Música clásica

Un musicólogo español descubre en Jerusalén el órgano más antiguo: “Es un milagro”

David Catalunya, investigador de la Universidad Complutense, logró hacer sonar tras más de ocho siglos el órgano medieval de Belén, un instrumento cruzado del siglo XI, enterrado y silenciado, que ahora emerge como pieza clave del patrimonio musical cristiano

David Catalunya con el órgano, tesoro musical de la época de las cruzadas.
David Catalunya con el órgano, tesoro musical de la época de las cruzadas.

En el Convento de San Salvador, en la Ciudad Vieja, resonaron hace pocos días unos sonidos que parecían imposibles: notas musicales de un órgano que llevaba más de 800 años en silencio. Lo consiguió David Catalunya, musicólogo español del Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU), al recuperar el órgano medieval conocido como el Órgano de Belén. “Para mí es una emoción indescriptible. Es como abrir la tumba de un faraón y ver por primera vez algo que ha estado enterrado, silenciado en nuestro caso, durante tantos siglos, y, de repente, que estos sonidos originales vuelvan a emerger y cobrar vida”, declaró Catalunya ante los asistentes.

El hallazgo: historia, descubrimiento y recuperación

El instrumento fue construido en Francia en el siglo XI, trasladado a Tierra Santa durante el dominio cruzado en el siglo XII, y luego enterrado por los cruzados en el siglo XIII, en contexto de peligro. En 1906, arqueólogos franciscanos efectuaron excavaciones bajo el jardín de la Basílica de la Natividad, en Belén, y hallaron 222 tubos de bronce, un carillón de 13 campanas y otros objetos litúrgicos. Estos restos fueron preservados en el museo arqueológico del Convento de la Flagelación, en Jerusalén.

David Catalunya, investigador del ICCMU
David Catalunya, investigador del ICCMU

Durante mucho tiempo, los tubos originales permanecieron silenciados: aunque conservados, nadie había conseguido reproducir su sonido real. El proyecto liderado por David Catalunya, en colaboración con instituciones como la Custodia de Tierra Santa y el Terra Sancta Museum, financiado por el European Research Council, logró reactivar algunos de esos tubos.

El equipo observó que ocho de los 222 tubos originales, bien conservados, aún conservaban su capacidad de emitir sonido, sin necesidad de restauraciones mayores. Catalunya describió esa experiencia como algo que no esperaba: “Nos sorprendió de una manera extraordinaria. Es un milagro”, explica a Artículo14.

Sobre la antigüedad y su importancia, el investigador afirma: “Es el órgano más antiguo de la cristiandad. Los órganos más antiguos que se conservan en Europa datan del siglo XV; anterior a esto no tenemos absolutamente ningún resto material de órganos medievales. Y este órgano es cuatro siglos más viejo.”

Al preguntar cómo suena ese órgano milenario, Catalunya explica: “Es un sonido sorprendente y con mucho carácter, muy rico y variado a lo largo del registro entre tubos graves, medios y agudos”.

David Catalunya haciendo sonar el Órgano de Belén
David Catalunya haciendo sonar el Órgano de Belén

El proyecto no se limitó a descubrir, sino también a reconstruir. Para recuperar las partes perdidas, se utilizan réplicas hechas por el organero Winold van der Putten, basadas en modelos digitales 3D, comparadas con los materiales originales. Se planea una caja de viento portátil para poder hacer funcionar estos tubos en conjunto como órgano.

David Catalunya, además del trabajo arqueológico y musicológico, combina esta investigación con su experiencia como intérprete y director vocal. Su proyecto se llama Resound, y ha sido uno de los seleccionados en las Becas Leonardo 2025 en la categoría de Humanidades.

Significado cultural y espiritual

Para Catalunya, este hallazgo va más allá de la música: supone una recuperación del patrimonio sonoro de la Edad Media y una ventana abierta al pasado. “Este órgano fue enterrado con la esperanza de que un día volviera a sonar”, relata, aludiendo al acto simbólico cruzado que escondió el órgano para protegerlo.

El momento de volver a escuchar esos tubos antiguos frente a un público emocionado fue descrito como “como abrir la tumba de un faraón”, o como “flotar dentro de un sueño”, metáforas que ilustran bien lo extraordinario del hecho.

La presentación oficial al público tuvo lugar el 9 de septiembre de 2025 en Jerusalén. El Convento de San Salvador se convirtió en escenario del renacimiento sonoro del instrumento.

En los próximos meses, el plan es continuar las pruebas acústicas, la reconstrucción de más tubos replicados y permitir que este órgano milenario se exhiba en un contexto museístico permanente, en la Custodia de Tierra Santa. Además, se espera que tras esta restauración y puesta en valor, el Órgano de Belén se convierta en referencia para estudios de musicología medieval y patrimoniales.

“Nuestra mayor sorpresa fue descubrir que algunos de estos tubos, que tienen casi mil años de antigüedad, continúan sonando como si hubieran sido fabricados ayer”, señala Catalunya, que revela el clima seco de la región como facilitador de su perfecto estado de conservación. “Por primera vez en la historia moderna podemos escuchar un sonido musical medieval sin pasar por una recreación, el mismísimo sonido que escucharon los cruzados”, recalca. “Es una ventana al pasado única en el mundo”.

Para David Catalunya, este hallazgo es un “milagro”, pero también un deber: recuperar, divulgar, hacer que lo antiguo pueda dialogar con lo contemporáneo. Y lo logra, pues mientras resonaban aquellas notas en Jerusalén, muchas personas volvieron a creer que el pasado no está muerto, sino dormido, listo para despertar.