“Entran agresiones sexuales, pero en un día no se colapsa un juzgado”

El primer día en que los juzgados de violencia han asumido la violencia sexual ha sido tranquilo. Los jueces creen que en unas semanas ya se podrá hacer balance de cómo afecta a su carga de trabajo

Los juzgados de violencia sobre la Mujer han asumida ya la violencia sexual
KiloyCuarto

Era el día D. La fecha marcada en el calendario. Este viernes los juzgados de violencia sobre la Mujer han asumido los delitos de violencia sexual (agresión sexual, trata, matrimonio forzoso, acoso y mutilación genital femenina).

Según cuentan varios jueces, todavía es pronto para hacer balance. Una sola jornada no puede atascar un juzgado, pero ya van entrando casos de agresiones sexuales, que se mezclan con delitos de violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja.

Más declaraciones, más apoyo a la víctima y asesoramiento psicológico

“Me ha llegado una violación con dos agresores. Sí que lo he notado porque ha supuesto más declaraciones, más apoyo a la víctima, asesoramiento psicológico. Los tiempos se han alargado“, explica un magistrado.

Otro juez, en cambio, no ha percibido un gran cambio. “Hoy ha sido todo normal. No ha habido mucho en la guardia y todo tranquilo. Tardará en notarse. No va a ser una avalancha”.

Además, de los casos nuevos de violencia sexual también han entrado detenidos por denuncias previas a la entrada en vigor de la Ley. “Los arrestados por agresión sexual de una denuncia previa no entran en los juzgados de violencia contra la Mujer. Esas causa irán a instrucción. Porque se estaba tramitando allí”, explica.

Los cambios no son de la noche a la mañana

“Estos cambios no se hacen de la noche a la mañana, hoy es el primer día, iremos viendo“, explica una magistrada, que asegura que ha vivido una jornada tranquila.

“Es pronto para conocer la incidencia que va a tener esta nueva situación. Porque sí que están entrando agresiones sexuales, esta mañana como cuatro, alguna estaba prescrita. El procedimiento es el siguiente: llega el atestado, el atestado llega a la letrada y la letrada después me lo pasa a mí. Pero tardan un par de días, generalmente”, apunta otra magistrada de un juzgado de violencia. “Por un día no se puede determinar qué va a ocurrir. Todavía es pronto para valorar”.

Tiempo para dedicar a las víctimas

Los jueces y juezas llevan meses avisando del colapso que sufrirán los juzgados de violencia al asumir nuevas competencias sin apenas refuerzo y nuevas plazas.

María Auxiliadora Díaz Velázquez, magistrada del Juzgado número 2 de Violencia contra la Mujer de Las Palmas de Gran Canaria, en una entrevista en Artículo14 apuntaba hace unos días que “en la actualidad los juzgados están desbordados en cuanto a la materia. Un verdadero juez de violencia necesita tiempo para realizar una escucha activa a lo que son las víctimas. Creo que los jueces de violencia tienen o requieren un plus. En primer lugar, una formación específica y sobre todo formación en perspectiva de género. La materia lo requiere. Hace falta saber lo que es lo que es la violencia de género, entender efectivamente cuál es el ciclo en el que se encuentra la víctima en el momento de interponer la denuncia,  por lo tanto es necesario tiempo. Yo escucho a todas las víctimas, que pasan por mí, tanto las que quieren denunciar como las que no quieren denunciar”, señalaba.

Los magistrados de los juzgados de violencia han avisado del colapso que se avecina
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“Supone una asunción de competencias que necesita unos medios específicos y que las personas estén formadas, porque por mucha norma o por muchos jueces que pongan, si no tienen la formación específica y conocen realmente el tema, pues no va a servir de mucho. Formación de los funcionarios de los juzgados de violencia, por supuesto a los jueces y los fiscales, a los letrados que llevan estas causas. Es importantísimo”, insistía Díaz Veláquez.

Las consecuencias para las mujeres

No solo es una cuestión de celeridad, de atasco. Los efectos de la espera son nefastos para las víctimas. Chelo Álvarez, de la asociación Alanna explica las consecuencias de estas dilaciones. “El miedo, la ansiedad se van a desencadenar al saber que van a revivir los hechos. Lo que las sitúa en un estrés mantenido, un estado de alerta continuado, que puede sobrepasarlas. La dilatación en el tiempo del juicio va a ocasionar sintomatología del trastorno de estrés postraumático: insomnio, híper vigilancia, dolores estomacales, cefaleas, desórdenes alimenticios, y otros. ¿Alguien tiene en cuenta que el trauma es inmenso? ¿Alguien tiene en cuenta la vivencia devastadora del tiempo de espera? La justicia olvida en demasiadas ocasiones, ya no solo la perspectiva de género y, sino la perspectiva del trauma en los procesos judiciales en casos de violencia machista”, subraya Álvarez.

Olga Caldera, de la asociación AMAR, cree que esta saturación de los juzgados “afecta de una manera muy negativa a las víctimas. Desde la primera declaración hasta la vista pueden pasar años y en ese tiempo no tienen orden de alejamiento, el maltratador intenta que le retiren la denuncia, ellas están vulnerables, empiezan a ver los fallos del sistema, pierden credibilidad en los juzgados, les generan desconfianza y empiezan arrepentirse de haber denunciado. Sienten que la justicia no las protege y además, si hay niños de por medio, ellos también sufren la presión, se les instrumentaliza para hacer chantaje a la madre, presionan para que quite la denuncia, les utilizan para amenazarla, etc. Si fuese un periodo más corto de tiempo, el sufrimiento, la ansiedad, las presiones se reducirían bastante”, señala.

Si algo de lo que has leído te ha removido o sospechas que alguien de tu entorno puede estar en una relación de violencia puedes llamar al 016, el teléfono que atiende a las víctimas de todas las violencias machistas. Es gratuito, accesible para personas con discapacidad auditiva o de habla y atiende en 53 idiomas. No deja rastro en la factura, pero debes borrar la llamada del terminal telefónico. También puedes ponerte en contacto a través del correo o por WhatsApp en el número 600 000 016. No estás sola.