Ley de tabaco

Tabaco y vapeo, las mujeres las primeras en iniciarse: “La industria diseña campañas solo para ellas”

El tabaco convencional pierde fuerza mientras crecen los dispositivos alternativos entre las jóvenes; especialistas analizan el nuevo anteproyecto 'antihumo'.

En las últimas décadas, España ha visto cómo el consumo de tabaco ha descendido de forma sostenida. Sin embargo, este retroceso no significa el fin de la adicción. Nuevos dispositivos como los cigarrillos electrónicos, las cachimbas o las bolsitas de nicotina han irrumpido con fuerza.  Y ganan terreno especialmente entre las adolescentes y mujeres jóvenes, que incluso superan a los hombres en su uso. 

En este sentido, el Consejo de Ministros aprobó ayer un anteproyecto de ley del tabaco. El acuerdo actualiza y amplía la normativa antihumo. El texto incluye por primera vez a los cigarrillos electrónicos, productos de tabaco calentado, shishas y bolsas de nicotina. Estos artículos se equiparan a las mismas restricciones que el tabaco convencional. Así a la prohibición de consumo en espacios cerrados, se suma ahora una lista ampliada de entornos exteriores, como las terrazas. Además, se establece la retirada del mercado de los cigarrillos electrónicos desechables, tanto por su impacto ambiental como por su atractivo entre los jóvenes. 

Frente a frente

No obstante, las medidas han sido aplaudidas y criticadas a partes iguales. Raquel Fernández, presidenta de la asociación NoFumadores.org ha indicado a este medio que, a pesar de los avances, “el anteproyecto tiene margen de mejora”. Fernández reivindica la inclusión de playas o parques naturales entre los espacios donde se prohíba el consumo. “No entendemos que tenga que implicar la compra de una entrada. ¿Por qué en los conciertos de fiestas patronales se puede fumar y en los privados no? También son al aire libre y acuden muchas familias”.

Para la Mesa del Tabaco, asociación que representa a toda la cadena de valor del sector, la equiparación de productos impedirá la transición hacia productos de potencial menor riesgo. En un comunicado, advirtió de que la extensión de las restricciones de consumo fuera de entornos donde la presencia de menores sea significativa “podría expulsar a la población fumadora hacia espacios menos adecuados, como la vía pública o los hogares”.

Consumo en caída

El consumo de tabaco en España cae desde hace décadas. En el tramo genérico, de 15 a 64 años, los datos muestran una clara línea decreciente. Atendiendo a la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES), la prevalencia de consumo diario en los últimos 30 días ha disminuido del 34,9% en 1996 al 25,8% en 2024. Entre las mujeres, el consumo ha variado en función de las franjas de edad. Mientras que entre las más jóvenes la evolución es negativa, en el intervalo de edad mayor la curva es alcista. La prevalencia al consumo diario en mujeres jóvenes (15-34 años) ha pasado del 36,5% en 1997 al 20,3% en 2024. Sin embargo, en el grupo de edad de mujeres de 35 a 64 años, el hábito ha crecido hasta 4,7 puntos en el mismo periodo de tiempo. Del 19,1% en 1997 al 23,8% en 2024. Aunque lejos de su pico registrado en 2018, cuando se alcanzó el 30,5%. 

Fumar en terrazas - Sociedad
No se podrá fumar en terrazas con la nueva Ley Antitabaco
EFE

Si bien la tendencia sugiere que el consumo es cada vez menor en ambos sexos, los hombres son los que más fuman a diario, a pesar de que la diferencia se ha ido acortando. Por ejemplo, en 2024, la prevalencia en hombres de 15-34 años era del 26,3%, frente al 20,3% de las mujeres de la misma edad. En el grupo de 35-64 años, los hombres presentaban una prevalencia del 30,2% en 2024, comparado con el 23,8% en mujeres.

Campañas para ellas

Pero no siempre ha sido así. Las adolescentes continúan liderando la iniciación en el consumo de tabaco. Según un informe elaborado por el Ministerio de Sanidad y titulado Encuestas sobre el Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES), la prevalencia de consumo de tabaco diario entre las adolescentes de entre 14 y 18 años en 2023 se situó en el 8,1%, frente al 6,9% de los chicos. Fernández critica que estos datos no son casualidad: “La industria del tabaco diseña campañas personalizadas para ellas”. No obstante, la brecha ha experimentado una reducción significativa. En 1996, la disparidad era de más de nueve puntos. Los datos registrados ese año reflejaban una incidencia del 28,1% entre ellas y del 19% en los varones más jóvenes.

Las primeras en iniciarse

Entre quienes han probado el tabaco, al menos una vez en la vida, el informe también pone el foco de nuevo en las mujeres. A pesar de que el estudio muestra una clara inclinación a la baja sobre el porcentaje de jóvenes que reconoce haber tenido un primer contacto con el tabaco, las mujeres siguen por encima. En 1996, la prevalencia en el segmento de edad de entre 14 y 18 años era del 58,9% en los chicos, pero de casi el 70% en las chicas. Estas cifras se han mantenido siempre relativamente altas, entre el 50 y el 60%.

Sin embargo, a partir de 2008 se observa un descenso más pronunciado, hasta llegar a 2023. Ese año, del que constan los últimos datos, la tasa se situó en el 36,8% para ellas y en el 30,0% para los jóvenes. La prevalencia más baja hasta la fecha. La evolución indica que en menos de tres décadas el porcentaje de jóvenes que ha tenido contacto con el tabaco se ha reducido casi a la mitad.

Ventas e ingresos fiscales

El mercado de productos del tabaco en España, que incluye cigarrillos, tabaco de liar, de pipa, cigarritos, puros y tabaco calentado, movió 6.498,6 millones de euros durante el primer semestre de 2025, lo que supone un incremento del 4,7 % respecto al mismo periodo de 2024. Este crecimiento responde principalmente a la actualización de precios de los fabricantes, tras la subida del impuesto especial en 2024. Durante el primer semestre, su recaudación creció un 3,2%, hasta 3.177 millones. 

En valor, la tendencia de 2025 sigue la senda de años anteriores con una recuperación tras la caída por la pandemia. En 2024, subieron un 5,4 % en 2024, y un año antes, un 3,6 %, pese a que el consumo real ha disminuido. Esta realidad se confirma con la comercialización en volumen. Según datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos, en los seis primeros meses de 2025, se vendieron 989,3 millones de cajetillas de cigarrillos, un 2,5 % menos que en 2024

Estanco - Sociedad
Imagen de archivo de un estanco en la ciudad de Zaragoza
EFE/Javier Cebollada

Estas ventas de cigarrillos generaron 5.322,2 millones de euros, lo que representa un aumento del 3,7 % en comparación con el año anterior. Por su parte, el tabaco para liar registró una caída del 1,1 %, con 3.106,7 toneladas vendidas. El tabaco de pipa y productos novedosos disminuyó un 7,5 %, hasta las 867,1 toneladas. Y el consumo de cigarritos y puros se redujo un 1,3 %, alcanzando 823,9 millones de unidades.

Nuevos productos

La reducción del consumo de tabaco no ha ocurrido de manera aislada, sino que parece estar vinculada a la aparición de nuevos productos sustitutivos. Los cigarrillos electrónicos. Más de la mitad del alumnado (54,6 %) afirma haberlos probado alguna vez. Al analizar los datos por sexo, se aprecia un aumento mucho más marcado entre las chicas, con 15,1 puntos porcentuales más que en 2021. Entre los chicos, en cambio, el incremento fue casi tres veces inferior. Es la primera vez, desde que se recoge esta información, que el uso de esta sustancia resulta más frecuente en mujeres (56,8%) que en hombres (52,5%). 

Vapers - Salud
Un hombre vapeando
Pexels

El alza de su uso radica en la aceptación. “Los jóvenes piensan que es vapor de agua, pero se trata de líquidos que se calientan con una resistencia y que produce un aerosol que contiene metales pesados” argumenta Isabel Nerín, presidenta de la Sociedad Aragonesa Libre de Tabaco (SALT) y profesora de la Facultad de Medicina en la Universidad de Zaragoza. Todavía no hay estudios concretos en España sobre la afectación en la salud de este tipo de cigarrillos a largo plazo. Sin embargo, Nerín sostiene que “en el corto plazo puede provocar EVALI”, es decir, una lesión pulmonar grave e incluso en algunas circunstancias, mortal.

Alternativas a los cigarrillos

El 65,8% en los chicos y el 66,3 % en las chicas de 18 años han probado los cigarrillos electrónicos o vapeadores alguna vez en su vida. Otras alternativas son las pipas de agua, también conocidas como cachimbas, shishas, hookah o narguile. El 57,9 % de los jóvenes declara haberlas utilizado alguna vez en su vida, sin diferencias de género. Fernández advierte de que los jóvenes no son conscientes del peligro que conlleva: “Fumar una cachimba es casi como fumarse un paquete entero de cigarrillos” y añade que “el co2 de la combustión del carbón implica un peligro añadido”.

Además, existe cierta tendencia a pensar que el uso de estos dispositivos electrónicos ayuda a dejar de fumar. Pero no, para los grupos de control del tabaquismo, no hay estudios que lo avalen. Nerín sostiene que, de ser así, “seguiría el mismo proceso que los fármacos” y avisa que el consumo dual “incrementa en un 30% la afección en la salud”. 

El tabaco pierde terreno en España, pero no se extingue. Aunque la prevalencia de consumo diario ha descendido de forma clara en las últimas décadas, las mujeres jóvenes, tradicionalmente a la cabeza en la iniciación al tabaco, han encontrado en los cigarrillos electrónicos y las cachimbas nuevas formas de consumo. Ante este cambio de hábitos, la nueva ley antitabaco da un paso decisivo al equiparar estos dispositivos al tabaco convencional. Pero este trámite no ha hecho más que empezar. Hasta su aprobación y entrada en vigor, su alcance y efectividad aún quedan pendientes.

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