Nancy Pelosi acaba de realizar una jugada bursátil que ha captado de nuevo la atención de analistas e inversores institucionales. El pasado 20 de junio, la política norteamericana ejecutó opciones de compra que le otorgaban el derecho a adquirir 20.000 acciones de Broadcom a un precio de 80 dólares cada una. Desde ese día, el valor de las acciones se ha incrementado más de un 10%, generando una plusvalía de alrededor de 5 millones de dólares.
Una política con gran visión para los negocios
Lo más relevante no es tanto esa cantidad, como el historial que sitúa a Pelosi como una de las mujeres con mayor éxito en Wall Street. Desde 2014, la cartera compartida entre Nancy Pelosi y su esposo Paul ha conseguido una rentabilidad cercana al 800%, frente al 213% del S&P 500. Esta diferencia ha generado una atención inusitada en sus movimientos. De hecho, existe un ETF (fondo cotizado) que replica las compras y ventas de Pelosi y de otros congresistas que también han superado al mercado. Este instrumento, con el símbolo bursátil “NC”, ha ofrecido desde su lanzamiento un rendimiento superior al del índice más representativo de la Bolsa estadounidense.
El caso de Pelosi es paradigmático porque combina influencia política con habilidad financiera. Originaria de Baltimore, Pelosi ha dejado una huella significativa en la historia política de Estados Unidos.
Fue pionera al asumir en 2002 el liderazgo de la minoría demócrata en el Congreso, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese puesto. Posteriormente, en 2007, alcanzó otro hito al ser elegida presidenta de la Cámara de Representantes, una responsabilidad que volvería a ejercer en 2019.
Durante las administraciones de Barack Obama y Joe Biden, desempeñó un papel decisivo en la aprobación de reformas clave, desde el sistema sanitario hasta el impulso legislativo a la industria de semiconductores y energías limpias.
Es precisamente este contexto el que ha favorecido a empresas como Broadcom, Nvidia o AMD, todas ellas presentes en su cartera.
Los grandes éxitos en Bolsa de Nancy
Actualmente, su cartera de inversiones está altamente concentrada en sectores de alto crecimiento.
Nvidia representa un 18%, seguida de Alphabet con un 13,56%, Palo Alto Networks con un 11,78%, Amazon con un 9,37% y Broadcom con un 9,22%. Vistra, especializada en energía, ocupa un 8,66%. Tempus AI, centrada en tecnología médica, representa el 8,37%, mientras que CrowdStrike, líder en ciberseguridad, suma otro 6,69%. Completan su cartera, Microsoft, Apple y Tesla.
Todas estas compañías comparten el denominador común de encontrarse en industrias que están viviendo una nueva era dorada. La inteligencia artificial (IA), la ciberseguridad, los semiconductores y las energías limpias están atrayendo tanto capital como legislación favorable.
En otras palabras, las decisiones legislativas de los últimos años están creando un entorno propicio para estas tecnologías, y los inversores con mejor información, como los miembros del Congreso, han sabido posicionarse a tiempo.
Broadcom, por ejemplo, ha subido un 74% en los últimos doce meses y un 21% solo en el presente año. Aunque cotiza a una relación precio-beneficio futuro (PER) de 38 veces, por encima del promedio de cinco años (18), los analistas siguen manteniendo calificaciones de compra.
Su dividendo actual del 0,9%, inferior a la media del mercado, también indica una posible sobrevaloración. Sin embargo, la demanda de sus chips para infraestructuras de telecomunicaciones y centros de datos sigue al alza.
En el caso de Tempus AI, se trata de una compañía joven en Bolsa, con una revalorización cercana al 60% desde su salida. Su enfoque en oncología y salud personalizada mediante IA la convierte en una de las apuestas más especulativas, pero también con mayor potencial a largo plazo. No genera beneficios contables por ahora, pero los ingresos crecen a un ritmo anual del 40%.
CrowdStrike, por su parte, ha crecido un 40% anual en ventas y un 80% en beneficios. Cotiza a 133 veces PER y 93 veces flujo de caja, cifras que reflejan su posición privilegiada dentro de la industria de ciberseguridad empresarial. La tendencia de digitalización masiva y la necesidad de protección ante ciberataques la colocan como una opción con demanda sostenida.
La transparencia forzada en las operaciones financieras de los congresistas ha abierto la posibilidad de seguir de cerca los movimientos de Pelosi y otros miembros del Capitolio. Plataformas como Quiver Quantitative ofrecen seguimiento casi en tiempo real de estas operaciones, permitiendo a inversores minoristas analizar patrones y replicar estrategias.
A pesar de las críticas por posible conflicto de intereses, las leyes actuales solo contemplan sanciones simbólicas en caso de uso de información privilegiada. La normativa vigente establece una multa de apenas 200 dólares, y hasta la fecha, ningún congresista ha sido procesado por ello.
El debate sobre la legalidad de estas inversiones está sobre la mesa. En 2022, Pelosi cambió de postura y se mostró favorable a endurecer las restricciones para que los legisladores no operen en Bolsa. Pero mientras se discute la reforma, las ganancias siguen aumentando.
Con una rentabilidad del 71% solo en 2024 y ganancias estimadas de entre 8 y 43 millones de dólares en los últimos 12 meses, la figura de Nancy Pelosi se ha consolidado como una de las más seguidas en Wall Street. Su cartera no solo refleja intuición financiera, sino una estrategia claramente orientada al crecimiento tecnológico, en línea con las grandes transformaciones económicas en curso.