En su estado de WhatsApp dice que está Alive and kicking; es decir, vivo y coleando. En plena forma. Y tanto que lo está. Después del éxito de su primer libro España tiene solución, el exdirigente de VOX Iván Espinosa de los Monteros se prepara para lanzar un ilusionante proyecto en el que lleva trabajando cerca de dos años. Ha sido un proceso largo y meditado, pero ya está todo engranado. El próximo jueves, 25 de septiembre, Espinosa de los Monteros presentará oficialmente su think tank en Madrid. Ya hay aforo completo en el recinto.
Así, tras haber sopesado varios nombres, finalmente ha escogido el de Atenea. El exlíder de VOX ha explicado que la elección se debe a que la diosa griega es símbolo tanto del pensamiento como de la estrategia militar. “No venimos con ánimo ofensivo, pero sí queremos dar la batalla cultural”, explica él mismo.
Expectación en VOX
En su proyecto, Espinosa de los Monteros contará con miembros que aún están en las filas de Abascal, con expresidentes autonómicos del Partido Popular y también con personalidades vinculadas a Ciudadanos. De hecho, hay mucha expectación en la sede de la calle Bambú.
Dirigentes de VOX tienen la mirada clavada en esa puesta de largo del próximo jueves. Quieren ver quién irá a arropar a Espinosa de los Monteros ese día tan señalado. No es ningún secreto la cercanía que mantiene el exlíder con Inés Cañizares, que es la actual vicealcaldesa de Toledo por VOX. Ambos se conocieron en el partido y mantienen una sincera amistad.

Atenea
El reto de Atenea será, precisamente, demostrar que puede trascender las siglas y convertirse en un lugar de encuentro para la sociedad civil. La asociación se crea como un espacio para poder proponer y reflexionar, para poder abrir debates más allá de la discusión a corto plazo que infecta la polarizada agenda política actual.
Atenea se orientará hacia un enfoque liberal y conservador en el diseño de sus propuestas y perseguirá dar la batalla cultural, algo en lo que Espinosa de los Monteros insistía mucho cuando era portavoz parlamentario.
La realidad es que, de momento, no quiere ni hablar de montar otro partido -ni de sumarse a las filas de otros- pero sí tiene claro que quiere ayudar para que cuando la derecha suceda al presidente del
Gobierno, Pedro Sánchez, se hagan por fin las reformas que España necesita. Él mismo ha criticado, en numerosas ocasiones, que el expresidente Mariano Rajoy no llevó a cabo las reformas necesarias ni cumplió con sus promesas. Repetir errores pasados, interpreta, es algo que Alberto Núñez Feijóo debe evitar.

Cuando se marchó de VOX, Espinosa de los Monteros cambió su perfil de la red social X. Borró toda la portada y dejó sólo una frase: Lo mejor está por llegar. Es una buena premisa.
Feijóo y el equilibrio imposible
Hablábamos de que Feijóo “debe evitar repetir errores pasados”. Deshacerse de ese vínculo que hace que los ciudadanos asocien su imagen con la del expresidente Mariano Rajoy. Conseguir que la gente le crea, que cuaje la idea de que cumplirá lo que promete. De que es fiable. En eso es en lo que trabaja el equipo más cercano del presidente popular. La trazabilidad, la gestión, su trayectoria debe ser la marca de distinción frente a VOX.
En este punto, lo complicado es un equilibro imposible en el que están inmersos los populares. ¿Cómo atraer votantes de VOX sin perder y descuidar el centro? Es una fórmula endiablada.
Llamada a la moderación
Así, esta semana el líder del PP ha hecho una llamada a la moderación frente a los extremos, abogando por el sentido común y situándose entre el Gobierno y el partido de Abascal. Lo incoherente es que lo ha hecho después de un mes en el que había extremado su discurso en tono y forma.
Con el calendario electoral ya en marcha, líderes territoriales abogan por no atacar al partido de Abascal. Creen que “entrando en su juego” siempre “ganan ellos”. Miembros del Comité Ejecutivo creen que se debe intensificar la ofensiva a través de políticas y propuestas y no agredir dialécticamente a VOX.
Esta indecisión sobre qué estrategia tomar es algo que han sufrido muchos de los partidos de la derecha europea. Elegir entre seguir manteniendo la línea de la derecha conservadora o arrimarse a la derecha radical con el riesgo de agrandar su sombra.