Por 10 votos a 6. Así fue como Martina Navratilova (Praga, 1954) era elegida Premio Príncipe de Asturias del Deporte en el año 1994. “Se reconoce a un mito” expresaba el entonces presidente del Consejo Superior de Deportes Rafael Cortés Elvira.
La tenista se alzaba ganando a todo un coloso como era Carl Lewis. “Se hacía justicia” como expresaba el presidente del Jurado Juan Antonio Samaranch tras una carrera con 55 títulos, 18 de ellos Grand Slams. Un Jurado en el que también escaseaban las mujeres, y tan sólo S.A.R. Doña Pilar de Borbón era miembro frente a catorce miembros y cuyo secretario fue el periodista deportivo José María García.
Martina Navratilova no se dejó ningún grande por conquistar, aunque se puede decir sin reparos que el jardín de su casa era Wimbledon, un major que ganó nueve veces. Además de una brillante carrera deportiva, se valoraba también el impacto social de la tenista y su Fundación para ayudar a la infancia.
Un palmarés espectacular
Hoy echamos la vista atrás y recordamos a una tenista única que finalizó su carrera con un palmarés ingente 167 títulos individuales y 177 en dobles.
Nació en Reunice, cerca de Praga, Checoslovaquia, el 18 de octubre de 1956. De su infancia se conocen detalles en los que se deducen momentos muy amargos, como el suicidio de su progenitor al poco tiempo del divorcio de sus padres.
Su madre rehizo su vida sentimental con un profesor de tenis, Mirek Navratil, una figura muy relevante en la vida de la tenista, ya que fue quien dio su apellido a Martina y la condujo hasta al deporte de la raqueta.
Desde sus inicios su idilio con el tenis fue total. Entre 1972 y 1975 fue campeona absoluta de su país, y comenzó a disputar torneos WTA en 1973, entre ellos sus primeras participaciones en Grand Slam y en septiembre de 1974 inauguró su palmarés profesional con el torneo de Orlando.
Pero su primer gran año fue en1975, en el que a pesar de su cortísima carrera se metió en la final del Open de Australia y de Roland Garros. Además, ese 1975 ganó su primer título de Copa Federación, al que siguieron luego tres más como integrante del equipo de EEUU junto con Chris Evert (1982, 1986 y 1989), país en el que fijó su residencia en 1975 y en el que recibió su nacionalidad en julio de 1981.
Su primer nº1 en el ranking
Si 1975 había sido brillante, 1978 fue incluso mejor. Martina Navratilova ganó ese año 10 títulos, entre ellos Wimbledon frente a Chris Evert, su gran rival. Además, estas victorias le permitieron adjudicarse el título del circuito Virginia Slims, estableció una marca de 37 encuentros imbatida, lo que le catapultó hasta el nº1 del ranking WTA el 10 de julio.
A partir de entonces su carrera fue meteórica y en las siguientes dos décadas nadie obtuvo un éxito similar. En Grand Slam sumó: otros ocho Wimbledon en las ediciones del 79, 82, 83, 84, 85, 86, 87 y del 90, tres del Abierto de Australia (81, 83 y 85), dos Roland Garros (82 y 84) y cuatro US Open (83, 84, 86 y 87). Además, entre 1974 y 1994 llegó a once finales de estos major.
En los años 1983 y 1984 estuvo a punto de hacerse con el gran Gland Slam individual, hizo tres de cuatro, aunque lo consiguió en 1984 en el dobles.

Una vez consagrada con el Premio Príncipe de los Deportes, premio que hoy su amiga y confidente Serena celebra, y convertirse en la primera mujer en lograrlo, el 16 de noviembre anunció que dejaba el tenis individual, aunque fugazmente volvió a competir en 2002 y 2004. En este último año jugó la Copa Federación y fue olímpica en dobles en Atenas. Su retirada definitiva se produjo en 2006, después de jugar algunos dobles y mixtos.
El Salón de la Fama
Jamás podrá olvidarse su potente servicio de zurda y una fortaleza atlética inusual. Nunca se desvinculó del todo del tenis, porque desde su retirada ha sido comentarista en televisión y ha trabajado para fundaciones como la Laureus o la que lleva su nombre.
El 25 de enero de 2000 ingresó en el Salón de la Fama del tenis mundial.
Su lucha por los derechos LGTBI
En su vida personal Navratilova ha hecho siempre gala de su libertad y desde que declaró abiertamente al mundo, al principio de los 80 que era lesbiana, cuando decidió confesarlo en una entrevista para el New York Daily News realizada en 1981.
Se convirtió también en una activista destacada por los derechos LGTBI. En 2014 se casó con la modelo rusa Julia Lemigova.
Esa ha sido también una de las razones por las que Martina Navratilova ha sido tan crítica con la celebración de las finales WTA en Arabia Saudí.
El cáncer de mama
Lidiar con la enfermedad ha sido otro de los capítulos más amargos de su vida. En febrero de 2010 le fue detectado un cáncer de mama, que le fue extirpado y luego se sometió a sesiones de radioterapia. El 2 de enero de 2023 informó que se le había diagnosticado un cáncer de mama y de garganta, ambos en fase “curable”, y el 19 de junio de ese año los da por superados tras someterse a sesiones de quimioterapia y radioterapia.
Sin duda, la figura de Martina Navratilova va mucho más allá de los éxitos deportivos, del palmarés o del ranking. La tenista que se convirtió en icono, también en España con los premios Príncipe de Asturias.