La temporada 2024/2025 ha sido inolvidable para el fútbol femenino español. Desde la consagración histórica de Aitana Bonmatí con su tercer Balón de Oro consecutivo hasta la destacada presencia de Mariona Caldentey, Alexia Putellas y otras figuras clave, las jugadoras españolas han dejado una huella imborrable en el panorama internacional, demostrando su dominio y liderazgo en las grandes competiciones.
Esther González, vigesimosegunda
La temporada 2024/2025 fue la confirmación definitiva de Esther González como una de las delanteras más fiables del panorama internacional. A caballo entre Estados Unidos y Europa, la granadina brilló tanto con el Gotham FC en la NWSL como con la selección española, donde fue una de las grandes protagonistas de la Eurocopa.
En su club, Esther lideró la línea ofensiva con eficacia y constancia: fue la máxima goleadora del equipo y encadenó una racha impresionante de siete goles en nueve partidos en el tramo más exigente del campeonato. Su olfato de gol no solo se mantuvo intacto, sino que creció en competitividad y madurez, lo que le valió una merecida renovación hasta 2027.
Con la selección, dejó su huella en la Euro 2025 desde el primer minuto. Fue la máxima goleadora del torneo con cuatro tantos, todos en la fase de grupos, y se erigió como una pieza clave en el engranaje ofensivo de la Roja.
El colofón a su gran año llegó con el puesto número 22 en el Balón de Oro 2025, una distinción que reconoce no solo su instinto goleador, sino también su creciente peso en los escenarios internacionales. Esther cerró así una temporada de impacto, dejando claro que su fútbol no entiende de fronteras ni de límites.

Claudia Pina, decimoprimera
Claudia Pina firmó una temporada para enmarcar en el curso 2024/2025. Discreta en los gestos pero letal sobre el césped, la atacante catalana se consolidó como una de las grandes figuras del FC Barcelona y del fútbol español. En un equipo repleto de talento, su capacidad para desequilibrar en los últimos metros fue decisiva en la conquista de un nuevo triplete nacional —Liga F, Copa de la Reina y Supercopa de España—.
Su actuación en la final copera ante el Atlético de Madrid fue especialmente brillante: marcó un doblete y fue nombrada MVP del encuentro. En Liga también protagonizó varias exhibiciones individuales, como el hat-trick que logró frente al Real Betis o el doblete ante el Athletic Club, que le valieron ser elegida Jugadora del Mes en mayo.
Estadísticamente, Pina cerró el año con 22 goles y 8 asistencias entre todas las competiciones, firmando la mejor campaña de su carrera hasta la fecha. Su gran rendimiento la ha llevado al puesto número 11 del Balón de Oro 2025, confirmando su estatus como una de las atacantes más en forma de Europa.
Una temporada consagratoria que la ha situado, definitivamente, en el escaparate mundial.

Patri Guijarro, sexta
En una temporada donde los focos se reparten entre figuras más mediáticas, Patri Guijarro volvió a demostrar que el fútbol también se gana desde la regularidad y el trabajo invisible. La centrocampista balear completó una temporada impecable, siendo el eje sobre el que giraron tanto el FC Barcelona como la selección española. Su capacidad para ordenar el juego, cubrir espacios, corregir desequilibrios y conectar líneas volvió a ser esencial para los éxitos colectivos.
En la Eurocopa 2025, su influencia fue incuestionable. Guijarro no solo lideró en silencio, sino que fue reconocida de forma contundente: fue incluida en el once ideal del torneo, junto a tres compañeras más, reflejo del dominio español en el campeonato continental. Su aportación no se mide en goles, pero cada intervención suya fue una pieza de precisión en el engranaje de una España campeona.
A nivel de clubes, su papel volvió a ser clave en los títulos nacionales del Barça, sosteniendo al equipo en los momentos de mayor exigencia. Lejos del ruido, pero cerca de la perfección, Patri cerró la temporada como una de las futbolistas más influyentes.
Y ese reconocimiento no se quedó en el aire: la centrocampista acabó en una brillante sexta posición en el Balón de Oro 2025, un premio a años de consistencia y liderazgo sereno. Su temporada fue, en definitiva, una lección de que en el fútbol moderno, los cimientos valen tanto como los fuegos artificiales.

Alexia Putellas, cuarta
Después de dos temporadas marcadas por las lesiones y la incertidumbre, Alexia Putellas volvió. Y lo hizo como solo lo hacen las grandes: liderando, marcando, asistiendo y, sobre todo, recordando al mundo por qué es una leyenda del fútbol femenino. La temporada 2024/2025 fue, sin duda, la de su reafirmación definitiva. Recuperada física y mentalmente, la capitana del FC Barcelona y de la selección española se reencontró con su mejor versión en los momentos más exigentes del curso.
Durante la Eurocopa 2025, su peso en el vestuario fue igual de importante que su impacto sobre el césped. Volvió a ser ese faro que ilumina al grupo en las situaciones límite, el alma de un equipo líder.
En el FC Barcelona, aunque el título de Champions League se escapó, su rendimiento individual fue sólido. No necesitó ser la protagonista absoluta para marcar diferencias: supo adaptarse a nuevas dinámicas, aceptar nuevos roles y seguir sumando desde su experiencia y calidad.
El reconocimiento llegó también desde fuera: Alexia terminó en la cuarta posición del Balón de Oro 2025, un lugar de privilegio que confirma que su nombre sigue escribiéndose con letras doradas en la historia del fútbol. Ni el tiempo, ni las lesiones, ni la presión lograron desplazarla del olimpo. En una temporada de transiciones y nuevas figuras, Alexia volvió a demostrar que hay líderes que no se improvisan. Y que su legado todavía tiene capítulos por escribir.

Mariona Caldentey, subcampeona
La temporada 2024/2025 ha marcado un nuevo capítulo en la carrera de Mariona Caldentey, que tras su salida del FC Barcelona dio un paso decisivo al fichar por el Arsenal. En la Women’s Super League, la futbolista española mostró una rápida adaptación, aportando minutos de calidad y manteniendo ese desequilibrio y calidad de juego que la caracterizan.
Pero fue con la selección española donde Mariona brilló con especial intensidad. Durante la Eurocopa 2025, se convirtió en una de las figuras más determinantes del combinado nacional, dejando su sello en los momentos clave. Su gol en la final frente a Inglaterra fue decisivo, además de un reflejo de su importancia en los grandes escenarios internacionales.
Polivalente y segura, Mariona ha afianzado su papel tanto en el Arsenal como en la Roja, consolidándose como una pieza fundamental en el presente y futuro del fútbol español.

Aitana
Aitana Bonmatí ya no es solo una referencia del fútbol femenino. Es historia viva. La centrocampista del FC Barcelona y de la selección española ha logrado lo que ninguna otra jugadora había conseguido hasta ahora: alzarse con tres Balones de Oro de forma consecutiva, un hito sin precedentes que consolida su dominio absoluto en el panorama mundial.
Su coronación en la edición de 2025 es la recompensa a una temporada excepcional. En una temporada 2024/2025 exigente y repleto de grandes escenarios, Aitana volvió a sostener al Barça desde el centro del campo y fue la arquitecta del juego de una España subcampeona de Europa. Aunque el conjunto azulgrana no logró revalidar el título de Champions League —tras caer en la final de Lisboa—, su rendimiento individual fue descomunal: cuatro goles, cinco asistencias y el reconocimiento como Mejor Jugadora del torneo por parte de la UEFA.
Con la selección, su peso fue aún mayor. En la Eurocopa 2025 ejerció como brújula y motor, desplegando todo su repertorio técnico y táctico en cada partido. Su liderazgo, su visión de juego y su capacidad para imponerse en cualquier contexto la convirtieron en una de las figuras indiscutibles del campeonato.

A sus 27 años, Aitana ya no pelea por estar entre las mejores: es la medida con la que se comparan las demás. Su tercer Balón de Oro consecutivo no solo reconoce una temporada brillante, sino que empieza a escribir un legado difícil de igualar. En una era donde el talento abunda, Aitana marca la diferencia. Y por ahora, sigue siendo inalcanzable.