La Junta de Andalucía ha hecho oficial a través del boletín oficial de la Junta (el decreto del Presidente 4/2025) que Antonio Sanz será, de forma provisional, el encargado de las competencias de Salud en la región para garantizar la continuidad administrativa y evitar la oleada de criticas tras la crisis desatada por los fallos en el sistema de avisos del cáncer de mama, además de las presiones sociales que había.
Asimismo, dispone en el decreto el cese de Rocío Hernández Soto como consejera, a quién agradece “los servicios prestados”. Sanz asume la cartera a menos de un año de las elecciones, siendo la cuarta persona que se pone al frente de la Consejería desde llegada de Juanma Moreno en 2018 a la presidencia.
El presidente andaluz anunció anoche en una comparecencia que Hernández le había presentado su dimisión y que la había aceptado. Durante una concentración en Sevilla en apoyo a las mujeres afectadas, se empezaron a escuchar gritos pidiendo la dimisión del propio Moreno.
El propio líder andaluz ha insistido ante los medios que no tenía conocimiento de que había un problema y ha puesto en valor la asunción de responsabilidades del gobierno andaluz cuando en este país “no dimite nadie”. Ha añadido que “en Andalucía actuamos de manera distinta y ahora lo que nos vale es que se asuman responsabilidades, se haga las cosas de manera transparente y no valga para nada, porque entonces, evidentemente, estamos haciendo una enmienda a lo que se estaba diciendo hace tan solo 48 horas“.

Perfil político
Sanz se ha convertido en uno de los pilares más importantes del presidente en la última legislatura y un peso pesado dentro del PP andaluz. Ha estado detrás de los principales acuerdos socioeconómicos del gobierno regional con sindicatos y patronal, entre ellos el de atención primaria. De hecho, el pasado mes de julio Feijóo lo incorporó, tras el congreso nacional del partido, como miembro del comité de la ejecutiva nacional.
Su nombramiento, sin embargo, ha generado recelos en los sindicatos. Desde UGT Andalucía se critica el nombramiento ya que, según ellos, responde más a una estrategia de control que a una voluntad de reforma: “Han puesto a un político experto en tapar problemas, no en solucionarlos”. En la misma línea, Rafael Ojeda, presidente del Sindicato Médico Andaluz, reclama “una negociación real con los médicos” y una reforma profunda que frene la fuga de profesionales.
Por su parte, José Pelayo Galindo, secretario general de la Federación de Sanidad de CCOO Andalucía, ha comentado que son más importantes las políticas y no los nombres: “Queremos una sanidad pública fuerte, que apueste por sus trabajadores y garantice la calidad asistencial y la vida de los andaluces”.