En paralelo al drama humanitario que vive la población de Gaza -y a menudo ajenas a lo que ocurre al otro lado de la frontera-, las familias de los soldados israelíes viven también su propio calvario. Como en todas las guerras, la situación es especialmente dolorosa para las madres de los soldados.
A las puertas de la operación militar definitiva que debe conducir a la invasión y ocupación de Gaza, un movimiento formado por madres de militares israelíes se moviliza -Mothers on the Front (madres en el frente)- para pedir a su gobierno que alcance al fin un acuerdo con Hamás que permita poner fin a la guerra, la vuelta de sus hijos y rehenes (medio centenar permanecen en Gaza, de los cuales sólo se estima que permanecen con vida una veintena).

La de poner fin a la guerra en Gaza no es el único objetivo del colectivo en sus movilizaciones. De hecho, Madres en el Frente nació en abril de 2023, meses antes del atentado terrorista perpetrado por Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre de aquel año, y en plena oposición al golpe constitucional llevado a cabo por el primer ministro Benjamin Netanyahu con su reforma judicial. Uno de los principales objetivos de un colectivo nacido del rechazo al gabinete formado por el líder del Likud y sus socios ultraconservadores desde entonces ha sido “promover el valor de la igualdad como principio supremo, en especial en lo que toca a la ley del servicio militar”, afirma a Artículo14 su fundadora, la abogada Ayelet Hashachar Saidoff.
Durante un total de 76 años -desde la fundación del Estado de Israel- los judíos ultraortodoxos ha estado exentos del servicio militar y, desde que en junio de 2024 el Tribunal Supremo de Israel eliminara la exención militar para los jóvenes pertenecientes al colectivo, las autoridades israelíes se emplean en incorporarlos gradualmente a las filas del ejército, como exige la ley. Con todo, los soldados ultraortodoxos se resisten a alistarse en el Ejército y, por ende, son aún pocos en relación al resto los soldados pertenecientes al colectivo haredí que han pasado por la Franja.

“Los eventos del 7 de octubre una vez más demostraron la necesidad existencial para el Estado de Israel de tener un Ejército fuerte y grande, lo que solo puede conseguirse si todos los sectores de la sociedad sirven en él. Llamamos al reclutamiento igualitario y rechazamos que se acepte la discriminación entre una vida y otra”, explica la activista israelí. Un total de 899 militares israelíes han perdido la vida desde el 7-O, de los cuales 520 murieron en operaciones en Gaza (379 soldados fueron asesinados a manos de miembros de Hamás en suelo israelí).
Formado por medio millar de progenitoras de soldados y haciendo hincapié en su independencia respecto a partidos y posicionamientos políticos, Madres en el Frente -que asume la representación de 70.000 madres de soldados activos, reclutas y reservistas– el movimiento ha combinado acciones tanto por la vía de la participación en la vida parlamentaria como en la calle, y en las últimas semanas multiplica sus acciones en un ambiente de creciente rechazo a la contienda en Gaza. A mediados de agosto, Madres en el Frente protagonizó una marcha junto a la frontera con la Franja que concluyó en un memorial dedicado a las soldados israelíes asesinadas en el kibutz Nahal Oz el 7-O.

“Pedimos el fin de la guerra y el regreso de todos los rehenes cuanto antes. Como madres, nuestros corazones están rotos como los de las familias de los rehenes, y su regreso es una misión nacional prioritaria. Exigimos el fin del sacrificio de nuestros hijos en una guerra que se ha convertido en una guerra política”, explica Saidoff a Artículo14. “Las madres de los soldados no hemos dormido en dos años”, admite.
Por ahora las movilizaciones de Madres en el Frente y otros colectivos pacifistas no han tenido efecto en el Gobierno de Netanyahu, que continúa sus planes militares en Gaza. “No sabemos si nuestra presión cambiará los planes del gobierno, pero no podemos permitirnos no intentarlo. Creemos que, como madres, somos la columna vertebral de nuestra sociedad, hablamos con una voz, y el gobierno debe escuchar. Luchamos por las viadas de nuestros hijos y por el futuro de nuestro país. No es sólo política: se trata de la decencia humana básica y de sentido común”, asevera la abogada israelí.
“Tenemos previsto intensificar nuestra lucha y secundaremos la llamada de Anat y Vicki, las madres de Matan Angrest y Nimrod Cohen, soldados que se encuentran en manos de los asesinos“, avanza a este medio. “Continuaremos hasta llegar a la valla de la frontera. Nos manifestaremos delante de las casas del ministro de Defensa, del jefe del Estado Mayor y de todo responsable de la toma de decisiones, y haremos que nuestras voces sean oídas”, asegura. “Las guerras no se acaban cuando ya no hay más soldados, sino cuando las madres se levantan”, concluye Saidoff.

El de Madres en el Frente no es el único movimiento formado o liderado por madres de militares que en los últimos meses se moviliza por una mayor protección de los soldados y, en fin, un acuerdo para el alto el fuego en Gaza que ponga fin a la guerra. “Madres en el Frente forma parte de una coalición más amplia de organizaciones de mujeres y madres que se han levantado para protestar. Juntos representamos a centenares de miles de madres y mujeres con una demanda compartida de poner fin a la guerra”, explica la activista israelí a este medio. Es el caso del movimiento en defensa de los derechos de las mujeres Bonot Alternativa (Construyendo una Alternativa), nacido hace cuatro años.
Ecos del movimiento Cuatro Madres
Madres en el Frente guarda semejanzas con el de movimiento pacifista Cuatro Madres -denominado así porque sus fundadoras fueron cuatro madres de soldados- que, creado en 1997, se movilizó contra el primer gobierno presidido por Benjamin Netanyahu (1996-20019) por la retirada de las FDI del sur del Líbano en un contexto de elevadas pérdidas en las filas israelíes y la resistencia de Hizbulá. La presión del movimiento -que a, su vez, guardaba ecos con las movilizaciones registradas en Estados Unidos contra la guerra de Vietnam- contribuyó a la retirada de los soldados israelíes del país levantino en el año 2000. Más de un cuarto de siglo después, una nueva generación de madres y un mismo primer ministro y el mismo drama de la guerra.
El pasado miércoles las familias de los rehenes anunciaban una nueva manifestación masiva en los aledaños de la residencia oficial de Netanyahu en Jerusalén. En declaraciones recogidas por el diario israelí Haaretz, la citada madre del soldado Nimrod Cohen, Nicki Cohen, cautivo en manos de Hamás- aseveraba esta semana que las protestas intensificarán la batalla para la liberación de los rehenes: “No podemos llegar a los 700 días de guerra sin un acuerdo. Desde el miércoles que viene, sacudiremos el país por un único objetivo: poner fin a la guerra y traernos a casa a todos los rehenes”. “Le vamos a enviar al primer ministro un mensaje claro: no permitiremos que fracase un nuevo acuerdo. Llamo a los ciudadanos de todas las partes del país: es nuestro momento de la verdad”.