A pesar de los cambios políticos en el planeta en los últimos años, las fuerzas armadas de los países se han mantenido como un bastión de defensa de cada nación en conflictos tanto dentro como fuera de sus fronteras. Más allá de los actuales debates a niveles regionales e internacionales acerca de las financiaciones militares, existen países ajenos a estas decisiones que no poseen e incluso no han poseído nunca un ejército para su defensa nacional.
El país vecino de España que no cuenta con ejército
Hay un país soberano con frontera terrestre con el nuestro que no posee un cuerpo nacional de fuerzas armadas. Se trata de Andorra, y nunca ha tenido una hueste oficial. Sin embargo, el Principado de Andorra firmó en 1993 un acuerdo de defensa con Francia y con España, aunque ya había tenido pactos oficiales con ambos países desde siglos atrás.
En una situación parecida se hallan otros países pequeños con las potencias más cercanas a los mismos. Es el caso de Liechtenstein, San Marino, Mónaco o la Ciudad del Vaticano, entre muchos otros. Naciones como la ya mencionada Francia, Italia y Suiza proporcionan mediante tratados asistencia de seguridad y de vigilancia cuando dichas “micronaciones” las necesitan.
En una situación similar se encuentran los Estados Unidos de América, a los que presta apoyo defensivo con sus huestes a repúblicas y estados asociados o no adscritos como Puerto Rico, Palaos, Micronesia y Panamá. Este último territorio llegó a contar con su propio ejército en dos ocasiones, siendo disuelto en 1990 y abolido definitivamente en 1994.
Organizaciones que se encargan de defender a pequeños países
Existen casos donde los países que no cuentan con su propia milicia nacional, no dependen tampoco directamente de países más grandes. Su defensa depende de organizaciones de varios países, como la OTAN o el SSR, el Sistema de Seguridad Regional que protege la región oriental del Caribe.
En esta lista, se encuentran principalmente islas o conjuntos de islas con soberanía propia y reconocida, como Santa Lucía, Granada, Dominica y San Vicente y las Granadinas. La situación de Islandia es la más particular de todas, pues es el único estado miembro de la OTAN sin ejército permanente. A nivel oficial, no cuentan con defensa propia desde 1869, aunque sí cuenta con una Fuerza de respuesta a crisis y una Guardia Costera muy bien armadas. Sin embargo, es la OTAN quien presta sus servicios defensivos al país, especialmente a nivel aéreo a cargo de sus principales aliados.
¿Qué ventajas y desventajas posee la desmilitarización?
La decisión de no tener un ejército conlleva una serie de favorecimientos, pero también presenta vulnerabilidades y retos únicos en el complejo panorama global.
Por un lado, la ausencia del gasto en defensa militar permite destinar más fondos públicos a otros ministerios claves para la sociedad como los relacionados con la salud, la educación y el empleo. También hay quien señala la ausencia militar como símbolo de estabilidad política y de mejora de la imagen pública de una nación de cara al resto del mundo, especialmente en naciones en vías de desarrollo.
Por otro, la respuesta ante una grave amenaza bélica, terrorista o criminal, se ve gravemente decrementada al depender de acuerdos con terceros países si no se cuenta con ejército. Y no sólo se dependen de estos acuerdos, puesto que si los países u organizaciones a cargo de la protección de estos estados entran en crisis, sus seguridades se verían altamente comprometidas.
El mantenimiento continuo para la plena efectividad de los cuerpos de protección del estado también es vital para dichos países. Con esto, deben ser plenamente conscientes con sus estrategias sobre cómo invertir en seguridad y hasta qué punto vale la pena hacerlo sin un cuerpo armado altamente preparado y capacitado para hacer frente a cualquier amenaza grave para el país, por encima incluso de conflictos bélicos.