La expresión cártel de los Soles se ha convertido en sinónimo de una supuesta red criminal dentro del Estado venezolano. Para Washington, no se trata de un simple grupo de traficantes, sino de una organización estructurada desde las más altas esferas militares y políticas del chavismo. Estados Unidos acusa directamente a Nicolás Maduro de ser su líder desde finales de los años noventa.
Las tensiones han escalado en los últimos años. En 2020, el fiscal general William Barr presentó cargos de narcotráfico contra el presidente venezolano. Aseguraba que había colaborado con las FARC para introducir cocaína en territorio estadounidense. El despliegue de tres destructores de la Marina estadounidense frente a las costas de Venezuela fue la demostración militar de que el cártel de los Soles es considerado una amenaza directa a la seguridad nacional norteamericana.
El origen del nombre y sus primeras investigaciones
El término cártel de los Soles se utilizó por primera vez en 1993, durante una investigación contra dos generales de la Guardia Nacional Bolivariana: Ramón Guillén Dávila y Orlando Hernández Villegas. Ambos estaban acusados de narcotráfico. El nombre proviene de las insignias de dos soles que lucen los generales venezolanos en sus uniformes.
Desde entonces, distintos informes han señalado que militares y funcionarios habrían facilitado el paso de cocaína por la frontera con Colombia. Aceptaban sobornos para mirar hacia otro lado. No solo se trataba de drogas. El cártel de los Soles también se habría involucrado en contrabando de combustible y en minería ilegal, con oro, coltán y piedras preciosas como parte del negocio.
De las FARC a Maduro: una relación duradera
Estados Unidos sostiene que, desde 1999, el cártel de los Soles colaboró activamente con las FARC. La organización guerrillera colombiana utilizaba territorio venezolano como retaguardia y como vía segura para enviar cargamentos de cocaína hacia Centroamérica, el Caribe y África Occidental.

Excomandantes de las FARC como Iván Márquez y Jesús Santrich, que negociaron el acuerdo de paz de 2016 con Colombia, han sido señalados como socios directos del chavismo en esta red. Ambos retomaron las armas en 2019 tras denunciar incumplimientos del proceso de paz. Santrich murió en 2021 en Venezuela. Para Washington, esa presencia confirmó la relación entre las guerrillas y el cártel de los Soles.
¿Cuáles son los casos más famosos?
Uno de los episodios que más alimentó las acusaciones fue el arresto en 2005 de Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, sobrinos de la pareja presidencial. Ambos intentaron introducir 800 kilos de cocaína en EEUU y fueron condenados. Sin embargo, terminaron liberados en 2022 tras un intercambio de prisioneros.
En paralelo, informes del Departamento de Estado estimaban ya en 2004 que más de 200 toneladas de cocaína transitaban anualmente por Venezuela. Eso representaba el 40% del consumo mundial. Según la DEA, esa situación convirtió al país en la ruta preferida para el contrabando hacia Estados Unidos y Europa.
El cártel de los Soles se consolidaba como un concepto para describir no solo el narcotráfico, sino también la connivencia de las instituciones venezolanas con redes criminales internacionales.
¿Hay altos funcionarios en el punto de mira?
Más allá de Nicolás Maduro, otros dirigentes venezolanos han sido señalados por Washington. Entre ellos, Diosdado Cabello, ministro de Interior; Vladimir Padrino, titular de Defensa, y Maikel Moreno, expresidente del Tribunal Supremo. Todos ellos han sido acusados de corrupción, narcotráfico o lavado de dinero en el marco del cártel de los Soles.
En 2016, el general Néstor Reverol, que más tarde sería ministro de Energía Eléctrica, fue acusado en EEUU de tráfico de cocaína. La lista de militares y políticos vinculados a la organización refuerza la tesis de que el cártel de los Soles no es un grupo aislado, sino una red integrada en las estructuras del Estado.

El chavismo, por su parte, niega todas las acusaciones. Asegura que el cártel de los Soles es una invención de Washington para desestabilizar a Venezuela. Sin embargo, el Departamento de Justicia estadounidense no solo mantiene las imputaciones, sino que ha elevado la recompensa por la captura de Maduro hasta los 50 millones de dólares.
Esto lo convierte en uno de los dirigentes más buscados del mundo.
La presión internacional ha hecho que la figura del cártel de los Soles trascienda lo judicial para convertirse en un arma política en la confrontación entre Caracas y Washington.