Crecimiento

La AIReF revisa al alza el PIB, pero avisa del riesgo de sanciones europeas

La autoridad resalta que, a partir de 2027, serán necesarios ajustes fiscales para cumplir con Bruselas y se cuestiona: “Sin presupuestos, ¿cómo vamos a valorar si el Gobierno se está desviando de los objetivos?”

Cristina Herrero Sánchez, presidenta de Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal - Airef
Cristina Herrero Sánchez, presidenta de Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
Kiloycuarto

Las buenas noticias en materia económica no cesan para el Gobierno de Sánchez, a las previsiones favorables presentadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se suman ahora las de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Para 2025, la institución presidida por Cristina Herrero reconoció ayer un crecimiento estimado del PIB del 3%, y para 2026 del 2,1%. Es una revisión al alza tres meses después de sus cálculos de julio, cuando el supervisor fiscal preveía que el mundo se acercaba a una guerra arancelaria.

De esta forma, con el contexto geopolítico actual, la mejora de las estimaciones de PIB responde al mejor comportamiento del comercio internacional, a la fortaleza de la demanda interna y a las revisiones del Instituto Nacional de Estadística (INE). La institución destaca además la aportación de la inmigración, que explicaría más de la mitad del crecimiento de la economía registrado entre 2022 y 2024. La AIReF prevé, no obstante, una paulatina desaceleración de la expansión durante los tres últimos años de la presente década.

Pese a las buenas cifras de crecimiento y la fortaleza de la economía, existen riesgos fiscales a medio plazo que conviene tener en cuenta. España podría acercarse en 2027 a los límites establecidos por las reglas fiscales europeas, lo que abre la puerta a sanciones desde Bruselas si no se adoptan los ajustes adecuados.

Déficit a la baja

Al mismo tiempo, la autoridad fiscal ha rebajado sus proyecciones de déficit, que se situarán en el 2,5% del PIB en 2025, lo que supone una reducción de siete décimas respecto al 3,2% registrado en 2024. Si se descuenta el impacto de la DANA, el déficit caería hasta el 2,2%. Un punto porcentual menos que el año anterior. Esta revisión en la brecha fiscal repercute directamente en las estimaciones de deuda respecto al PIB. En esta línea, la autoridad independiente establece que, gracias al crecimiento sostenido y a la caída, aunque leve, del déficit, la deuda descenderá más allá del 100%. Y estima que la ratio se mantendrá en torno al 95% en el año 2030. 

Sin embargo, el horizonte no está exento de desafíos. El próximo año se agotarán los fondos europeos y, según la AIReF, el déficit volverá a incrementarse porque el gasto público comenzará a crecer con fuerza. La jubilación masiva del ‘baby boom’, el aumento de los intereses de la deuda, que alcanzarán el 2,7% del PIB, y el mayor gasto en defensa, presionarán notablemente las cuentas públicas. Aunque se mantendrá por debajo del umbral del 3% que marca la política fiscal europea.

Sin presupuestos

Pero el déficit no es el principal escollo para la AIReF. La presidenta de la institución, Cristina Herrero, ha advertido que “ante la falta de objetivos tanto del déficit como de deuda por parte del Gobierno, el informe tiene muchas limitaciones“. La alerta tiene su origen en el incumplimiento reiterado de la normativa. El ejecutivo no ha presentado, por segundo año consecutivo, el plan presupuestario que debe remitir a las instituciones europeas antes del 15 de octubre. En este sentido, Herrero se cuestiona: “Si no sabemos lo que quiere hacer el Gobierno, ¿cómo podemos valorar si en el recorrido se está desviando de su meta, si esta no existe?”.

La ausencia de un presupuesto estatal operativo agrava, a su vez, la gestión de las administraciones territoriales. La president­a de la AIReF ha subrayado que “la gravedad de la prórroga del presupuesto central está en que el Estado es el marco de referencia donde se engarzan las cuentas de las comunidades autónomas”. En términos porcentuales, el 58% del presupuesto del Estado corresponde a transferencias a otras autonomías.

Como consecuencia de la falta de presupuestos, el papel de la institución se ve debilitado. “A AIReF se le complica mucho su tarea de supervisor fiscal. Nosotros tenemos que decir cuál es la probabilidad de que se cumplan los objetivos del Gobierno en el ámbito presupuestario. Si no hay objetivos, pasan a tener protagonismo las previsiones del supervisor fiscal, pero ese no es nuestro cometido”, ha enfatizado la presidenta.

Ajustes en el gasto

Pero las buenas noticias para el PIB y el déficit, ambos a corto plazo, no vienen acompañadas de perspectivas favorables en el gasto. La AIReF ha advertido que España incumplirá la regla nacional en los años venideros y la normativa de gasto europea al final del periodo del Plan Fiscal Estructural a Medio Plazo (PFEMP). Para corregir el desajuste estimado para 2025, Herrero ha anticipado que “sería necesario tomar medidas por 12.000 millones de euros”. Sin embargo, la propuesta no acaba aquí. Para el año 2026 haría falta asumir reformas adicionales por 2.600 millones de euros.

Según las proyecciones del supervisor, España incumplirá los compromisos del Plan Fiscal Estructural en todos los ejercicios analizados. Aunque, ha matizado que esto no implica necesariamente sanciones automáticas por parte de Bruselas. La presidenta recordó que la regla de gasto europea tiene un carácter plurianual. Lo que significa que no se evalúa cada año de manera aislada, sino en conjunto a lo largo de varios ejercicios. Esto permite que un país pueda exceder el límite del gasto en un año siempre que lo compense con el “colchón” registrado en los precedentes. Las desviaciones se registran en una “cuenta de control” que funciona como un marcador donde se apuntan los “ahorros” acumulados.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
Edgar Sapiña Manchado / EFE

El registro tiene dos límites: un límite anual de tres décimas del PIB, que permite gastar hasta un 0,3% del PIB más de lo permitido en el año siguiente, sin que se considere un incumplimiento grave. Y un límite acumulado de seis décimas del PIB. Este último marca el máximo de exceso permitido sumando varios años.

¿Sanciones desde Bruselas?

De acuerdo con los datos de la AIReF, el gasto primario neto, la variable clave para evaluar el cumplimiento de las reglas fiscales, habría crecido un 4,3% en 2024, frente al 3,5% previsto inicialmente. Para 2025, el crecimiento se situaría en el 4,6%, por encima del 3,7% comprometido, aunque todavía dentro de los márgenes que permite la cuenta de control. Sin embargo, en 2026 el gasto mantendría ese mismo ritmo de aumento, lo que supondría, ahora sí, superar el límite anual en un 0,4% del PIB, aunque sin rebasar el límite acumulado, que recordemos, era de 6 décimas. De este modo, ese año se produciría un leve incumplimiento, pero no sería necesario aplicar grandes ajustes adicionales.

De cara al medio plazo, las previsiones de la AIReF apuntan a que el gasto seguirá creciendo en torno al 4% en 2027 y 2028. En números de la autoridad fiscal, en ambos años se incumpliría tanto el límite anual como el acumulado. La perturbación podría derivar en ajustes fiscales adicionales y en un riesgo de apertura de un procedimiento de déficit excesivo por parte de Bruselas, que conllevaría sanciones económicas. En cifras, el organismo estima que sería necesario un ajuste equivalente a cuatro décimas del PIB para cumplir con los objetivos comprometidos. Y de dos décimas del PIB para evitar un expediente sancionador europeo.

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