Dos marcas legendarias comparten un secreto poco conocido: su identidad nace de mujeres reales. Mercedes Jellinek, hija del empresario alemán Emil Jellinek, bautizó a la compañía automovilística Mercedes-Benz. Carmen Mateu, nieta del fundador de los coches de lujo Hispano-Suiza, dio el suyo a su vehículo más emblemático: el hiperdeportivo eléctrico Carmen, considerado el símbolo del renacimiento de la histórica marca española. Dos mujeres cuyos nombres propios han trascendido generaciones y se han convertido en emblemas en el mundo del motor.
Pese a su legado centenario, Hispano-Suiza sigue siendo una gran desconocida para el público general. Pionera mundial en lujo y tecnología, su nombre apenas resuena fuera de los círculos más especializados, pese a haber llegado a competir con Rolls-Royce y Bugatti. Una compañía española que se mantiene en manos de la familia Mateu cuatro generaciones después de su nacimiento, en 1904 en Barcelona. Surgió gracias a la colaboración del ingeniero suizo Marc Birkigt y los empresarios españoles Damián Mateu y Francisco Seix. Su objetivo fue fabricar automóviles de lujo y motores de alta calidad, y de esa unión de talentos entre ambos países nació la marca.
Referente mundial

Hispano-Suiza se convirtió, una década después, en referente mundial de coches de lujo, con grandes aportes innovadores como los frenos de disco y los motores de gran cilindrada. En 1906 lanzó el primer seis cilindros español, que se hizo famoso por cubrir el trayecto Perpiñán-París en 22 horas. Pero la compañía no solo se volcó en motores de coches ya que durante la Primera Guerra Mundial construyó motores de avión y de embarcaciones.
Se catapultó como una marca tan prestigiosa que el rey Alfonso XIII se convirtió en accionista y puso su nombre a un deportivo biplaza que en 1910 alcanzaba los 120 kilómetros por hora. Fueron los años dorados de la marca, símbolo de lujo y exclusividad, los coches favoritos de aristócratas e intelectuales como Coco Chanel, Picasso o Albert Einstein.

El declive llegaría después, con la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial, tiempos en los que se frenaron las ventas hasta que se abandonó la fabricación de coches en 1946. Pero la familia mantuvo intacto el amor por los coches de lujo y relanzó en 2019 el coche Carmen, seguido del Carmen Boulogne (2020) y el Carmen Sagrera, hechos a mano en Barcelona.
La nieta
Carmen era la nieta del fundador y representa el renacimiento de Hispano-Suiza tras más de 70 años sin fabricar coches. Mujer adinerada y apasionada por la cultura, Carmen Mateu Quintana nació en 1936 en Barcelona. Era hija de Miguel Mateu i Pla, alcalde de Barcelona, presidente de La Caixa y embajador en París. Y nieta de Damián Mateu, empresario fundador en 1904 de Hispano-Suiza. Se casó con Arturo Suqué, empresario de gran éxito que presidió el Grupo Peralada, holding familiar que agrupa negocios de hostelería, vino y ocio. Se formó en arte y decoración, y entre 1972 y 2000 asumió la dirección de la empresa familiar, primero relevando a su padre, aunque después cedió el testigo a su hijo Miguel Suqué Mateu.

Reconocida como mecenas de la cultura, recibió distinciones como la Creu de Sant Jordi, la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes y la Medalla de Oro del Cercle del Liceu. Darle su nombre al modelo fue una forma de homenajearla y fundir el legado histórico familiar con la tecnología más puntera. Un coche 100% eléctrico, con dos motores traseros que suman más de 1.000 caballos y que acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en menos de tres segundos.
Para coleccionistas

Y una curiosidad: cada coche lleva la firma de Carmen grabada en la parte trasera, una mujer que siempre soñó con ver de nuevo los Hispano-Suiza circulando por la carretera. Eso sí, reservado para quienes se lo puedan permitir. Su precio ronda los 2 millones de euros y el tiempo medio de espera para recibirlo es de nueve meses. Hay casi 2.000 combinaciones diferentes para elegir carrocería, acabados y detalles de estilo. Pero la espera vale la pena. Cada ejemplar es único y se convierte en una pieza de colección.