En The Phoenician Scheme, Wes Anderson da un paso audaz en su filmografía, conservando su inconfundible estilo visual pero inyectando una profundidad emocional que rara vez había alcanzado con tanta claridad. La película, protagonizada por Benicio del Toro, Mia Threapleton, Bryan Cranston, Michael Cera y Scarlett Johansson, es tanto una sátira geopolítica como una meditación íntima sobre los vínculos familiares. Pero más allá del habitual juego de simetrías, colores pastel y coreografías precisas, lo que resuena aquí es una historia profundamente humana y emotiva: la de un padre y su hija intentando reconstruir una relación fracturada.

Un personaje entre lo mítico y lo íntimo
El personaje central, Zsa-Zsa Korda, es un magnate europeo, encarnado por un Benicio del Toro en estado de gracia. Desde la concepción del guion, Anderson ya tenía a Del Toro en mente. En sus propias palabras, todo comenzó con una imagen: la del actor de pie, en traje, mientras presentaban The French Dispatch en Cannes. “Tenía esta idea de un hombre que no se puede matar. Alguien con un reloj carísimo, en dolor físico, pero aún imponente”, dijo Anderson. Esta visión se mezcló con los recuerdos de su suegro, Fuad, un hombre cálido pero intimidante, ingeniero y empresario, que vivía con una caja de zapatos llena de documentos y secretos. Así nació Korda: mitad figura cinematográfica de Antonioni, mitad figura paterna real.
Del Toro, por su parte, encontró en Korda un personaje complejo, contradictorio, “lleno de capas, lo que es delicioso para un actor”, como él mismo expresó. Uno de los momentos que más lo marcaron fue una escena donde Korda debe revelar secretos financieros a su hija, mientras está presente un personaje ajeno (interpretado por Michael Cera). Inquieto por la lógica emocional de la escena, Benicio sugirió un cambio, y Anderson respondió con una solución inesperada: un polígrafo de bolsillo. Así nació un gag tan absurdo como perfecto para el universo andersoniano.
La mirada femenina y el equilibrio de poder
En el centro de The Phoenician Scheme está la relación entre Zsa-Zsa y su hija Liesl, interpretada por Mia Threapleton. La inclusión de una perspectiva femenina más fuerte no solo marca un cambio importante en el cine de Anderson, sino que también introduce lo que podría leerse como una apertura una forma de mirar que prioriza la experiencia emocional y subjetiva de las mujeres, en lugar de objetivarlas o convertirlas en espectadores pasivos de la acción masculina.
Liesl no es solo un recurso narrativo o una motivación para el protagonista masculino. Es una mujer con agencia, que recibe una herencia que no desea y que negocia con inteligencia su posición en un mundo de hombres poderosos. Su figura contrasta con la rigidez de Zsa-Zsa, y la película encuentra en ese contrapunto su verdadera alma.

No es la primera vez que Anderson incorpora personajes femeninos ricos y complejos. Suzy Bishop en ‘Moonrise Kingdom’ ya mostraba señales de esto, una niña en fuga con un mundo interno vibrante. Pero ‘The Phoenician Scheme’ lo lleva mucho más allá, haciendo del personaje femenino una voz central, no subsidiaria.
En una de las secuencias más sorprendentes, Del Toro permanece en una bañera rodeado de asistentes, filmado en cámara lenta mientras todo a su alrededor se mueve rápidamente. Este efecto, logrado en una sola toma repetida más de 30 veces, transforma un momento de debilidad física en una coreografía casi surrealista. “La música es un ballet”, explicó Anderson. “Todo está coreografiado y filmado al mismo tiempo. Es como si ensayáramos mientras filmamos”. Y sin embargo, lejos de la rigidez, Benicio describe el proceso como “jugar”, una experiencia que le conectó con su niño interior. Esta libertad dentro de un marco tan preciso es parte del milagro andersoniano.
La evolución temática de Anderson
Desde ‘Rushmore’ hasta ‘The Grand Budapest Hotel’, pasando por ‘Fantastic Mr. Fox’ y ‘Moonrise Kingdom’, el cine de Anderson ha explorado obsesivamente figuras paternas excéntricas, el peso del pasado, y la melancolía de la infancia perdida. Pero en ‘The Phoenician Scheme’, esa exploración alcanza un nuevo nivel de madurez. Según Anderson, aunque no era consciente de ello durante el rodaje, luego entendió que la película era, en el fondo, una historia sobre la paternidad. “Zsa-Zsa cree que está desarrollando un plan de negocios. Pero en realidad, ese plan es una excusa para reconectar con su hija”, explicó.

Benicio lo resume de forma conmovedora: “Hay algo en el personaje que busca una segunda oportunidad. Y cambia. Me gusta pensar que la gente puede cambiar, no todos lo hacen, pero algunos sí”.
Actuar con Anderson: disciplina y juego
El elenco ha coincidido en que trabajar con Anderson es como entrar a un universo paralelo. Todo está marcado, desde los movimientos hasta el vestuario, pero dentro de esa estructura hay espacio para el juego. Como explicó Bryan Cranston, la precisión del vestuario ya modifica la postura del actor. Y como lo dijo Benicio del Toro, “hay que divertirse, incluso cuando estás ahogándote”.
El método Anderson exige rigor, pero también confianza en el proceso. “Wes quiere que digas la verdad”, afirma Benicio. “Pero también quiere que uses tu imaginación”.

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Una obra clave en la carrera de Anderson
‘The Phoenician Scheme’ representa una culminación en la trayectoria de Wes Anderson. Es una obra que conjuga todo lo que lo ha hecho reconocible —su estética precisa, su humor melancólico, su amor por los objetos y la simetría— con una madurez narrativa que lo acerca a territorios emocionales más profundos. La inclusión de actores como Benicio del Toro no solo le da al film una densidad interpretativa poderosa, sino que también lo abre a nuevas posibilidades estéticas y culturales. La película es, en esencia, una elegía al lazo padre-hija, disfrazada de sátira geopolítica. Un relato sobre la redención posible, sobre las segundas oportunidades y sobre cómo, a veces, un plan de negocios no es más que un ritual para pedir perdón. Y así, Anderson sigue reinventándose.