David Szalay ganó en la noche del lunes el premio Booker de literatura por su nueva novela, Flesh. El galardón es uno de los más prestigiosos mundialmente en el entorno de las letras, y el más importante de la lengua inglesa en obras de ficción, premiado con una recompensa económica de 50.000 libras (57.000 euros). Además, una estatuilla conmemora el logro y se organiza una campaña de promoción que hace que la obra multiplique por varias cifras su difusión y eleva el estatus de su autor. El escritor no estaba entre los favoritos para lograr la victoria, y rompe la “maldición” del premio, que no galardonaba a un británico desde el 2020.
Flesh cuenta la historia de un hombre, István, desde su juventud hasta la mediana edad. Su protagonista comienza siendo un adolescente tímido y torpe que vive en un complejo de viviendas sociales en Hungría. Allí teje una relación equívoca y clandestina con una vecina mucho mayor que él. El libro narra su ascenso desde la pobreza hasta llegar a Londres, donde logra convertirse en una de las personas más ricas de Europa, y su posterior caída. La novela plantea preguntas acerca de qué es lo que mueve a un ser humano, según la promoción del Booker: “lo que hace que merezca la pena la vida, y lo que la rompe“. Además, el escritor irlandés Roderick Doyle, presidente del jurado, dijo del libro: “nunca habíamos leído nada igual. En buena medida es un libro muy oscuro, pero muy agradable de leer“.

Un autor muy internacional
Aunque tiene pasaporte inglés, Szalay nació en Montreal, Canadá, de madre húngara y padre canadiense. Su infancia la vivió en el Líbano, hasta que su familia tuvo que escapar del país para evitar la guerra. De allí, fue al Reino Unido donde estudiaría en las universidades de Essex y Oxford. Vivió durante años en Bélgica y Hungría, y hoy vive en Austria con su esposa y su hijo. Flesh es su sexta novela. En el año 2016, ya fue finalista del Booker con su libro All that man is. Tras la victoria del lunes, Szalay definió sui novela como “arriesgada”, empezando por el título, y explicó que para él “es muy importante el sentido del riesgo porque la ficción puede asumir riesgos estéticos, formales y hasta morales que otras artes no pueden del mismo modo”.

Según algunos críticos literarios, Szalay es el escritor de los hombres perdidos y desconcertados del siglo XXI. Alejándose de las imposiciones habituales de lo que es el género masculino, el autor se ha convertido en retratista de los varones que viven en el ambiguo terreno que separa el éxito del fracaso, la alegría de la rutina, las sensaciones de los pensamientos, en una sociedad en la que el papel social del hombre, antes marcado en piedra, ahora lo está en agua.
En los últimos 10 años, eso sí, el premio Booker ha recaído en una mujer únicamente en 3 ediciones. En el año 2018, la escritora norirlandesa Anna Burns ganó el galardón con su novela Milkman. Al año siguiente, en 2019, el premio se dio ex aequo a dos mujeres, la canadiense Margaret Atwood por Los Testamentos y la británica Bernardine Evaristo por Niña, mujer, otras. Finalmente, en la edición el año pasado, 2024, la premiada fue Samantha Harvey, con su novela Orbital.

