8 de septiembre de 2025, Windsor. Las campanas repican en recuerdo de Isabel II. Han pasado tres años desde la muerte de la monarca y la familia real vuelve a reunirse en un calendario cargado de memoria.
Aunque la atención de esta mañana parecía volcada en el regreso del príncipe Harry a Londres, ha sido Kate Middleton quien se ha convertido en la protagonista silenciosa de la jornada.
La princesa de Gales ha aparecido junto al príncipe Guillermo en el Women’s Institute de Sunningdale, la misma institución a la que la difunta reina dedicó más de ocho décadas de apoyo discreto.
Su presencia no estaba anunciada. Y precisamente por eso, cada detalle se ha leído con mayor intensidad: la elección del lugar, la fecha y, sobre todo, el estilismo.
Un vestido retro como homenaje a la reina
Kate Middleton ha elegido un vestido midi de inspiración retro firmado por Alessandra Rich. El estampado de cuadros en tonos grises y rosas, el cuello en pico, las mangas abullonadas y el volante en la cintura nos recordaban a otro tiempo, concretamente al armario de Isabel II en sus años de mayor visibilidad pública. El look lo ha completado con unos salones de piel y pendientes de topacio blanco con diamantes.
Este vestido se suma a una larga tradición de looks Alessandra Rich recurrentes en el armario de Kate. La princesa ha lucido modelos similares en eventos de Wimbledon 2022 -una de las apariciones más comentadas- y en otras ocasiones como Ascot o el Jubileo de Platino, siempre con estampados polka dot o cuadros, una firma reconocible de la diseñadora.
Mientras tanto, Harry ha aterrizado en Londres. Su agenda incluye los premios WellChild y un acto con Children in Need, pero su presencia, inevitablemente, ha despertado rumores de un posible acercamiento con el rey Carlos III. Nada estaba confirmado. La coincidencia de fechas ha jugado en su contra, ya que la reaparición inesperada de Kate parece haber desplazado el foco mediático a otro lugar.
El contraste ha resultado inevitable. Harry regresa rodeado de especulaciones familiares y tensiones aún no resueltas; Kate, con un solo gesto estético y una aparición medida, logra encarnar la narrativa de la memoria y la continuidad.
Y es que, en un día destinado al recuerdo de Isabel II, la princesa de Gales parece haber logrado transformar el homenaje en una reafirmación de su papel, demostrando de nuevo que en la monarquía británica la moda puede ser también lenguaje, y el estilo, una forma de poder.