Aragón

La joya gastronómica que solo entienden en Aragón: las chiretas y su secreto tradicional

En muchos pueblos del Alto Aragón todavía se preparan de forma artesanal, sobre todo en fiestas populares y celebraciones familiares

Chiretas - Sociedad
Una fotografía de archivo de un sabroso plato de chiretas.
C.B.

En cada rincón de España existen platos que definen la identidad de un territorio. En el Pirineo aragonés, donde la montaña marca la vida cotidiana y la tradición pesa tanto como las nieves de invierno, surge una receta humilde y contundente que ha sobrevivido al paso de los siglos: las chiretas.

Este embutido casero, elaborado con tripa de cordero rellena de arroz y vísceras, es uno de esos secretos que solo entienden quienes han vivido de cerca la cultura popular aragonesa. No es un plato más: es una declaración de principios sobre la memoria, la tierra y la cocina de aprovechamiento.

Un plato nacido de la necesidad

Las chiretas tienen su origen en una época en la que en el campo no se podía desperdiciar nada. El sacrificio de un cordero no solo suponía carne para el asado, sino también vísceras que, bien tratadas, podían transformarse en un alimento exquisito.

De ahí nace este embutido singular, en el que la tripa se convierte en continente y el relleno en esencia: arroz, pulmón, corazón, perejil, ajo y especias que se cuecen lentamente hasta alcanzar un sabor profundo y reconocible.

Receta de chiretas - Sociedad
Una fotografía de archivo de unas chiretas.
Wikipedia

Esta tradición se consolidó en comarcas como Ribagorza, Sobrarbe o el Somontano de Barbastro, donde las familias transmitieron de generación en generación la receta de las chiretas. Cocinar este plato no solo era llenar la despensa. Era también un acto de comunidad, de reunión alrededor de la cocina, donde las manos se juntaban para coser tripas y preparar un banquete que celebraba tanto la abundancia como la supervivencia.

¿Cómo se elaboran las chiretas?

La preparación de las chiretas es tan laboriosa como ritual. Primero, se limpian cuidadosamente las tripas de cordero. Un proceso que requiere paciencia y dedicación.

Después, se prepara el relleno, conocido en algunas zonas como “brodio”, que combina arroz crudo con vísceras picadas del animal, ajo, perejil y un toque de pimienta. Cada familia suele añadir su matiz personal, desde un punto de canela hasta un ligero pimentón.

Una vez rellenas, las tripas se cosen a mano y se cuecen en agua o caldo durante cerca de una hora. El resultado es un embutido tierno y sabroso, con el arroz impregnado de los jugos de la carne. Tradicionalmente, las chiretas se servían recién cocidas, acompañadas únicamente por pan y vino. En la actualidad, se han popularizado versiones más modernas: fritas, rebozadas o incluso a la parrilla.

El sabor de la montaña

Probar unas buenas chiretas es, en cierto modo, viajar al corazón del Pirineo. Su sabor remite a la cocina de alta montaña, donde los alimentos debían ser contundentes y nutritivos para resistir el frío. No son un bocado ligero ni refinado al estilo de otras gastronomías urbanas. Al contrario, son intensas, llenas de carácter. Un reflejo de la tierra que las vio nacer.

@nomadaia

🔥 ¡Así se come en Huesca! Sabor de montaña en cada plato 🍖🏔️ De chiretas a ternasco: Huesca es sabor, tradición y mucha pasión por la cocina. 👇 ¿Te atreverías a probarlos todos? #huesca #comida #viajes #españa #spain #nomadicfood

♬ sonido original – NomadicDish | AI & Food – NomadaIA | AI & Food

Lo curioso es que, pese a su importancia en Aragón, las chiretas siguen siendo poco conocidas fuera de la región. Apenas aparecen en cartas de restaurantes en otras comunidades y rara vez se incluyen en recopilaciones de platos típicos españoles. Esa exclusividad ha reforzado su aura de tesoro local, convirtiéndolas en un símbolo de identidad que no se presta fácilmente a modas pasajeras.

TAGS DE ESTA NOTICIA