Iberdrola anuncia su ‘megaplan‘ estratégico de 58.000 millones de inversión, focalizado en Reino Unido y EEUU, sin descuidar su compromiso con el accionista. La nueva hoja de ruta, presentada en el día de ayer en Londres con motivo de su Capital Markets Day, podría implicar un aumento del 52% del dividendo para 2028 respecto a la retribución concedida el año pasado. A nivel nacional, la inversión prevista para España –un 15% del total proyectado, 9.000 millones de euros- mantiene a Iberdrola como el mayor inversor industrial del país. Al mismo tiempo, el plan anticipa el peor escenario para las nucleares. La energética asume ya el cierre ordenado de la central de Almaraz.
Con su nuevo plan estratégico, Iberdrola prevé alcanzar en 2028 un beneficio operativo bruto (Ebitda) de 18.000 millones de euros, lo que supone 3.000 millones más que en 2024. El motor de este crecimiento serán las redes eléctricas reguladas, que aportarán el 55% del resultado operativo. Además, sumando la generación respaldada por contratos a largo plazo, el 75% del Ebitda estará desvinculado de la volatilidad de los precios energéticos, lo que refuerza la estabilidad de los ingresos futuros.
Retribución al accionista
En paralelo, la compañía estima que el beneficio neto ajustado llegará a 7.600 millones de euros en 2028, es decir, 2.000 millones más que en 2024. Para alcanzar este objetivo, Iberdrola confía en la combinación de nuevas inversiones, un plan de rotación de activos valorado en 13.000 millones y una ampliación de capital, ya completada, por 5.000 millones. Todo ello permitirá generar 52.000 millones de euros en flujo de caja durante entre 2025 y 2028.

Uno de los puntos más relevantes para los inversores es la política de dividendos. Iberdrola ha ratificado su compromiso de distribuir cerca de 20.000 millones de euros durante el periodo, con un payout de entre el 65% y el 75% del beneficio y un suelo garantizado de 0,64 euros por acción.
De acuerdo con estas previsiones, el dividendo podría situarse muy por encima de ese mínimo. Con el beneficio neto estimado de 7.600 millones y considerando las 6.681 millones de acciones en circulación, el pago al accionista se movería en un rango previsto de 0,74 a 0,85 euros por acción en 2028. Esta horquilla supondría un incremento de entre el 33% y el 53% respecto a la retribución de 2024 – de 0,558 euros por título -. Lo que refuerza la posición de Iberdrola entre las utilities europeas con mayor retorno al accionista.
Inversiones al detalle
La compañía prevé una inversión total de 58.000 millones de euros, lo que representa un incremento del 30% respecto al periodo anterior. De esta cifra, aproximadamente el 65% se destinará a redes eléctricas reguladas, consolidando su apuesta por un modelo de negocio más estable y predecible.
A pesar de que la mayor parte de su inversión se concentra en mercados internacionales, Iberdrola mantiene un compromiso significativo con España. Su plan estratégico 2025-2028 contempla inversiones por 9.000 millones de euros en el país, de los cuales 4.400 millones se destinan a redes eléctricas. Esta cifra permitirá aumentar la base de activos regulados de 9.000 millones a 11.500 millones de euros en cuatro años.
1.000 millones comprometidos
Sin embargo, aproximadamente 1.000 millones de esa inversión en redes todavía están en el aire. La energética condiciona el desembolso a que el Gobierno apruebe un incremento de los peajes. El consejero delegado del grupo, Pedro Azagra cifra en “al menos el 7%” la retribución mínima en las redes. El nuevo CEO explicó durante la presentación que solo se realizará esa parte de la inversión si se asegura un retorno adecuado que justifique el esfuerzo. La energética es, además de la empresa industrial que más impuestos paga en el país, el inversor más grande en todos los sectores. En este sentido, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez, añadió que “queremos ayudar, pero hay que ser realistas: si el regulador no está en línea con la política energética del país no habrá más inversiones”.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) pretende establecer una retribución del 6,46% para el periodo 2026-2031. La cifra se sitúa por debajo de las expectativas del sector energético, que oscilan entre el 7% y el 8%.
Cierre de Almaraz
En energía y clientes, Iberdrola invertirá 5.000 millones de euros en España, destinando el 60% a proyectos de energía renovable y el 40% restante a servicios al consumidor. El plan también asume el cierre de la central nuclear de Almaraz, donde la energética cuenta con una participación del 53%, siendo el accionista mayoritario. La clausura de la central se llevará a cabo de forma ordenada, siguiendo el protocolo firmado en 2019. Según la compañía, “se espera el cierre de Almaraz I (550 megavatios (MW) consolidados en Iberdrola) en noviembre de 2027, y Almaraz II en octubre de 2028″.

A pesar de este cierre, Iberdrola proyecta que la capacidad instalada en España aumente de 31.000 MW a 32.500 MW en 2028, incorporando alrededor de 2.000 MW nuevos, de los cuales 600 provendrán de baterías.
En Bolsa
Al cierre de la sesión de ayer, el título de Iberdrola cotizaba en 15,57 euros. Lo que refleja una caída del 0,48% respecto al día anterior. En lo que va de 2025, la acción ha subido casi un 15%, consolidando su posición entre las principales empresas de sector de servicios básicos (utilities) europeas. A largo plazo, Iberdrola ha demostrado un rendimiento sobresaliente en el mercado.
En los últimos 10 años, el retorno total para el accionista ha alcanzado el 359%, superando ampliamente el desempeño del mercado S&P 500 (279%), el índice MSCI (211%) y el sector de utilites (131% de media). A su vez, la tasa de crecimiento anual media del beneficio por acción se ha situado en un 8%. También por encima del índice americano (7%) y el europeo (5%).
Con su ‘megaplan’ de 58.000 millones de euros, Iberdrola mantiene su compromiso con el accionista y sigue siendo el mayor inversor industrial en España. A pesar del cierre previsto de la central nuclear de Almaraz, la compañía asegura un crecimiento sostenido de su capacidad instalada. Y una política de dividendos robusta. La estrategia combina expansión internacional, inversiones en renovables y modernización de la red nacional.