SEGURIDAD SOCIAL

El Gobierno corrige el “golpe” a las mujeres autónomas más vulnerables

Las mujeres autónomas se concentran en los tramos más bajos de la tabla de cotización, que permanecerá congelada hasta los 1.167 euros de ingresos en 2026

La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, hace declaraciones tras su encuentro con embajadores iberoamericanos, en Madrid.
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz.
EFE/ Rodrigo Jimenez

El término “sablazo”, acuñado por Lorenzo Amor, presidente de ATA, define cómo ve esta organización la propuesta inicial de la Seguridad Social para actualizar las cotizaciones de los trabajadores autónomos en 2026. CCOO, UGT y UPTA discrepan de esta valoración, pero todas coinciden en un punto: el impacto sobre al eslabón más débil. El clamor social y político ha obligado al Ministerio de Elma Saiz a dar marcha atrás y avanzar con una nueva propuesta, que, al menos, de momento, mantiene sin cambios a los autónomos más vulnerables: las mujeres. En España, están dadas de alta como autónomos (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, RETA) más de 3,4 millones de personas, un 37% de ellas mujeres.

En concreto, Saiz ha optado por “recoger todas las sensibilidades” y congelar los tres primeros tramos de la tarifa reducida de las cuotas de cotización para 2026. De esta forma, las trabajadoras con ingresos inferiores a 670 euros (una base mínima de cotización de 653,59 euros) pagarán, igual que ahora, un mínimo de 200 euros. A su vez, aquellas con hasta los 1.167 euros (una base mínima de cotización de 849,67 euros) mantendrán la cuota en 260 euros. A partir de los 1.167 euros se incorpora una subida progresiva desde el 1% hasta un máximo del 2,5%. Este último porcentaje afecta a rendimientos netos mensuales de entre 4.000 y 6.000 euros, niveles inalcanzables para muchas autónomas.

Perfil de la mujer autónoma

El perfil de la mujer autónoma es, en general, precario por varios factores. La radiografía muestra a una mujer con bajos ingresos y sin apenas estudios, expulsada del mercado laboral durante años por haberse dedicado al cuidado de terceras personas y mayor de 45 años. Tal y como advertía a Artículo14 Pilar Mora, secretaria general de Autónomas por la Igualdad, el autoempleo es muchas veces una salida obligada. Lo corrobora el dato de casi el 45% de las autónomas se encuentra en la franja de edad de 45 y 59 años, según las estadísticas de la Seguridad Social.

En la última década, el número de autónomas ha aumentado casi un 14%, frente a poco más del 5% de los hombres. Este dato confirma que son las mujeres quienes están impulsando el crecimiento, pero es también un arma de doble filo. Si bien podría interpretarse como un reflejo de un mayor emprendimiento femenino, el trasfondo refleja, en muchos casos, un intento de buscar una alternativa laboral en los sectores más precarios. El 22% de ellas (algo menos de 300.000 mujeres) trabajan en el comercio minorista, mientras que otro 10% se dedica a otros servicios personales. A su vez, las actividades sanitarias (6,85%) y educación (4,91%) figuran como los siguientes ámbitos más numerosos.

Desde las asociaciones de autónomos se ha pedido a Seguridad Social una actualización de la información con perspectiva de género. Otro dato que refleja la precarización de las mujeres autónomas -tal y como recordaba Celia Ferrero, de ATA- es que, cuando en 2022 se inició la negociación de la reforma del sistema, el colectivo que declaraba ingresos por debajo de 670 euros -la mitad del Salario Mínimo- estaba compuesto mayoritariamente por mujeres.

Discriminación en pensiones

A pesar de que, para las mujeres autónomas más vulnerables, la nueva propuesta de Elma Saiz es una buena noticia en el corto plazo, no deben perderse de vista sus consecuencias futuras para las trabajadoras con ingresos más elevados. Toda la negociación de las nuevas cuotas del RETA parte del acuerdo para elevar la protección de estos trabajadores y equipararlos con el Régimen General. Para muchas trabajadoras en este régimen con la cotización mínima, las secuelas se verán en el medio y largo plazo. La contribución a la Seguridad Social está directamente vinculada a las prestaciones que se perciben.

La pensión es uno de los mejores reflejos de esta realidad. La pensión media de las nuevas altas femeninas en el régimen general fue en 2024 de 1.229 euros, según los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). En el caso de las autónomas, el importe medio se situó en 809,26 euros, el 65,8% de la pensión media del régimen general.

Diferencias en las organizaciones de autónomos

Desde UGT se ha advertido de esta realidad. “La propuesta del Gobierno es dar un paso atrás, porque si bien los tramos reducidos se congelan, algo que entendemos y que apoyamos, los tramos superiores que deberían de ingresar más porque están muy alejados de lo que deberían cotizar por ingresos reales, apenas la subida cubre el IPC con lo que estamos malversando el acuerdo de 2022″, aseguró Cristina Estévez, secretaria ejecutiva de UGT. En este sentido, recordó la mayor evidencia de que la preocupación de los autónomos es que, en el proceso de regulación, la mayoría ha cotizado por encima de lo que les correspondía  y no ha pedido el reintegro para ver incrementada su pensión futura.

La posición de UGT es compartida también por CCOO: “Lo que necesitaría el tramo de personas que tienen el salario mínimo interprofesional para alcanzar los ingresos reales en el año 2031 sería una subida media de en torno al 3% o 3,5%. Lo que necesita el tramo más alto, quienes ganan más de 6.000, más de 4.000, estamos del 18-20% anual”, afirmó su secretario de Políticas Públicas, Carlos Bravo. También UPTA apostó por una mayor subida en la parte alta de las tablas , mientras que ATA sí entiende que la propuesta en las cotizaciones en 2026 va en la línea de sus demandas.

Lactancia y otras prestaciones

Junto a la actualización de las cuotas y las nuevas obligaciones en relación con VERIFACTU, a las mujeres autónomas les preocupan otras dos cuestiones: el permiso de lactancia y el acceso al subsidio para personas en situación de desempleo mayores de 52 años. La mejora de la protección social de los autónomos sigue pendiente y es una preocupación que comparten las organizaciones. El permiso de lactancia ya está sobre la mesa de la Seguridad Social que estudiará fórmulas para dar esta protección, tal y como señalaron desde el Ministerio. En el régimen general, el coste de esta prestación lo asumen las empresas.

Madre amamantando a su bebé.
CSIC

Asimismo, en la nueva propuesta de Saiz, se aboga por tomar únicamente los tres últimos meses para la determinación de la base reguladora en las prestaciones por cuidado y nacimiento del menor. Se entiende que ello permitirá ajustar mejor la cuantía de la prestación, evitando problemas en el proceso de regularización. Esta misma filosofía se aplicará a las prestaciones por cuidado de menores afectados por cáncer u otra enfermedad grave.

Desempleo

En cuanto al cese de actividad, según las mismas fuentes gubernamentales, se quiere “mejorar globalmente la acción protectora de la prestación”. En este sentido, desde ATA llaman la atención sobre las autónomas en situación de desempleo mayores de 52 años, que viven en hogares monoparentales con hijos a su cargo, porque no cuentan con la ayuda asistencial que sí tiene una trabajadora asalariada. Tampoco están cubiertas por permisos ante efectos climatológicos adversos o por fallecimiento de un familiar.

La reforma del RETA sigue abierta y su impacto de género será determinante. Las autónomas reclaman que, más allá de los tramos y porcentajes, se escuche su voz. Como resumía Pilar Mora: “No pedimos ventajas, pedimos justicia contributiva”.