En España, el trabajo a tiempo parcial tiene rostro de mujer. Según el Informe de ISEAK, Trabajo a tiempo parcial: precariedad laboral y brechas de género, en España 3 de cada 4 empleos a media jornada están ocupados por mujeres. Actualmente, 2.150.900 mujeres y 791.700 hombres trabajan bajo esta modalidad, lo que implica que el 73% de los contratos a tiempo parcial corresponde a ellas. Esta feminización de la jornada a 20 horas ha sido una constante en las últimas décadas. “Tengo compañeras que llevan más de seis meses enviando currículums, intentando cambiar a jornada completa, pero no hay manera“. Es el testimonio de Martina, dependienta en una cadena de ropa en Alicante.
El estudio señala que la tasa de empleo a tiempo parcial entre las mujeres se ha mantenido de forma sistemática en torno al 20% desde 2005, llegando incluso a superar el 26% en periodos de recesión económica. Aunque en los últimos años se aprecia una ligera disminución, la parcialidad sigue afectando de manera desigual.
Evolución
La tasa de contratos a media jornada entre los hombres ha oscilado históricamente entre el 4 y el 8%, con un leve repunte reciente que la sitúa en el 7,1% en el pasado año. Esta persistente brecha de género refleja el carácter estructural del fenómeno y la necesidad de abordarlo. Por franjas de edad, el informe muestra una tendencia dispar entre sexos. Ambos encuentran su pico entre los menores de 30 años, donde el 32% de las mujeres ocupa puestos parciales, frente al 21% de los hombres. En esas edades, esta ratio elevada se debe a que en muchos casos los jóvenes compaginan sus estudios con el trabajo.

En los intervalos venideros la tendencia es descendente, aunque no para todos. Ellos representan una tasa inferior al 5,5% en los rangos siguientes hasta la jubilación. Sin embargo, las mujeres se sitúan casi de manera perpetua en torno al 20%. Lo que quiere decir que de media una de cada cinco trabajadoras tiene un contrato a tiempo parcial. La dependienta reconoce que hay una gran demanda de mujeres que quieren pasar a jornada completa: “Si somos cien compañeras, más de la mitad buscamos estar a 40 horas”.
Parcialidad involuntaria
El principal motivo que explica el empleo a tiempo parcial en España es la imposibilidad de encontrar un trabajo a jornada completa. Esta situación afecta a casi un millón de mujeres (998.400) y a 356.400 hombres, según los datos del estudio de ISEAK. Y confirma que la parcialidad en el mercado laboral español tiene un carácter marcadamente involuntario. Los datos reflejan la precariedad y la falta de oportunidades para acceder a empleos de 4o horas semanales. “Las empresas de mi sector sacan vacantes a cuenta gotas, prefieren tener muchas manos para trabajar con gran intensidad”, se lamenta Martina. Y añade: “Nos amplían solo cuando les interesa, uno o dos meses en verano y en la campaña de Navidad”.
A esta dificultad se suma un problema adicional. Más de 355.000 mujeres justifican la imposibilidad de acceder a un trabajo a tiempo completo debido a tener que hacerse cargo del cuidado de niños o adultos dependientes. La denuncia pone de manifiesto cómo la responsabilidad de los cuidados limita la participación laboral femenina. En total, al menos 2,5 millones de mujeres en España no puede incorporarse al mercado laboral por estas razones, frente a 181.000 hombres, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recogidos en su informe sobre la economía de los cuidados.
Tareas del hogar
El estudio de la OIT dibuja un escenario desigual. Las mujeres realizan en España el 68% de todo el trabajo de cuidados no remunerado, dedicando más del doble de tiempo que los hombres. De media, ellas emplean 4 horas y 23 minutos al día a cuidados y tareas domésticas, frente a 2 horas y 6 minutos de ellos. Traducido en jornadas laborales, esto supone casi 200 días de trabajo al año para las mujeres, frente a 100 para ellos.
En favor del cambio, los hombres cada vez dedican más tiempo a los quehaceres domésticos. Aunque la brecha persiste. El informe del organismo de las Naciones Unidas revela que al ritmo actual, se estima que, en este ámbito, “el horizonte de igualdad se alcance en el año 2054″. Y advierte que este desajuste en la distribución de los cuidados es “uno de los principales factores que explican la exclusión laboral femenina, la brecha salarial y la falta de autonomía económica de millones de mujeres en España”.

El informe de la ISEAK explica que existe una relación negativa entre la parcialidad y el salario por hora. “Las ocupaciones con mayores tasas de empleo a tiempo parcial suelen ser también las que registran los salarios más bajos”, reza el estudio. En este sentido, la parcialidad se concentra en los tramos inferiores de la distribución salarial, mientras que los empleos mejor remunerados tienden a ofrecerse a jornada completa.
Brecha salarial
La brecha salarial en España se mantiene estancada en torno al veinte por ciento, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El salario medio anual de los hombres en 2022 alcanzó los 29.380 euros, mientras que el de las mujeres se situó en 24.360 euros. El desequilibrio evidencia que las medidas impulsadas hasta ahora no han logrado resultados significativos. A este ritmo, UGT estima que “tardaríamos 32 años en cerrar la brecha salarial“.
La situación mejora levemente en el sector público, un ámbito que debería ser ejemplar en materia de igualdad. Según datos del CSIF, las mujeres perciben un salario medio de 32.137 euros, frente a los 35.908 euros de los hombres, lo que representa un 10,5% menos. Desde la organización denuncian que “cinco años después de la pandemia, el mercado de trabajo sigue mostrando un retroceso en la igualdad salarial”.
La situación laboral de las mujeres en España sigue marcada por la desigualdad estructural. La precariedad se refleja en la elevada proporción de empleos a tiempo parcial, la brecha salarial y la asunción de las tareas del hogar que soportan ellas. Mientras, como asignatura pendiente: 40 horas semanales de trabajo. Martina, junto al resto de sus compañeras, no es una excepción. Representa a miles de mujeres que cada día luchan por demostrar que la jornada completa también es para ellas.