Guerra comercial

Aranceles del 39% para Suiza… ¿Fue la presidenta “demasiado ingenua”?

El arancel más alto impuesto por EE UU a un país europeo sacude a Suiza, mientras la presidenta Keller-Sutter se enfrenta a las críticas por una negociación fallida y el sector exportador teme una recesión

Karin Keller-Sutter, presidenta de suiza
Departamento federal de finanzas de Suiza

El mercado suizo se desplomó este lunes y el gobierno federal convocó una reunión de emergencia tras el anuncio de un arancel del 39 % por parte de la administración de Donald Trump a las exportaciones suizas. La medida, comunicada de forma abrupta el pasado viernes, sorprendió no solo a los actores económicos del país, sino también al Ejecutivo, que había apostado por una vía diplomática para evitar una escalada.

El presidente estadounidense justificó la decisión con base en el déficit comercial que mantiene con Suiza —que alcanzó los 38.500 millones de francos suizos el año pasado—, un argumento que ha sido el núcleo de sus políticas proteccionistas. Sin embargo, la medida se ha percibido como desproporcionada, especialmente tras meses de negociaciones entre ambos países que, según medios locales, apuntaban hacia un arancel mucho más moderado del 10 %.

Donald Trump - Internacional
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firma la orden ejecutiva en la que impone aranceles universales
EFE

“La derrota más pesada de su carrera política”

La presidenta suiza y ministra de Finanzas, Karin Keller-Sutter, ha sido blanco de duras críticas por su gestión del conflicto. Su conversación telefónica con Trump, ocurrida apenas unas horas antes del anuncio oficial del arancel, fue calificada por fuentes cercanas como “mal planteada” y “sin éxito”. Según declaraciones a Reuters, “Trump dejó claro desde el principio que no consideraba suficiente un 10 % de aranceles”. Aunque el Gobierno suizo niega que esta llamada haya sido el detonante directo de la sanción, la percepción pública y mediática apunta a un error de cálculo.

El tabloide Blick no dudó en sentenciar: “Frente a Trump, Keller-Sutter fue seguramente demasiado ingenua”, mientras que el diario 24 Heures calificó el episodio como “la derrota más pesada de su carrera política”. La crítica no solo se enfoca en el resultado, sino en la falta de una estrategia firme frente a un interlocutor ampliamente conocido por su imprevisibilidad y tono agresivo.

Karin Keller-Sutter, presidenta de Suiza
Gobierno suizo

Y es que el enfoque negociador de Suiza —evitando contramedidas y apostando por el diálogo— se ha enfrentado a la lógica del “America First” que define la política exterior de Trump. A esto se suma un sesgo que no puede pasarse por alto: su historial de actitudes misóginas y despectivas hacia las mujeres en el poder. No sería la primera vez que el expresidente norteamericano desestima o minimiza a sus interlocutoras, algo que, pudo influir en el tono y desenlace de la conversación. Basta recordar episodios anteriores con líderes como Angela Merkel o Theresa May, con quienes mantuvo relaciones diplomáticas tensas y marcadas por el desprecio. Este contexto obliga a preguntarse si una figura masculina al frente del Ejecutivo habría sido tratada con la misma dureza.

“No se llegó a ningún acuerdo”

Keller-Sutter, por su parte, ha defendido su papel, asegurando en su cuenta oficial de X que “no se llegó a ningún acuerdo sobre la declaración conjunta negociada entre Suiza y EE. UU.” y que “el déficit comercial sigue siendo un tema clave para el presidente”. En declaraciones previas, había admitido que Suiza “tiene cierta potencia económica, pero no política, es algo que hay que asumir”.

El impacto económico de la medida es severo. El índice bursátil suizo SMI cayó un 1,8 % este lunes, su primer día de operación tras el anuncio. El sector exportador suizo enfrenta ahora uno de los aranceles más altos impuestos por EE. UU., solo superado por países como Siria, Birmania y Laos.

Economistas como Hans Gersbach, de la ETH Zürich, advierten que el nuevo gravamen “podría llevar a Suiza a una recesión”, especialmente si se llegara a incluir el sector farmacéutico, por ahora exento. Empresas como Novartis han sido ya notificadas por la Casa Blanca con demandas de reducción de precios en el mercado estadounidense, lo que podría anticipar represalias adicionales.

Una solución beneficiosa para Suiza

Guy Parmelin, ministro de Economía, señaló en la radio pública RTS que el Ejecutivo “debe entender completamente qué sucedió y por qué el presidente estadounidense tomó esta decisión” antes de definir los próximos pasos. También se mostró dispuesto a viajar a Washington junto a Keller-Sutter para seguir negociando y evitar la entrada en vigor de los aranceles, prevista para el 7 de agosto.

Economiesuisse instó al Gobierno a no abandonar el diálogo y a buscar una solución que “sea beneficiosa para Suiza”, subrayando que EE UU es uno de sus principales socios comerciales y el sexto mayor receptor de inversión suiza.

En abril, el Gobierno helvético ya había descartado responder con aranceles recíprocos, al considerar que una escalada comercial solo agravaría la situación. Esa postura se mantiene, aunque cada vez con menor margen de maniobra.