Empleo

El incremento del coste por trabajador en España es un 50% inferior a la media Europea

El gasto por empleado aumentó en un 2% en el tercer trimestre del año, frente al 3,5% del promedio en el bloque comunitario. Mientras, la patronal reclama un pacto frente al absentismo laboral

España cerró el tercer trimestre del año con un escenario laboral marcado por contrastes. Mientras en buena parte de la Unión Europea los costes laborales por hora, vinculados al salario de los trabajadores, crecen a un ritmo del 3,5 % anual, en el país el incremento nominal se mantiene contenido en el 2 %. Esta cifra, además de posicionar a España como el tercer Estado miembro con el ajuste al alza más moderado, representa un incremento un 43% inferior a la media europea, según datos de Eurostat. Solo Malta registra una caída de este tipo de gasto durante el mismo periodo en todo el bloque comunitario.

Este dato, en apariencia favorable para la competitividad, oculta otros desafíos estructurales que preocupan a la patronal. En este sentido, las empresas españolas, si bien asumen costes más contenidos, enfrentan limitaciones en el desarrollo de su productividad debido al absentismo. Además, a este problema se suma la dificultad de encontrar trabajadores en algunos sectores como en los servicios. Lo que podría ser el reflejo de un mercado que empieza a mostrar signos de ralentización frente al dinamismo que hasta la fecha había presumido.

Alzas de casi el 7%

Pese a los datos más favorables del órgano estadístico de la Comisión Europea, el Instituto Nacional de Estadística (INE) reveló recientemente que el coste laboral de las compañías había crecido de media en un 3% en igual lapso de tiempo, tal y como señala la última encuesta trimestral. La diferencia radica en que el Ejecutivo comunitario recaba la información del aumento de costes vinculado a los sueldos y en el caso del INE se contabiliza el total de las cargas laborales.

Aunque el organismo estadístico nacional reconoce que el gasto medio se ubicó en 3.111,76 euros por trabajador y mes. Aun así, la factura se presenta muy desigual entre las distintas actividades profesionales. Las sociedades vinculadas al ámbito administrativo, la información y comunicaciones, y la construcción abarcan los incrementos interanuales más pronunciados, con un 6,7%, un 5,7% y un 5,4% respectivamente.

Esto no implica que sean los sectores con el coste laboral por empleado más altos. De hecho, el importe queda fijado, en el caso de la primera, en los 2.281 euros mensuales; en el segundo, en los 4.820. Y en el tercero, en 3.078 euros. En cambio, las finanzas y la energía aúnan los importes más elevados, establecidos de junio a agosto en 5.340 euros y en más de 6.000 en el caso de la industria energética. Sin embargo, sus alzas quedan limitadas al 1,1 y al 4%, respectivamente.

Un 30% de las empresas reconoce niveles altos de absentismo

Pero no son los incrementos lo que más preocupa a las corporaciones. Según los últimos datos del Observatorio de competitividad empresarial de la Cámara de Comercio de España, el absentismo laboral sigue siendo uno de los retos más visibles para las compañías desde la pandemia. Los datos son contundentes: el 27,6 % de las empresas reconoce estar afrontando un nivel elevado de faltas.

El tamaño de la compañía y el sector en el que opera marcan diferencias significativas. Las grandes empresas, con 250 trabajadores o más, presentan los niveles más altos de absentismo. Al mismo tiempo, el sector industrial se sitúa como el más afectado, con una media de 3,58 en una escala de 1 a 5. Lo que indica que las ausencias son más frecuentes y prolongadas en las actividades relacionadas con el mismo que en otros ámbitos.

Un coste de hasta 81.000 millones

Además, según el INE, en el tercer trimestre de 2025 el 4,9% de los ocupados no trabajó en la semana de referencia -excluyendo vacaciones y permisos-. El dato muestra una subida de casi dos puntos más que antes de la pandemia. En términos de tiempo de trabajo, las horas no trabajadas representaron el 6,6% de las horas pactadas. Un incremento de 1,8 puntos sobre 2019. En cuanto a sus consecuencias, el absentismo, tal y como reconoce la Cámara de Comercio, impacta principalmente en la sobrecarga de trabajo de los compañeros (60,6 %), en los retrasos en la atención al cliente (44,1 %), en el incremento de los costes organizativos (43,1 %), en la productividad (40,6 %). Y, en menor medida, en el clima laboral (27,9 %).

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.
EFE/ Borja Sánchez-Trillo

En este contexto, el Círculo de Empresarios reclamó ayer un pacto nacional que involucre a todos los agentes para frenar este fenómeno que considera una “agresión moral” al Estado, las empresas y los trabajadores. A su vez, cuantificó que el coste total estimado está entre el 3% y el 5,4% del PIB. Lo que equivale a entre 47.500 y 81.600 millones de euros anuales.

Tasa de vacantes en el 0,9%

Pero esta problemática no se ha traducido en un mayor número de relevos. Durante el pasado tercer trimestre, la tasa de vacantes en España quedó en el 0,9%, según datos de Eurostat, la cuarta más baja de toda la UE. Aunque experimentó un ligero repunte frente a los tres meses previos al alcanzar 152.677 puestos. Y de más de 2.136 plazas sobre el mismo periodo del año anterior.

Pese a este escenario de dificultad, los desafíos del mercado laboral español se ven agravados por las tensiones entre la patronal y el Ministerio de Trabajo. La negociación de las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2026 y la ampliación de los ya apodados permisos de duelo mantienen en vilo a empresas y trabajadores. Así, la falta de entendimiento amenaza con añadir más incertidumbre a un mercado que ya muestra signos de ralentización.

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