Los recientes incidentes entre Estados Unidos e Irán han creado una grave reacción en los mercados globales. Tras los ataques de EE.UU. contra varias instalaciones nucleares iraníes, sucedieron diferentes reacciones. Entre ellas, hubo una reacción en el mercado que elevó considerablemente los precios de los barriles de petróleo. Aunque los precios cedieron pocas horas después, se alcanzaron máximos en cinco meses. Este conflicto, consecuentemente, podría impactar en el precio de la gasolina a nivel mundial.
Por qué es tan importante Irán en cuanto al coste del combustible
Hay un factor muy relevante a tener en cuenta de todo el conflicto: la importancia del Estrecho de Ormuz. Se trata de la ruta más crítica de todo el planeta en cuanto al transporte de gas y petróleo. El año pasado, cerca del 20% del consumo mundial del petróleo líquido cruzó este estrecho. Por lo tanto, Irán tiene un condicionante crucial a su favor, y sus legisladores ya preparan el bloqueo de Ormuz, ya sea parcial o completo e indefinido.
Este afectaría principalmente a los países asiáticos, como China o Japón, pero el resto del mundo también se vería gravemente salpicado en cuanto a tarifa petrolera. Estas naciones han realizado en los últimos tiempos intentos de diversificación de sus suministros petroleros. No obstante, sus principales importaciones provienen del enclave iraní.
Es cierto que la economía del país del sureste asiático depende en buena parte de dicho estrecho, por lo que el uso de esta “palanca geopolítica” puede usarse favorablemente por sus autoridades durante el conflicto. De hecho, a pesar de diversas sanciones económicas norteamericanas en las últimas décadas (intensificadas por la administración de Donald Trump), el sector ha alcanzado máximos históricos de 34.000 barriles por día a fecha de febrero de 2025.
¿Subirá el precio de la gasolina con el conflicto en Irán?

El futuro del precio de la gasolina va muy ligado al desarrollo de las tensiones entre Irán y Estados Unidos. En un hipotético escenario que provocase interrupciones en el suministro petrolero, especialistas financieros como JPMorgan o Andy Lipow apuntan a que el precio de los barriles ascendería a los 120 e incluso 150 dólares.
Con un precio actual de unos 77 dólares norteamericanos, los barriles podrían ver su precio multiplicado por dos en esta situación. Y no serían los únicos seriamente impactados, pues los suministros globales también sufrirían las consecuencias. Desde los costes de los envíos hasta la producción de plásticos, y por supuesto, de los precios que marcan los surtidores de las gasolineras de todo el planeta. Hay quienes apuntan a una subida de más de 20 – 30 céntimos por litro en las gasolineras españolas y europeas.
Por otro lado, la desescalada del conflicto y la firma de acuerdos podría llevar a que Irán mantuviese su ritmo de aportación al mercado petrolero. O incluso que lo aumentara, dependiendo de los acuerdos alcanzados. Este suceso se traduciría en un mantenimiento de los precios, e incluso en una ligera bajada de los mismos. Aunque al sistema de producción petrolífera estadounidense no le favorecería demasiado. Si bien, el aumento de la demanda global anticipada por la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) compensaría dicho desfavorecimiento.
Mientras la situación geopolítica de los dos países sigue siendo tensa, el mercado energético y el petrolífero se mueven entre estos dos posibles escenarios, a la espera de ver de qué sucede con el Estrecho de Ormuz en estos días. El precio de la gasolina seguirá siendo vigilado por empresas y expertos, a la espera de posibles consecuencias en el corto y el largo plazo. Los acuerdos, la diversificación y la gestión de los problemas y de sus riesgos serán vitales en esta materia.