente importan, que nos afectan y atraviesan, no estaban. Entonces pensé: “Ya que no están, los voy a poner como portada en mis redes, porque son mías”.

Cuando empecé a hacer los hilos, revisaba los servicios de la agencia EFE para ver los casos de violencia de género del día. Pensé que, si la gente conociera la magnitud de esto, algo cambiaría. Empecé a agrupar los casos y aquello me desbordó. Era una salvajada. Ahora he dejado de hacerlos porque me quitaban muchas horas. Me estoy reinventando.

¿Cómo es un día normal de trabajo?

Empiezo muy temprano, sobre las ocho, y a las nueve se incorpora el resto del equipo. Somos tres compañeras y contamos con colaboraciones altruistas de periodistas de otras delegaciones que se sienten vinculadas al proyecto.

Intentamos reflejar en la web el trabajo de compañeras y compañeros que informan con perspectiva de género, tanto a nivel nacional como internacional, además de producir nuestros propios temas. Son reportajes más reposados, menos mediáticos, pero no por ello menos importantes.

¿Hay alguna violencia sobre la que te cueste más escribir?

La que afecta a niños y niñas. Hay que tener en cuenta que, para cada tuit o publicación, debo leer toda la información.

Intento ser extremadamente cuidadosa con el vocabulario, con las palabras que elijo, con evitar conceptos como “pornografía infantil”. Para poder hacerlo necesito disponer de toda la información. Eso implica leer auténticas aberraciones que, a veces, se quedan en mi cabeza durante días.

¿Te ha pasado factura a nivel emocional trabajar cada día con estas violencias?

Sí, me ha pasado factura y me la sigue pasando. Desde hace dos años paro en mis vacaciones, porque necesito desconectar. A veces se hace muy duro. He leído casos y he llorado. He pensado: “No puede ser, no pueden vivir así los niños y las niñas. No puede ser que no les demos portadas”. Me indigno, me frustro, me da rabia. Claro que pasa factura.

¿Te ha cambiado la visión del mundo?

Sí. Esta sobreinformación sobre la desigualdad me ha cambiado. Intento mantener el optimismo: quiero seguir creyendo que avanzamos, que la sociedad está más concienciada. Pero hay momentos en los que me angustia pensar cuánto tiempo nos llevará erradicar las violencias contra las mujeres y las niñas, si es que lo conseguimos.

El mundo, para muchas personas —especialmente para mujeres y niñas—, es un lugar muy hostil. Nosotras somos privilegiadas: vivimos en el primer mundo, en una burbuja. Pero incluso aquí hay mujeres y niñas muy cercanas que viven auténticos infiernos.

Macarena Baena lleva treinta años trabajando en la Agencia EFE
EFE

Una curiosidad: ¿te siguen más hombres o mujeres en redes?

Más mujeres, muchas más. Pero me alegra que también me sigan muchos hombres, compañeros y aliados, que preguntan, se interesan y quieren entender. Y, claro, también tengo mi pequeño grupo de haters, como toda periodista feminista.

¿Qué opinas de cómo se informa sobre violencia de género?

Pienso que hemos avanzado mucho, pero queda muchísimo por hacer. Falta formación en perspectiva de género en las redacciones.

Las altas instancias deben tomárselo en serio. La perspectiva de género no es “el periodismo de las periodistas que hablan de igualdad”. Hace falta perspectiva de género en la información sobre Casa Real, Justicia, Economía o Deporte. Invisibilizar, obviar o silenciar a las mujeres también es violencia.

Tenemos una enorme responsabilidad en los medios de comunicación, y no siempre la asumimos. Se están haciendo muchas cosas bien, pero sigue existiendo esa tendencia de pensar: “Esto es cosa vuestra”. No. Esto es cosa de toda la sociedad. Nos afecta a todas y a todos, y esa conciencia aún no está en las redacciones.

¿Y en la prensa del corazón?

No la sigo mucho, no es mi espacio. Pero me horroriza que se dé voz a agresores, a hombres acusados o señalados por violencia. Se filtran datos de víctimas, se revictimiza a mujeres que ya han sido agredidas. Que una mujer sea conocida no justifica que se la vapulee en un programa del corazón.

Me parece tremendo que se permita. Tener sentados a agresores en tertulias de máxima audiencia me deja sin palabras.

¿Crees que se debería legislar o imponer obligaciones a los medios de comunicación?

Sí. Lo hemos debatido muchas veces entre compañeras y coincidimos en que la formación en perspectiva de género debería ser obligatoria en los medios. Hasta el punto de que, si un medio no la ofrece, quizá no debería recibir subvenciones, ayudas o participar en concursos públicos.

Uno de los problemas estructurales más graves de la sociedad española es la violencia machista. Y está demostrado que la educación y la formación son las mejores herramientas para combatirla. Los medios tenemos la obligación de formar parte de esa lucha.

El problema es que no hay una legislación punitiva, son solo recomendaciones. Creo que debemos ponernos mucho más serios con esto. Quienes incumplen por desconocimiento pueden aprender, pero quienes lo hacen con pleno conocimiento están haciendo apología de la violencia. Y eso, como país, no deberíamos permitirlo.

Si algo de lo que has leído te ha removido o sospechas que alguien de tu entorno puede estar en una relación de violencia puedes llamar al 016, el teléfono que atiende a las víctimas de todas las violencias machistas. Es gratuito, accesible para personas con discapacidad auditiva o de habla y atiende en 53 idiomas. No deja rastro en la factura, pero debes borrar la llamada del terminal telefónico. También puedes ponerte en contacto a través del correo o por WhatsApp en el número 600 000 016. No estás sola.