Hace ya más de un mes del robo de película que sacudió a Francia y al mundo entero. El pasado 19 de octubre, París amanecía con la noticia de que cuatro personas se habían colado en el museo del Louvre y habían sustraído un total de ocho valiosas joyas que aún hoy no han podido ser encontradas.
Ahora, la investigación sigue activa y está teniendo grandes e importantes avances. Según ha indicado la fiscalía de la capital de Francia, la policía ha detenido a cuatro nuevas personas sospechosas de haber participado en el robo del museo. En un comunicado lanzado en el día de ayer, 25 de noviembre, anunciaron que se trata de dos hombres y dos mujeres. Los hombres tendrían una edad de 38 y 39 años, mientras que las mujeres serían de 31 y 40 años. Además, el informe ha revelado que todos ellos son originarios de la región de París.
Estas decisiones suponen un gran avance en la investigación y en la búsqueda por el paradero de las joyas. La fiscalía parisina ha confirmado que uno de estos cuatro detenidos, uno de los hombres, es el cuarto y último integrante del comando que perpetró el robo en la Galería de Apolo.
Los otros tres ladrones ya habían sido detenidos durante las pasadas semanas. Aunque la identidad del último integrante del grupo aún no se ha revelado, la de los demás ya salió a la luz. Se trata de Ayed G., Slimane K. y Abdoulaye N., ex guardia de seguridad del centro Pompidou, conocido en las redes como Doudot Cross Bitume o la “leyenda” del motrocross.

El trabajo policial que está cercando el caso
El nuevo detenido fue encontrado en las periferias de la capital parisina, concretamente en el norte, en la localidad de Aubervilliers. Según han confirmado las fuerzas de la ley del país galo, llevaban varios días siguiéndole la pista y por fin pudieron encontrarlo en la mañana del martes 25 de noviembre. Según han podido recabar, la función de este hombre durante el robo fue, supuestamente, la de vigilar a los pies de la plataforma para mudanzas que usaron para acceder a la galería Apolo, justo en la fachada del río Sena. Además, estaba encargado de la huida en una de las dos motos TMax que fueron utilizadas en la operación.
Laure Beccuau, fiscal de París informó cuando se produjo el robo de que este debía haber sido perpetrado por “delincuentes menores”, no profesionales ni una banda de crimen organizado, como se barajó a modo de sospecha originalmente. Los autores del robo actuaron con rapidez (apenas siete minutos), pero en ese proceso dejaron atrás rastros de ADN en la galería de Apolo. Eso sumado a las imágenes captadas por las cámaras de vigilancia de las calles y autopistas parisinas mientras huían, ha sido clave para dar con ellos.

Pero, ¿qué ha pasado con las joyas robadas? La policía aún no ha dado información específica, pero los rumores se han disparado. Lo que sí se sabe es que no han sido recuperadas. Una de las sospechas es que pudieron ser desmontadas para extraer las piedras preciosas y que pudieron haber salido de Francia a las pocas horas de la consumación del robo. Además, la policía francesa cree que los asaltantes contaron con el apoyo logístico de otras personas. Por otro lado, al menos dos detenidos inicialmente por su supuesta vinculación con el robo fueron puestos en libertad.
La investigación sigue su curso para dar con los objetos. La encabezan dos jueces de instrucción parisinos, designados tras la apertura de la primera investigación judicial por parte de la fiscalía de París. Paralelamente, las discusiones sobre la seguridad del museo más famoso del mundo siguen vigentes. Un informe del Tribunal de Cuentas sacó a la luz las graves deficiencias de mantenimiento y seguridad del Louvre, incluida la ausencia de cámaras de vigilancia exterior en todo su perímetro y en un alto porcentaje de sus salas.


