El tabú de los abusos sexuales en la infancia: una de cada cinco personas los ha sufrido

Los estudios señalan que en el 72 por ciento de los casos de violencia sexual infantil las víctimas son niñas y el 98 por ciento de los agresores son hombres

Una de cada cinco personas ha sufrido abusos en la infancia
KiloyCuarto

Una de cada cinco personas ha sufrido abusos sexuales en el infancia. Son las estimaciones del Consejo de Europa, la Comisión Europea y distintas onegés de renombre como, por ejemplo, Save the Children. Son datos escalofriantes. Hagan el cálculo en cada reunión familiar, con amigos, en el trabajo, en el transporte público. Según los expertos, entonces, convivimos a diario con víctimas que sufrieron violencia sexual cuando eran pequeños.

Sin embargo, las cifras no parecen penetrar nuestra cabeza. No es un tema que ocupe tiempo en el espacio público y político. Apenas se habla de ello, no hay campañas de concienciación, ni debates. Es un tabú que la mayoría parece ignorar de forma consciente. ¿Por qué nos resulta tan complicado asumir lo que está ocurriendo?

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Disonancia cognitiva

Para Noemí Álvarez Boyero, psicóloga y experta en trauma, cuando hablamos de síntomas disociativos, parece que nos referimos “a la falta de conciencia sobre algo que me ocurre a mí. Pero en la práctica también lo hacemos cuando son fenómenos sociales, o son situaciones que mi cerebro encuentra tan feas que no las quiere digerir. Efectivamente, no es que no manejemos la verdad, es que aunque la manejamos, aunque lo decimos, parece que la tendencia es volver a olvidarlo o pensar que exageramos, porque son realidades, tan sumamente duras, que al final generan deseo de que no sea verdad”.

Las estadísticas hablan de que alrededor del 30 por ciento que acude a terapia por otro motivo ha sufrido abusos en la infancia, pero Álvarez Boyero discrepa. “Yo que me dedico a temas traumáticos, te lo subiría. Te diría casi que el 40% de las personas que vienen a la consulta han tenido algún tipo de abuso“, alerta.

No acuden y verbalizan la violencia sexual, eso es muy poco frecuente. Suelen pedir ayuda por síntomas asociados o productos de ese abuso sexual o pueden ni siquiera recordarlos y que surjan en terapia.

¿A qué secuelas se enfrentan las víctimas?

Chelo Álvarez es psicóloga y lleva muchos años tratando a víctimas de abusos en la infancia y advierte de que las secuelas no son solo psicológicas, si no que también afectan a la salud física, al desarrollo social y al proyecto vital de las supervivientes.

Álvarez explica que los más comunes afectan a estos tres pilares fundamentales en la vida de una persona. La salud mental: las víctimas suelen sufrir depresión, ansiedad, estrés postraumático, autolesionarse y el consumo de sustancias.

Quedan también dañados los vínculos y la confianza: los supervivientes suelen tener dificultades para establecer relaciones seguras, desarrollan desconfianza hacia los adultos y cierto aislamiento.

“El impacto vital es brutal”, explica la psicóloga. Es común el bajo rendimiento escolar, un mayor riesgo de revictimización en la vida adulta, problemas laborales, sociales y de pareja.

Chelo Álvarez insiste en que el abuso sexual en la infancia “no es un episodio, si no que invade el cuerpo, la memoria y las relaciones, pero con atención especializada sí hay posibilidad de reparación”, explica. Hay esperanza.

Pocos datos, es una violencia oculta

En 2024, la Fiscalía investigó más de 3.283 casos de violencia sexual contra menores, una cifra alarmante que sigue en aumento. En 2023, hubo 104.748 denuncias en España de imágenes de abuso sexual infantil en Internet, lo que supone unas 2.000 denuncias por semana.

Una encuesta reciente a jóvenes de 18 a 21 años reveló que el 97 por ciento sufrió algún tipo de violencia sexual digital cuando eran menores. Los organismos internacionales como GREVIO (2024) y CEDAW (2023) han pedido a España reforzar la protección de la infancia frente a la violencia sexual.

La sencilla manera para establecer una rutina en niños
Una niña se pone unas zapatillas

Un estudio del Ministerio de Igualdad asegura que el 72 por ciento de los casos de violencia sexual infantil las víctimas son niñas y el 98 por ciento de los agresores son hombres. Del mismo modo, señala que en el 64,11 % de los casos los abusos no se reducen a un episodio y que la edad más frecuente de las víctimas se sitúa entre los 5 y 12 años.

No hablamos de casos aislados, son miles cada año, también en lo digital. Para Álvarez la respuesta debe ser rápida, única y especializada. “La realidad es que se les descree, en ocasiones ni siquiera se les escucha (a pesar de existir informes médicos)”, apunta.

Que deberían hacer las instituciones

La terapeuta asegura que si el agresor es cercano o respetado, “aumenta la incredulidad y se duda del relato infantil. Critica los procesos hostiles a los que se enfrentan quienes encuentran la forma de dar el paso de denunciar. “Realizan múltiples entrevistas, existe una evidente falta de formación en profesionales y los espacios están poco adaptados para las víctimas, con lo cual, se les revictimiza”.

Por todo ello, Álvarez reclama que se siga el modelo de atención integral Barnahus (Casa de la Infancia) donde el niño solo tiene que contar su historia una vez en un entorno seguro. Y que además, estén dirigidas por profesionales con enfoque de trauma género e infancia.

“Las entrevistas forenses deberían ser únicas y grabadas, con protocolos basados en evidencia, para evitar sugestión y revictimización de las víctimas“, explica.

Para este tipo de casos la especialización es fundamental, opina Álvarez. “Debe haber formación obligatoria en trauma infantil y violencia sexual para jueces, fiscales, policías, médicos, docentes y trabajadoras sociales”.

Prevención en escuelas y familias

“La atención psicológica especializada debe ser inmediata, sin listas de espera y con seguimiento a largo plazo”, demanda Álvarez, quien también pide prevención en escuelas y familias. Considera que se debe trabajar y enseñar educación afectivo-sexual, se debe trabajar sobre el concepto de consentimiento y es importante la “alfabetización digital para reducir la violencia en línea”.

No existen datos claros de cuántas denuncias son sobreseídas y no admitidas a trámite. Esto consigue condenar a la niña o niño a un infierno insoportable y a sus mamás a un carrera sin fondo. Se necesita una mayor transparencia y sistemas de evaluación. Se deben recabar y crear un sistema de datos claros sobre denuncias, condenas, tiempos de respuesta y apoyo a las víctimas de abuso sexual infantil”, repite Álvarez.

“Creer no significa condenar sin pruebas, significa proteger sin daño mientras la justicia hace su trabajo. Y en ese paquete entran los servicios sociales, los hospitales, los coles…. Ante sospechas hay q denunciar y proteger a esa niña o niño. Esto en demasiadas ocasiones no se hace. Girar la cara ante este drama destructor de la infancia, es ser cómplice del abuso”, insiste.

Si algo de lo que has leído te ha removido o sospechas que alguien de tu entorno puede estar en una relación de violencia puedes llamar al 016, el teléfono que atiende a las víctimas de todas las violencias machistas. Es gratuito, accesible para personas con discapacidad auditiva o de habla y atiende en 53 idiomas. No deja rastro en la factura, pero debes borrar la llamada del terminal telefónico. También puedes ponerte en contacto a través del correo o por WhatsApp en el número 600 000 016. No estás sola.