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Mariana Brennand: “Hice ‘Manas’ para dar voz a mujeres y niñas que son silenciadas cada día”

La documentalista brasileña estrena su primer largometraje de ficción, ‘Manas’, que representa a Brasil en los Goya, y cuenta la aterradora historia real de abusos sexuales en la isla de Marajó

La isla de Marajó, en el delta del Amazonas, es una isla de aspecto paradisiaco. Playas perfectas, sol y salida al Atlántico componen un clima ideal. Sin embargo, esta isla, la más grande del mundo entre las islas continentales, oculta un área con uno de los índices de pobreza más altos de Brasil. Allí se han documentado durante años algunos de los casos más graves de abuso y explotación sexual infantil, incluyendo incluso el tráfico de personas.

Ahora, una directora brasileña ha decidido alzar la voz para que todo el mundo conozca estos casos. Su denuncia, humanista, impactante y conmovedora, tiene el nombre de Manas. La directora es Mariana Brennand, que da sus primeros pasos en el mundo de la ficción tras años dedicándose al cine documental.

Manas cuenta la historia de Tielle, una niña de 13 años que crece con sueños inspirados por la huida de su hermana mayor. A medida que madura, las ilusiones a las que se aferra comienzan a desmoronarse, revelando un mundo de explotación y abuso profundamente arraigados. Decidida a proteger a su hermana menor y redefinir su futuro, se atreve a desafiar las fuerzas que unen a las mujeres de su comunidad. El título hace referencia a un término utilizado por las mujeres brasileñas como expresión de cariño y sororidad, dejando claro que este es un proyecto donde la unión entre mujeres está en el centro.

Ha estado investigando este tema por diez años. ¿Cómo ha sido el proceso de investigación y de encontrar la información para la película?

Han sido diez años de dedicación e implicación absoluta. Es una realidad tremendamente dura y violenta y fue muy desafiante, especialmente siendo mujer, tener que escuchar, vivir y entender todas esas experiencias violentas que mujeres y niñas pasan todos los días en Marajó. Pero por muy duro que fuera para mí y para mi equipo, Carolina Benavides, mi co-escritora, y para los otros trabajadores del film; cuanto más nos encontramos con esa realidad, más fuerte fuimos. Nos dio coraje y la certeza de que necesitábamos contar esta historia

Brasil y todo el mundo necesita saber qué está pasando. Necesitamos cambiar eso. Así fue como Manas nació, a partir de mi deseo de cambiar esta realidad como documentalista. Mientras estaba pensando en cómo podíamos contar esta historia, entendí que sería imposible para mí, éticamente, contar esta historia como un documental. No podía poner a esas mujeres y niñas frente a las cámaras y pedirles que recuerden esas experiencias traumáticas que han pasado, porque eso sería muy violento para ellas. Revivirían el dolor y el miedo. Entendí que a través de la ficción podría contar esta historia sin llevar más violencia y poder contarla de una manera que pudiera mostrar las complejidades de esta realidad.

Fotograma de ‘Manas’

Teniendo en cuenta que tenemos una educación cinematográfica filtrada por la mirada masculina, ¿cómo se puede hacer una película sobre la violencia hacia las mujeres de otra manera? 

Creo que esto es lo más importante para mí. Esta película solo podría haber sido hecha por una mujer y a través de una perspectiva femenina. Tuve esta oportunidad importante como mujer para contar una historia sobre mujeres y sobre violencia contra las mujeres a través de un ojo femenino. Estamos acostumbrados a ver nuestra existencia, nuestra imagen y nuestras vidas a través del ojo masculino, que objetifica y sexualiza nuestros cuerpos.

Y no hay excusa para el abuso sexual. Para mi era muy importante contar esta historia y mostrar a estas niñas como niñas. Ella es una niña de 13 años, y la forma de filmar y proteger su cuerpo y no sexualizarla, fue muy importante para mí desde el principio.

La ficción me permitía hacer eso. Y eso es una decisión política, al igual que no mostrar violencia. Estamos acostumbrados a la espectacularización de la violencia y la violencia sexual. Esa violencia no debería existir en la vida real. Y como mujer, como directora, recrear una escena de la violencia, era permitir que sucediera. Estaría validando un crimen.

Ese fue el principio fundamental para desarrollar Manas. Creo que el poder de la película y cómo se conecta con el espectador también es debido a ese respeto. Porque sientes la violencia, no la ves. 

Mariana Brennad, directora de ‘Manas’

Julia Roberts ha alabado la película; Sean Penn, los hermanos Dardenne y Walter Salles están entre los productores ejecutivos, ¿qué ha significado para usted contar con ese apoyo internacional?

Su apoyo ha sido fundamental y muy importante para la creación de Manas. Walter Salles y los hermanos Dardenne se convirtieron en colaboradores de este proyecto hace mucho tiempo, durante la escritura del guión. Llegaron porque sentían que esta historia era importante y necesaria para ser contada. Fue un intercambio muy rico y creativo. Sean Penn apareció un poco después, cuando recibí un premio en Cannes en el programa Women in motion del grupo Kering, él escuchó mi discurso y me pidió conocerme.

Dijo que necesitaba conocer a la mujer que dijo esas palabras, que había hecho una película muy importante y necesitaba verla. Me pidió que le enviara la película y unos meses después, me llamó a Brasil y me dijo “necesito ponerme mi piel de nuevo después de ver la película, es tremendamente importante y urgente. Necesitamos crear conciencia y enviar este mensaje a todos, ¿Cómo puedo ayudar?” Y él se unió y me invitó a ir a Los Ángeles y ha estado llevándola al mundo y enseñándola a muchas personas importantes.

Hace poco ha organizado una presentación en Los Ángeles con Julia Roberts. Es realmente hermoso tener el apoyo de tantas personas que son importantes para mí como cineasta y para el mundo por su trabajo que va más allá del cine, sino que tiene un importante impacto humanitario, social y político. Sean Penn dijo que este es el perfecto uso del cine y Julia que este filme va a cambiar vidas, que es exactamente por lo que hice Manas, porque quería cambiar vidas.

Fotograma de ‘Manas’

¿Cree que Manas puede contribuir a derribar el muro de silencio de la industria del cine hacia estos temas?

Eso espero. Hice Manas porque quería dar voz a mujeres y niñas que son silenciadas todos los días. Manas cuenta una historia que es muy específica de la isla de Marajó en Brasil, en el Amazonas, en un contexto social, económico, geográfico y político muy particular. Pero sabemos que, por desgracia, ese tipo de violencia contra las mujeres sucede en todos lados. Sucede en la industria, como dijiste. Para mí, hacer esta película fue realmente importante.

Espero que Manas nos envíe un mensaje a todas las mujeres y a todos, en cada país, en la industria del cine y en todas las demás, en todos los sectores y niveles de la sociedad, que tenemos que detener la violencia contra las mujeres y romper los silencios.

Creo que una de las razones por las que los ciclos de violencia se han perpetuado por tanto tiempo es porque las mujeres son silenciadas y amenazadas. Las mujeres están asustadas o pueden sentir vergüenza, pero la vergüenza no es nuestra es para el agresor. 

Así que realmente espero que Manas inspire a las mujeres y a la gente en todo el mundo para sentirse alentadas. Tenemos un movimiento social en Brasil llamado Manas Apoya Manas, que es para que las mujeres se ayuden y formen una sororidad. Porque tenemos que ayudarnos, hablar. No podemos estar asustadas más.

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