El presidente de Indra, Ángel Escribano, ha incorporado a su primera y única mujer en el comité de dirección de la compañía: María del Carmen Moneva. La directiva, que lleva más de dos décadas ligada a la empresa, será la nueva directora global de Recursos Humanos de Indra (Chief Human Resources Officer), según ha comunicado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El relevo se produce tras la marcha de Sofía Collado, que abandonó la empresa el pasado marzo para asumir la dirección ejecutiva de Telefónica Tech.
El nombramiento, aprobado por el consejo de administración de Indra Group con informe favorable de la Comisión de Nombramiento y Gobierno Corporativo y de la Comisión de Retribuciones, implica la incorporación de Moneva al comité de dirección de la compañía. Este órgano compuesto once personas -considerando a Luis Abril, director general de Minsait, quién esta semana presentó su dimisión y dejará el consejo de administración el próximo 25 de junio– cuenta de nuevo así con una representante femenina.
Trayectoria profesional
La nueva directora de RRHH del Grupo Indra es licenciada en Psicología y posee un MBA por la Thunderbird School of Management. Con más de veinte años de trayectoria en la empresa, Moneva conoce de primera mano el funcionamiento interno de Indra. Inició su carrera en la compañía en 2005 como directora de Desarrollo de Negocio de Externalización, y entre 2009 y finales de 2024 asumió la responsabilidad de Desarrollo de la Organización.
Desde 2018 compaginaba ese rol con el de directora de Recursos Humanos de la parte corporativa de la compañía, lo que la convierte en una figura de continuidad dentro del equipo directivo. Antes de su llegada a Indra, fue directora Comercial y de Marketing del Grupo Santillana y trabajó durante 14 años en IBM, donde ocupó diferentes puestos de responsabilidad.
Reorganización estratégica
La participación del máximo responsable de Recursos Humanos en el comité de dirección, que preside el consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos estaba pendiente desde la salida de Collado. Junto a ella se produjo en paralelo la marcha de Borja Ochoa, quien hasta entonces dirigía el área de Defensa de Indra y que ahora ejerce como presidente de Telefónica España. Ambos fichajes se enmarcan en una oleada de movimientos entre las dos compañías, como personas de confianza tras el nombramiento de Marc Murtra, expresidente de Indra, como nuevo presidente de Telefónica.
Desde Indra enmarcaron estos cambios dentro de la “Visión 2030” del grupo. El pasado mes de marzo, la empresa informó a la CNMV que la nueva cúpula, formada por el presidente Ángel Escribano y el CEO José Vicente de los Mozos, estaba trabajando en una reorganización estructural con salidas e incorporaciones que cumplan la visión de futuro de la compañía. Con el ascenso de Moneva, la empresa apuesta por el conocimiento interno y la continuidad estratégica.
El techo de cristal persiste
El nombramiento de Moneva adquiere también relevancia en clave de género. Su ascenso se produce en un contexto donde las mujeres continúan infrarrepresentadas en los puestos de máxima responsabilidad. El techo de cristal en las posiciones de mayor responsabilidad queda patente, a su vez, en la alta dirección. En las compañías del Ibex 35, solo un 26,31 % de los miembros de los comités de dirección son mujeres. Aunque la cifra muestra cierto avance, apenas tres de cada diez ejecutivos en esos órganos son mujeres. Y en empresas de menor tamaño, la proporción cae aún más, por debajo del 25 %.
Por otra parte, tras la remodelación del pasado martes de su consejo de administración, con la incorporación de Eva Fernández, como nueva consejera independiente, roza la participación femenina que exige la Ley de Paridad. De esta forma, las consejeras, todas ellas independientes, se situarán en el 37,5%. Cabe recordar, que de las seis consejeras independientes, dos tercios afrontan vencimiento de mandato en octubre: Belén Amatriain, Olga San Jacinto, Coloma Armero y Virginia Arce.
El caso de Moneva, con dos décadas de experiencia en la compañía, rompe parcialmente ese techo de cristal, pero también pone en evidencia lo excepcional que sigue siendo su llegada a la primera línea directiva.