La experta

“Para resolver este conflicto hay que armar a Ucrania hasta los dientes”

El rechazo de Putin a negociar cara a cara con Zelenski en Turquía demuestra el nulo interés de Rusia por frenar la guerra. Para la analista Maria Martistute, los aliados occidentales de Kiev deberían ser más contundentes y no confiar en los juegos del Kremlin

Experta
La experta en Defensa Maria Martisiute, del EPC, responde a las preguntas de Artículo14
KiloyCuarto

La guerra en Ucrania entra en una nueva fase marcada por el cansancio militar, la ambigüedad diplomática e imprevisibles seísmos geopolíticos. En un momento en que se especula sobre una posible tregua negociada entre Kiev y Moscú que no se materializa, se alejan los atisbos de paz. Ante el rechazo del presidente ruso Vladimir Putin de implantar un alto al fuego de 30 días ni negociar directamente con Volodimir Zelenksi, el rol de los aliados occidentales de Ucrania resulta crucial.

La analista lituana Maria Martisiutedel think tank “European Policy Center (EPC), no duda en apuntar a la debilidad occidental como uno de los factores que perpetúan la agresión rusa. “Occidente necesita un psiquiatra”, afirma. Su diagnóstico es implacable: si no se refuerza militar y moralmente a Ucrania, el continente se encamina hacia un conflicto mayor.

Zelenski
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, durante una rueda de prensa en Ankara
Efe

-En los últimos días se especuló con una posible reunión entre delegaciones ucranianas y rusas en Turquía, con presencia de Putin y Zelenski. Finalmente, el cara a cara no ocurrió. ¿Qué importancia le atribuye a este encuentro?

-En realidad, muy poca. Zelenski se presentó, pero Rusia envió una delegación de bajo perfil, sin presencia de Putin. Que el Kremlin mande a un asesor como Vladímir Medinski en lugar del propio presidente ya lo dice todo. Para mí, Zelenski no debería aceptar una reunión en estas condiciones. No hay señales claras de que Moscú quiera negociar de buena fe.

-Entonces, ¿cree que este intento de diálogo es más una puesta en escena?

-Exactamente. Llevamos años jugando según el guion de Putin. Seguimos reaccionando a sus movimientos, en lugar de proponer los nuestros. En ese sentido, Occidente parece más un espectador pasivo que un actor con iniciativa. Lo que hace falta es claridad y firmeza. No podemos permitirnos seguir el juego de Moscú como si estuviéramos en una partida de ajedrez que solo ellos entienden.

Rusia
Un hombre inspecciona un edificio dañado en el lugar de un ataque con cohetes en una zona residencial de Járkiv, Ucrania
EFE/SERGEY KOZLOV

-¿Por qué cree que Europa actúa con tanta cautela?

-Porque tiene miedo. Occidente tiene miedo de Rusia, y también del impacto político interno. Además, está el factor Trump. Europa quiere demostrarle a Trump que Putin no quiere negociar, que Ucrania está dispuesta a hacerlo, y que, por tanto, la ayuda debe continuar. Pero esa estrategia es ingenua. Nos movemos por miedo, no por convicción.

-¿Sugiere que Europa se está dejando arrastrar por la dinámica ambigua estadounidense?

-Sí. Y además, existe una fractura muy clara entre Europa Occidental y Europa del Este. Los países del Este comprenden mucho mejor lo que está en juego, pero siguen esperando instrucciones de Bruselas o Washington. Eso debe cambiar. Necesitamos más confianza en nuestras propias decisiones.

-Ha mencionado varias veces el “juego” de Putin. ¿Cuál cree que es su lógica en este momento del conflicto?

-Putin sigue creyendo que puede ganar. Incluso si está debilitado económicamente, su sistema de creencias le da una enorme fuerza. Además, es muy hábil a la hora de buscar apoyos: China, Corea del Norte… Y ve la debilidad de Occidente como una oportunidad. Es como una hiena: huele la vulnerabilidad y ataca.

Ucrania
Una ucraniana posa con una vyshyvanka tradicional entre carros de combate en Kiev
Efe

-Entonces, ¿qué papel está jugando realmente Occidente?

Occidente parece una medusa, y no un león. Con todos los datos sobre la mesa, seguimos repitiendo los mismos errores. Anunciamos un nuevo paquete de sanciones —el número 17— y ya estamos preparando el 18. Pero los misiles Taurus prometidos por Alemania aún no están en Ucrania. ¿Por qué no? Seguimos viviendo en el mundo descrito por el Kremlin en sus documentos estratégicos.

-¿Ve algún cambio real en su postura de la OTAN de cara a la cumbre de junio?

-No lo creo. No cumplirá su promesa de ofrecer una vía euroatlántica a Ucrania. Seguimos atrapados en una estrategia de contención que no es suficiente. Necesitamos un cambio profundo. La OTAN debería dejar de preocuparse tanto por la provocación y empezar a pensar en la protección.

-¿Cree que hay una solución viable que no pase por la derrota militar de Rusia en el campo de batalla?

-No. Lo he dicho muchas veces: para resolver este conflicto hay que armar a Ucrania hasta los dientes. No basta con resistir. Hay que conseguir una victoria decisiva. También deberíamos imponer una zona de exclusión aérea en el oeste de Ucrania, que sigue libre de ocupación rusa. Pero no tenemos el coraje de hacerlo, pese a tener los medios.

-¿Y qué papel podrían jugar otros países?

-Pueden ayudar. Por ejemplo, Israel tiene el sistema Cúpula de Hierro, que podría proteger los cielos ucranianos. Pero están demasiado centrados en su propio conflicto. En cualquier caso, el problema no es la capacidad, sino la voluntad política. Europa tiene un PIB de 19 billones frente a los 2 billones de Rusia. Tiene una población tres veces mayor. ¿Qué nos frena?

-Volviendo a Estados Unidos: ¿qué se puede esperar realmente de Trump?

-Ambigüedad. Esa es su política exterior. Trump usa la ambigüedad como herramienta estratégica. Y eso es peligroso. A veces parece que apoya a Ucrania, pero luego se cansa. Como con Israel: al cuarto mes ya se mostró impaciente. Es impredecible. Por eso hay que trabajar con él de forma constante, “masajearlo”, por así decirlo, y recordarle que apoyar a Ucrania también es un interés de seguridad para EE.UU.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump
EFE/EPA/ALI HAIDER

-¿Y qué está haciendo Ucrania en este contexto tan incierto?

-Están resistiendo como pueden, con creatividad y valentía. Y ahora están centrados en enviar un mensaje claro a EE UU y a Trump: “Te lo dijimos”. Quieren que Trump vea por sí mismo que Putin no quiere la paz.

-¿Y si no lo consiguen?

-Entonces tendremos una guerra mayor en tres, cuatro o cinco años. Como decía Churchill, si eliges el deshonor para evitar la guerra, acabarás teniendo ambos. Al no apoyar decididamente a Ucrania, hemos elegido el deshonor. Y por eso nos estamos preparando para una guerra más grande.

-Suena todo bastante desesperanzador. ¿Hay alguna salida realista?

-Sí. Pero exige valentía. Armar a Ucrania, proteger su espacio aéreo, presionar a Putin con sanciones asfixiantes. Y sobre todo, dejar de pensar que estamos en una partida de ajedrez cuando en realidad estamos en una lucha por la supervivencia de un país y del orden internacional. No es complicado. Lo complicamos nosotros.