De Meryl Streep a Barbra Streisand: todas las mujeres de Robert Redford

Entre la complicidad en pantalla y las historias de su vida privada, las mujeres que acompañaron a Robert Redford marcaron no solo su biografía, sino también la forma en que el actor fue percibido por generaciones de espectadores

Todas las mujeres de Robert Redford
Todas las mujeres de Robert Redford
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Robert Redford nunca fue solo un galán. Su atractivo físico y su aura de rebeldía hicieron de él un icono, pero fueron las mujeres que lo acompañaron en pantalla y en su vida personal quienes ayudaron a matizar su figura, aportando profundidad y complejidad al mito. Actrices como Jane Fonda, Barbra Streisand, Meryl Streep o Natalie Wood fueron mucho más que compañeras de rodaje: se convirtieron en símbolos de una época y en espejos que revelaban distintas facetas de un actor que nunca quiso ser encasillado.

Jane Fonda, la cómplice perfecta

Si hay una relación cinematográfica que definió la carrera de Robert Redford, esa fue la que mantuvo con Jane Fonda. Se conocieron en los años sesenta y compartieron cuatro películas: The Chase (La jauría humana, 1966), Descalzos por el parque (1967), The Electric Horseman (El jinete eléctrico, 1979) y Our Souls at Night (Nosotros en la noche, 2017). Juntos encarnaron a parejas atrapadas entre la pasión, el desencanto y la madurez. Décadas más tarde, volvieron a reencontrarse en la crepuscular historia romántica de Netflix, cerrando un círculo de complicidad que duró medio siglo. Jane Fonda siempre lo describió como un hombre reservado, incluso hermético, pero con una sensibilidad que emergía en los momentos más inesperados.

Robert Redford y Jane Fonda en 'Descalzos por el parque'
Robert Redford y Jane Fonda en ‘Descalzos por el parque’

Barbra Streisand y el gran romance en pantalla

Con Barbra Streisand protagonizó uno de los romances más recordados del cine: Tal como éramos (The Way We Were, 1973). Ella, comprometida políticamente y con un fuerte carácter; él, distante y apolíneo. La tensión entre ambos se convirtió en la fuerza de la película. Barbra Streisand admitió años más tarde que, fuera de cámara, sintió una atracción genuina por Robert Redford, aunque él mantuvo siempre una estricta distancia profesional. El magnetismo de esa pareja ficticia quedó grabado como una de las historias de amor más memorables del Hollywood de los setenta.

Barbra Streisand y Robert Redford en 'Tal como éramos'
Barbra Streisand y Robert Redford en ‘Tal como éramos’

Meryl Streep, la intensidad y el drama

En Memorias de África (Out of Africa, 1985), Robert Redford encontró en Meryl Streep a una compañera de escena de enorme calibre. Fue la única película que compartieron, pero bastó para convertirse en una de las cintas más premiadas de la década. La química entre ambos no era tanto romántica como intelectual: Streep ofrecía una intensidad dramática que contrastaba con la serenidad contenida de Redford. Juntos construyeron una de las epopeyas románticas más recordadas de la historia del cine.

Robert Redford y Meryl Streep en un fotograma de 'Memorias de África'
Robert Redford y Meryl Streep en un fotograma de ‘Memorias de África’

Natalie Wood, juventud y tragedia

Antes de ser la estrella consagrada, Robert Redford compartió pantalla con Natalie Wood en dos ocasiones. La primera fue en Inside Daisy Clover (La pícara puritana, 1965), y la segunda en This Property Is Condemned (Propiedad condenada, 1966), dirigida por Sydney Pollack. Ella ya era un nombre consolidado en Hollywood, mientras que él comenzaba a despuntar. La química entre ambos fue inmediata. Wood representaba la vulnerabilidad y la intensidad juvenil, una combinación que acentuó la faceta romántica de Redford. Su prematura muerte en 1981 dio a sus colaboraciones un aura melancólica.

Natalie Wood y Robert Redford en Inside Daisy Clover (La pícara puritana, 1965)
Natalie Wood y Robert Redford en Inside Daisy Clover (La pícara puritana, 1965)

Lola Van Wagenen, la primera esposa

Más allá de la ficción, las mujeres de la vida real de Robert Redford también moldearon su trayectoria. En 1958 se casó con Lola Van Wagenen, una joven mormona a la que conoció en Utah, lejos de los focos de Los Ángeles. Juntos tuvieron cuatro hijos y compartieron un matrimonio de más de dos décadas. Van Wagenen, historiadora y activista, fue un apoyo crucial en los inicios de la carrera de Redford, especialmente cuando él apostaba por proyectos independientes que parecían arriesgados. Se divorciaron en 1985, tras años de distanciamiento.

Sibylle Szaggars, la compañera final

En 2009, Redford volvió a casarse, esta vez con la pintora alemana Sibylle Szaggars, con quien ya mantenía una larga relación. A diferencia del glamour de Hollywood, su vida en común estuvo marcada por la discreción y la tranquilidad en su rancho de Utah. Szaggars, dedicada al arte y a proyectos medioambientales, compartió con Redford un compromiso con la sostenibilidad y la creación cultural, especialmente a través del Instituto Sundance.

Una vida marcada por las presencias femeninas

La historia de Robert Redford no puede entenderse sin estas mujeres. Sus compañeras de pantalla lo ayudaron a proyectar una masculinidad compleja, nunca reducida al estereotipo de galán. Sus esposas y su familia le ofrecieron raíces en medio de un entorno profesional que a menudo lo incomodaba. Entre la ficción y la vida real, las mujeres fueron siempre el contrapunto que permitió a Redford ser mucho más que un rostro bonito: un actor, un creador y un hombre empeñado en dejar huella en el cine y en la sociedad.

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