El Banco Central Europeo (BCE) sigue el guion establecido. Como se preveía, la autoridad monetaria del euro ha decidido fijar los tipos de interés en el 2% por cuarta vez consecutiva. El mantenimiento del precio del dinero limita, al mismo tiempo, cualquier recorte en el euríbor y mantiene elevados los costes de financiación para hogares y empresas. La decisión, adoptada en la reunión organizada por el Banco de Italia en Florencia con motivo de su cita anual de política monetaria fuera de Frankfurt, confirma la cautela del BCE ante un escenario económico aún marcado por la inflación y la incertidumbre, tanto geopolítica como arancelaria.
En este contexto, los grandes bancos comerciales españoles descartan entrar en una guerra de hipotecas ofreciendo intereses más bajos. Los tipos actuales de la autoridad financiera de la eurozona no invitan a recortes y los bancos tradicionales ya anticipan que no van a sacrificar rentabilidad para captar nuevos clientes. Es ahí donde los neobancos atisban una ventana de oportunidad.
Tres meses consecutivos de subidas
En paralelo, las familias siguen soportando el encarecimiento de sus hipotecas. La tasa interbancaria, que había comenzado a moderarse, ha frenado su descenso y encadena ahora una nueva racha alcista. El índice ya acumula tres meses consecutivos de subidas. A falta de un dato diario para cerrar octubre de 2025, el euríbor se sitúa en el 2,187%, apenas 0,016 puntos porcentuales por encima del registrado en septiembre. Aunque, 0,504 puntos por debajo del anotado hace un año.
Durante el presente mes, la tasa superó en ocho ocasiones el 2,2%. Sin embargo, la media quedó recortada gracias a los valores por debajo del 2,15% a finales del mismo.
La banca tradicional se planta
La decisión de la institución europea no solo ha enfriado las expectativas de rebajas del tipo interbancario, sino que ha reforzado la postura de los grandes bancos españoles que rechazan entrar en una guerra de precios. La primera en alzar la voz fue Bankinter, que advirtió de que el mercado hipotecario español empieza a mostrar signos de un entorno convulso. “Hemos estado creciendo en hipotecas en España hasta ahora. Pero tengo que decir que la competencia está empezando a ser irracional, particularmente en hipotecas a tipo fijo y largo plazo. Así que vamos a ser un poco menos activos“, señaló Gloria Ortiz, consejera delegada del banco, durante una conferencia con analistas hace una semana.
Ortiz explicó que las hipotecas a tipo fijo y a 30 años se estaban contratando en España “por debajo del valor del dinero” y subrayó que, en este sentido, “la venta de hipotecas por sí sola ya no es rentable“. El discurso de cautela del banco naranja ha sido replicado por las principales entidades del país.
El consejero delegado de Banco Santander, Héctor Grisi, aseguró recientemente que “considerando que el euríbor ronda el 2,2% y la rentabilidad del bono español supera el 3%. Resulta incoherente que el mercado tuviera hipotecas por debajo del 2%”. Y añadió: “A veces, cuando el mercado es irracional, hay bancos que deciden seguir y atacan al mercado. Nosotros somos tremendamente disciplinados y no queremos hacerlo”.
Ceder cuota de mercado
Para la banca tradicional, la rentabilidad pesa más que el crecimiento. El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, fue claro al respecto: “No vemos valor en hacer crecer la cartera hipotecaria a estos precios”. Según argumentó, ni siquiera los ingresos adicionales por ventas cruzadas justifican una expansión en el actual contexto de márgenes ajustados. “Por eso nos estamos quedando fuera“, sentenció.
Genç reconoce ahora que el banco lleva meses reduciendo su presencia en el negocio hipotecario: “Desde principios de año hemos estado perdiendo cuota de mercado y nos parece bien si no hay retorno”. Una visión similar mantiene el Banco Santander. Grisi, admitió que la entidad también está dispuesta a perderse parte del pastel antes que entrar en una espiral de precios a la baja. Aunque matizó que “el reto es encontrar un equilibrio entre perder cuota y grandes oportunidades”.

En la misma línea, desde Bankinter, enfatizan que la estrategia está en centrarse en la relación a largo plazo con el usuario: “Nosotros somos un banco de clientes. Hay otras entidades que trabajan más en campañas, focalizándose en los productos”. Pero por si las palabras se las llevase el viento, el banco naranja ya ha movido ficha. Bankinter sitúa ya el tipo de su hipoteca fija a 25 años, con máxima bonificación, en el 3,46% TAE (tasa anual equivalente), frente al 3,30% anterior.
La banca digital gana terreno
Mientras los grandes bancos tradicionales optan por la prudencia, la nueva banca digital empieza a hacerse un hueco en el negocio hipotecario. Neobancos como EVO Banco o Openbank han apostado por ofertas más competitivas. En algunos casos, estas entidades prefieren reducir márgenes y ganar cuota de mercado, algo que resulta viable gracias a que sus costes operativos son menores al estar todo el proceso digitalizado.
Aunque su peso en el mercado hipotecario sigue siendo limitado, su avance marca una tendencia: tipos más ajustados, menos vinculación y tramitación rápida. Por ejemplo, Openbank se ha convertido en la única entidad financiera que ofrece una TAE inicial para hipotecas a tipo fijo a 25 años por debajo del 3%. Cuando la banca tradicional critica que algunas operaciones se firman por debajo del 2%, se debe a que los tipos se negocian individualmente con los distintos bancos. Los clientes con perfiles más sólidos pueden acceder a condiciones muy ventajosas, que estos neobancos son más proclives a aceptar. Lo que limita el atractivo de las propuestas de las firmas convencionales.
El empuje de los neobancos empieza a dibujar un nuevo paisaje financiero. A su arsenal de cuentas remuneradas, depósitos a tipo fijo y opciones de inversión con bajas comisiones, se suman ahora las hipotecas, como una pieza que completa su estrategia. Los números ya hablan por sí solos. Según Grupo Inmark, estas entidades digitales ya abarcan el 27,2% del mercado español, frente al 21,8% de 2024. No se trata de un dato al uso, sino del aviso de que la banca del futuro ya llega al presente.






