A Junts se le acaba la paciencia y al Gobierno los apoyos que le sostienen. La relación entrePedro Sánchez y Carles Puigdemont, que nació del pacto de Bruselas para la investidura, atraviesa su momento más delicado. “Se nos ha terminado la paciencia”, admiten desde la formación independentista, que someterá a consulta entre sus militantes si mantiene o no su respaldo al Ejecutivo. La votación se celebrará después de la ejecutiva convocada por Puigdemont para este lunes en Perpinyà, coincidiendo con el aniversario de la declaración unilateral de independencia de 2017.
Lo cierto es que el miércoles, en la sesión de control al gobierno, la portavoz de Junts, Miriam Nogueras, lanzó la primera advertencia directa al presidente: “Quizá debería hablarse menos del cambio de hora y empezar a hablar de la hora del cambio”. Una frase que en la Moncloa se interpretó como el inicio de la cuenta atrás. Desde entonces, los nervios en el Ejecutivo se han disparado y en el entorno del presidente reconocen que el ambiente es de “espera tensa”.

“Cuando toque”
Pedro Sánchez ha intentado rebajar la presión asegurando que “la reunión con Puigdemont se producirá cuando toque” y defendiendo que el Ejecutivo “está cumpliendo con los acuerdos que están en su mano” y trabajando “para que se cumplan los que dependen de otros”. Pero la respuesta no ha bastado para Junts, que reclama avances concretos y acusa al PSOE de incumplir lo pactado.

La portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, Miriam Nogueras.
Misión: contentar a Junts
En este contexto, el Gobierno movió ficha la tarde de este mismo viernes. El anuncio, a mediodía y por sorpresa, confirmaba junto a Alemania la apertura de un “diálogo bilateral” para estudiar la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la Unión Europea.
Un gesto simbólico con el que La Moncloa busca ganar tiempo y enviar una señal política a Junts. “El Gobierno no ha dejado de mostrar su determinación para avanzar hacia la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego”, explican fuentes del Gobierno a Artículo14. Y añaden: “Es un paso importante para hacerlo posible”. Desde el Ejecutivo, subrayan que “la incorporación de estas lenguas constituye una parte esencial de la identidad nacional plurilingüe de España”.
El acuerdo con Alemania, país que hasta ahora se había mostrado reticente a la propuesta española, llega en un momento en que el Gobierno necesita gestos tras reiterados incumplimientos. “Se trata de una declaración política, más que práctica”, admiten fuentes diplomáticas a este periódico, que recuerdan que la decisión final sobre las lenguas oficiales depende del Consejo Europeo y de que ningún estado miembro se oponga. Con el sí de Alemania, en el Gobierno dan por hecho que el resto de apoyos -o abstenciones- estarían garantizadas.

¿Final de legislatura?
Mientras tanto, en el PSOE asumen que la legislatura pende de un hilo y los nervios van a más. Todo depende de lo que decida Puigdemont. En Moncloa confían en que prevalezca la lógica política y advierten de que una ruptura “abriría la puerta a PP y Vox”. Desde el Gobierno insisten en que “este es un Ejecutivo que cumple” y que seguirá defendiendo “el diálogo y la estabilidad”.
En paralelo, Junts no descarta ninguna opción. En el partido se habla incluso de una moción de censura instrumental, con un candidato de consenso que convoque elecciones. Entre los nombres que circulan está el de Miquel Roca, uno de los padres de la Constitución. Sin embargo, el PP se desmarca. “Es política ficción”, zanjó este viernes la portavoz del grupo popular en el Senado, Alicia García, al ser preguntada por un eventual apoyo a una iniciativa en la que Feijóo no sea el candidato.
El lunes, con la hora ya cambiada, España amanecerá pendiente de Perpinyà. Allí, Carles Puigdemont decidirá si aprieta el botón de pausa -o el de ruptura- de la legislatura.




