El euríbor ha dado un giro en su comportamiento después de medio año consecutivo de descensos. Agosto ha cerrado con la segunda subida de 2025, situando al indicador en el 2,114%.
Este dato rompe la tendencia de alivio para los hipotecados a tipo variable y abre la puerta a un escenario incierto en los próximos meses, condicionado por la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y por el contexto económico internacional.
La evolución reciente del euríbor
Durante seis meses, el euríbor se había mantenido en una trayectoria descendente, impulsado por los recortes de tipos de interés aplicados por el BCE.
Sin embargo, la inestabilidad política y económica global ha llevado al organismo con sede en Fráncfort a hacer una pausa en esa estrategia. El resultado ha sido un repunte que devuelve la preocupación a los hogares con hipoteca variable.

Como recogen en La Información, en el panel de previsiones de Funcas, los analistas subrayan que el BCE podría aplicar un nuevo recorte de tipos este año, hasta el 1,75%. Y mantener esa cifra durante 2026. Aun así, señalan que los mercados ya han descontado en parte este movimiento. Lo que llevaría al euríbor a estabilizarse en torno al 1,9% a finales del próximo ejercicio.
¿Qué esperan los expertos?
Para Gustavo Martínez, profesor de Finanzas en la Universidad Francisco Marroquín, la reciente subida del euríbor refleja la preocupación del BCE por una inflación que todavía no cede. “El endurecimiento monetario busca evitar un repunte de precios, aunque a corto plazo encarece la financiación”, explica en La Información.
Martínez añade que el indicador se moverá en una horquilla cercana al 2% durante los próximos meses, aunque con fluctuaciones. En su opinión, la posibilidad de que el euríbor baje de manera significativa es reducida, ya que el BCE no quiere repetir los niveles negativos de años pasados.
Las hipotecas, en el centro del debate
El euríbor es el índice de referencia de nueve de cada diez hipotecas variables en España. Eso convierte cada cambio en un factor clave para millones de familias. Desde portales especializados como Kelisto señalan que el indicador terminará este año entre el 1,9% y el 2%. Aunque reconocen que la “excepcional incertidumbre” podría modificar este pronóstico.
La evolución de la inflación será determinante. Si se confirma que en 2025 se mantiene en torno al 2,2%, el BCE podría mantener los tipos sin apenas variaciones. En cambio, si la economía de la eurozona se desacelera, no se descartan nuevos recortes que suavicen el comportamiento del euríbor.
Factores internacionales que afectan al euríbor
El comportamiento del euríbor no depende solo de la eurozona. La Reserva Federal de Estados Unidos juega un papel importante, ya que sus decisiones sobre tipos de interés y control de la inflación acaban influyendo en el BCE. Además, factores externos como el precio del petróleo o las tensiones geopolíticas pueden alterar la senda prevista para el indicador.
Los analistas advierten de que un repunte inflacionario o un agravamiento de la guerra comercial global podrían frenar cualquier caída prevista en el euríbor, consolidando su estabilización en torno al 2% hasta al menos 2026.