Angelina Jolie regresa a Cannes

La actriz ha regresado este fin de semana al Festival de Cannes como madrina del Trophée Chopard, en una presencia que supone su vuelta al certamen más de una década después

Angelina Jolie en el estreno de 'Eddington' durante el 78º Festival de Cine de Cannes, en Cannes, Francia, el 16 de mayo de 2025.
EFE/EPA/GUILLAUME HORCAJUELO

Angelina Jolie volvió a acaparar titulares este fin de semana al pisar la alfombra roja del Festival de Cannes por primera vez en más de una década, no como parte de una película en competencia, sino como la madrina de honor del prestigioso Trophée Chopard. Con su elegancia característica y una presencia magnética, Jolie nos recordó que su influencia en el mundo del cine va más allá de cualquier rol protagónico. Y lo hizo justo antes de que su ex pareja Brad Pitt aterrice en Mónaco para presentar su esperada película sobre Fórmula 1.

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La reaparición de Jolie llega en un momento en que muchos ponen el foco de atención en torno a Pitt y su nuevo proyecto ‘F1’. En cambio, ella le ha robado con facilidad el centro del escenario, convirtiéndo un rol honorífico en uno de los momentos estelares de la primavera. Sin una película que promocionar, Angelina demostró que a veces la elegancia, el propósito y el momento adecuado bastan para dominar la conversación.

Una madrina con presencia imponente

Jolie fue la figura central en la ceremonia del 25º aniversario del Trophée Chopard, un reconocimiento que celebra el talento emergente del cine internacional. En una cena exclusiva celebrada en la playa del Hotel Carlton, entregó el galardón a los actores Marie Colomb y Finn Bennett. El evento reunió a personalidades como Juliette Binoche, presidenta del jurado de este año, además de Halle Berry, Jeremy Strong, Leïla Slimani, Alba Rohrwacher, Quentin Tarantino y Carla Bruni.

Para la ocasión, Angelina lució un vestido blanco de largo hasta el suelo, con una manga estilo capa que le otorgaba un aire etéreo. El diseño abrazaba perfectamente su figura esbelta mientras caminaba por la alfombra. Completó el look con joyas de diamantes: pendientes colgantes y una pulsera plateada. Su maquillaje fue ligero, con labios rosados y el cabello suelto, aportando un toque de frescura y sofisticación. Jolie, sencillamente, volvió a redefinir el glamour.

Pero su verdadero brillo vino durante su discurso, donde reafirmó su compromiso con el cine como herramienta de transformación social. “Amo el cine internacional”, expresó frente a la audiencia. “Nos lleva a otras tierras, a momentos íntimos, incluso a los campos de batalla. Nos conecta y nos hace empatizar. Películas como ‘My Father’s Shadow’, ambientada durante la crisis electoral en Nigeria en 1993 y que se estrena aquí en Cannes, son prueba de ello”.

Y añadió con firmeza: “No somos ingenuos. Sabemos que muchos artistas en el mundo carecen de la libertad y la seguridad para contar sus historias. Algunos han perdido la vida, como Fátima Hassouna en Gaza, Shaden Gardood en Sudán o Victoria Amelina en Ucrania. Les debemos gratitud, porque gracias a su valentía hemos podido aprender y evolucionar”.

El contraste con Brad Pitt: ¿casualidad o estrategia?

El momento de este regreso ha despertado múltiples interpretaciones. A tan solo días de que Brad Pitt se deje caer en la Costa Azul, la aparición de Jolie parece una jugada maestra, aunque ejecutada con la gracia y la discreción que la caracterizan. Mientras él se prepara para una gran campaña mediática, ella ya ha capturado la atención global. No cabe duda de que cada una de sus apariciones en público tienen mucho que ver con su disputa personal.

No es la primera vez que comparten escenario en Cannes. En 2008, Angelina y Brad brillaron juntos: él presentaba ‘El curioso caso de Benjamin Button’ y ella ‘El Intercambio’, de Clint Eastwood. Jolie, embarazada de los gemelos Knox y Vivienne. Ese momento permanece en la memoria colectiva del certamen francés como uno de los más icónicos de la historia reciente del festival.

Angelina Jolie y Brad Pitt en el festival de Cannes en 2008. EPA

Ahora, cuando ya no hay pareja, ni estrategia compartida. Quedan dos trayectorias que se cruzan en el tiempo. Y en ese cruce, Angelina ha logrado opacar a uno de los títulos cinematográficos más esperados de la temporada.

Una mentora para la nueva generación

En esta nueva etapa de su vida, Jolie se presenta también como una figura guía para los jóvenes actores. Su rol como madrina del Trophée Chopard no fue simbólico: se mostró cercana, elogió con entusiasmo a los homenajeados y compartió sus propias experiencias en la industria.

“Son jóvenes muy valientes en su trabajo. Hacen elecciones arriesgadas, están emocionalmente comprometidos. Son muy prometedores”, dijo a Variety sobre Colomb y Bennett. “Parecen personas muy agradecidas y profesionales. Van a dar mucho al cine”.

Angelina también recordó un consejo que recibió de su madrina, la actriz Jacqueline Bisset: “Aprende francés y haz cine francés.” Una frase que ella comparte ahora como legado, reflejando su amor por el arte europeo y su apuesta por un cine más libre y profundo.

Más allá del glamour

El regreso de Angelina Jolie a Cannes no es una simple visita. Es un acto cargado de intención. En un festival donde cada mirada cuenta, ella ha aparecido como símbolo de madurez artística, de compromiso ético y de belleza que no busca aprobación, sino respeto.

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Mientras la alfombra roja de Mónaco se prepara para recibir a Pitt y otros grandes nombres del deporte automovilístico, el aura de Jolie permanece. Porque en un escenario saturado de estrenos, campañas publicitarias y competencias de egos, ella ha elegido presentarse sin artificios. Solo con presencia, mensaje y elegancia.

Cannes no solo celebra películas. También celebra regresos. Y el de Angelina Jolie ha sido, sin duda, el más impactante de este certamen.