De it girl de los milennials de la época, a icono absoluto de elegancia y estilo atemporal; pocas personas canalizan la quintaesencia británica tan bien como Alexa Chung (1983, Winchester), convirtiendo a la vez en objeto de deseo todo lo que tocan.
La modelo, presentadora y escritora ocasional (autora de It, 2013) es seguramente más conocida en su faceta como diseñadora (estudió un curso en Chelsea College of Art and Design) y directora creativa; de hecho, su marca homónima, Alexachung, estuvo activa del 2017 hasta su cierre sino años después. No obstante, la relación de Chung con la moda es el vínculo que ha hecho que, desde sus inicios, su mayor valor sea también su marca personal: ese estilo que todos quieren replicar. O lo que es lo mismo: una mezcla de prendas de aire masculino, básicos de armario y accesorios preppy que resulta irresistible en ella y que, en consecuencia, le ha granjeado tantas colaboraciones con marcas de moda como pines en Pinterest sobre sus outfits.
Entre ellas, Barbour contactó con Chung en 2019 para su colección de O/I, fruto de donde surgió un ese idilio que dio lugar a una segunda colaboración en septiembre del pasado año y que ya forma parte de su idiosincrasia: la de ser la imagen de una campaña cuya colección ha editado, curado o diseñado (según la ocasión). Un combo que también se ha repetido con UGG, Tommy Hilfigher, Superga (con tres colecciones firmadas desde 2011), Mark & Spencers (en 2016, colaborando en la curación de la misma) y, más recientemente, con la firma neoyorkina Madewell (con una colección formada por 44 piezas que salió a la venta este martes). Esta última, compuesta por ropa que bien podría formar parte de un armario cápsula de otoño-invierno (de abrigos largos a vaqueros y camisas de popelín) y accesorios (como calcetines de lana o clips florales), se describe como una cápsula donde “lo vintage se encuentra con lo moderno, el East Village con el East London y las almas antiguas con la nueva mirada. Un poco clásico y un poco pícaro”.

El éxito de Barbour, sin embargo, no fue tan efervescente desde sus inicios en 1844, cuando John Barbour comenzó a fabricar prendas impermeables destinadas a pescadores y cazadores. Sin embargo, a base de mezcla de tiempo, la inversión adecuada en la calidad y funcionalidad de sus diseños, la chaqueta empezó a formar parte de las actividades campestres de Balmoral. Finalmente, en 1974, el Príncipe Felipe de Edimburgo otorgó a Barbour el título de proveedor oficial de la Casa Real, consolidando así su prestigio de marca británica por excelencia y parte del uniforme rural monárquico y aristocrático. Después, la moda ha querido que su estatus de prensa clásica e impertérrita prevalezca ante diversas circunstancias.
Y es que, precisamente, sea la ubicuidad el mejor don de la prenda, que, como la propia Alexa, la exhibe con gracia su transversalidad desde un rincón de los Cotswolds a los flashes de la la zona VIP de Glastonbury. No es de extrañar que a lo largo de las décadas, la chaqueta Barbour haya también demostrado esta versatilidad desde el celuloide al guardarropa real británico, y desde su precursora sartorial (Isabel II) a las más recientes fieles seguidoras, como Kate Middleton o la princesa Beatriz de York. Mientras que la monarca fallecida la convirtió en símbolo de la elegancia práctica, de la mano de su característico pañuelo en la cabeza, y símbolo de su asueto escocés, Lady Di la elevó a objeto de deseo en los 80, haciendo gala de su ADN más urbano al combinarla con vaqueros y jerséis de punto.

Haciendo gala de su multifacetismo creativo, Chung también se ha lanzado al mundo de la fotografía, encargándose recientemente de la producción de la modelo e influencer Veronicka Heilbrunner para 10 Magazine (Deutch). Cabe esperar, quizá, más colaboraciones con la marca quintaesencia del establishment británico en la campiña con la modelo e icono estilístico generacional no solo haciendo suyas las prendas sino también detrás del objetivo.
Cinco versiones de la chaqueta Barbour (para todos los presupuestos)
La color kaki con cuello de pana
Perfecta para los domingo unisex, pero también la oficina y el día a día, este modelo encerado y con bolsillos será tu mejor aliada para la repentina lluvia y viento otoñales.
La azul marino más todoterreno
Fabricada con algodón OCS y procedente de agricultura biológica, esta chaqueta en azul marino y con cuello en contraste extraíble es como la nueva cazadora vaquera. Combínala con tonos claros, jersey gruesos de lana o camisas y pantalones encerados.
https://es.sessun.com/catalogue/chaquetas/hugues-ink-blue.html
El Beaufort unisex con forro
El rey de las chaquetas otoñales, este modelo C38 es tan incombustible como elegante. Con forro, pin original y en color de la temporada: marrón chocolate (efecto vintage ligeramente desgastado incluido).
https://www.vinted.es/items/7547702939-barbour-beaufort-c38
La original, ceñida y en verde musgo
Este modelo clásico Bednell tiene fuelle, bolsillos para calentar las manos, aberturas cuello de cordón y trabilla (para cuidar la garganta). Además de tener el forro a cuadros, viene en uno de los colores más potentes de la temporada.
La marrón oversize más chic
A medio camino entre gabardina y chaqueta, este modelo ligeramente oversize es tan favorecedor como ecológico (gracias a su algodón orgánico) y está hecho en un reluciente color marrón, con detalles en dorado y detalle de coderas y cuello en un pana de tono más oscuro.


